Con raíces sólidas en Lima, Perú, el trabajo de la diseñadora de ascendencia iraní Mozhdeh Matin es una oda a la naturaleza, la cual busca preservar y honrar las técnicas artesanales de las comunidades pe- ruanas, a través de diseños contemporáneos hechos en comunidad de principio a fin.
El amor por la moda para Mozhdeh empezó desde chica. De hecho, su primer amor fueron los textiles iraníes que decoraban su casa en Cajamarca, una pequeña ciudad en los Andes que la llenó de información visual al vivir en contacto constante con la naturaleza. De adolescente le encantaba hacerse su ropa y la convirtió en una forma de lenguaje propio que le permitía afrontar el día a día. Al momento de tener que tomar la decisión que definiría su futuro (o eso creía), se inclinó por las artes plásticas por miedo a caer en un mundo etiquetado como “superficial”, como la moda.
La historia de Mozhdeh Matin
En 2008 empezó a trabajar directamente con comunidades al confirmar que su único medio artístico siempre han sido los textiles. Siete años después, se lanzó a crear su propia marca, que recientemente regresó a su origen al cambiar de nombre de Mozh Mozh al homólogo de su mente creativa. “Cuando tenía vacaciones en la universidad aprovechaba para viajar y conocer a diferentes artesanos, les preguntaba si podía quedarme con ellos durante días y aprendía sobre sus técnicas. Fue así como hice mi propia escuela de telares”.
No por nada el preservar los textiles tradicionales de Perú se convirtió en su prioridad número uno. Aquí no se compran telas, sino que las trabajan o desarrollan desde un punto de partida, ya sea en telar de pedal, de cintura y sus propios textiles sustentables: “Diseñamos absolutamente todo desde cero, hasta un hilo, y en caso de que compremos, se les da un acabado. Confío muchísimo en la visión de los artesanos y es un trabajo que hacemos en conjunto; de hecho, hoy en día trabajamos con más de 180 en todo Perú”.
La inspiración principal para Mozhdeh Matin viene de la naturaleza: las plantas, flores, animales, tierra, ríos, montañas y todo lo que rodea su espacio creativo. Pero hay una realidad y es que cuando ella empezó, no existían las iniciativas sustentables en la moda, algo que hoy en día ha pasado de ser una tendencia a una exigencia. Desde que inició, trató de fusionar su filosofía de vida personal con la de la marca a través del respeto a las comunidades y el medio ambiente.
Uno de sus mayores logros ha sido el desarrollo de nuevos materiales, al ser pioneros en una técnica sustentable que recubre el caucho natural para crear un textil impermeable originario de la selva peruana. “Para mí eso es estar de moda: ser consciente y preservar los valores con los que crecí para imprimirlos en todo lo que hago y preservarlos a lo largo de los años”. Pero como toda marca latina, tuvo que enfrentarse a varios retos, y un aprendizaje que se llevó fue a ser paciente, a crecer orgánicamente y a entender que cada paso y cada proceso es importante para lograr el resultado final.
Los sueños sí se cumplen y este es el claro ejemplo: la colección número 23 de Mozhdeh Matin se presentó en Nueva York y París, donde mostró varias de sus piezas hechas con el caucho que ella desarrolla. Pero, por supuesto, aún quedan sueños por cumplir, y uno de ellos es tener una tienda física que le permita al cliente interactuar con los textiles para entender a profundidad el valor que tienen.
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