Hay polémica por los looks en The Devil Wears Prada 2
Moda

Hay polémica por los looks en The Devil Wears Prada 2

Desde que se anunció The Devil Wears Prada 2, la emoción fue inmediata. Pocas películas marcaron la moda de una generación como lo hizo la original en 2006. La película nos dio frases icónicas, momentos virales antes de que existiera TikTok y, sobre todo, un vestuario que ayudó a definir el look de la década.

Así que cuando comenzaron a filtrarse las primeras imágenes del rodaje de la secuela, con Anne Hathaway caminando por las calles de Nueva York con un vestido de Gabriela Hearst, bolsas de Valentino Garavani y piezas vintage de Jean Paul Gaultier, todo parecía prometer otra vez un desfile inolvidable de moda. Pero algo no cuadra. El vestuario no está generando el mismo impacto. Y para muchas, la respuesta está detrás de cámaras.

De Patricia Field a Molly Rogers

El primer punto de tensión tiene nombre y apellido: Patricia Field. La legendaria diseñadora de vestuario que definió la moda de Sex and the City y convirtió a Miranda Priestly y Andy Sachs en íconos de estilo, no está involucrada en esta segunda película, y su ausencia se siente. 

En su lugar, la secuela supuestamente está a cargo de Molly Rogers y Danny Santiago, el mismo dúo que trabajó en And Just Like That, y que ya venían cargando críticas por su manejo de moda en el reboot de Carrie Bradshaw.

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Molly Rogers enfrenta una presión que quizás ni la propia Field experimentó en su momento. Está tratando de revivir un universo que se convirtió en cultura pop pura, con looks que siguen siendo replicados en Pinterest casi 20 años después. Pero también está enfrentando a una audiencia que se volvió mucho más vocal, más exigente y mucho más crítica gracias a las redes sociales. La cultura de la moda hoy es otra… y el margen de error es mínimo.

Lo que dice la gente sobre los nuevos outfits

El veredicto en redes ha sido claro: los outfits de la secuela se ven “demasiado pensados” o forzados. En lugar de transmitir ese aire effortless de la primera peli, donde cada look hablaba del personaje, lo que hemos visto hasta ahora parece más bien un desfile de piezas llamativas que no terminan de cuajar entre sí.

Parte de la decepción también tiene que ver con el cambio de temporada. Mientras que la original transcurría principalmente en otoño/invierno (ideal para layering, texturas, botas y abrigos dramáticos) esta nueva entrega pasa en pleno verano neoyorquino, como señaló la influencer @priscillastyless

@priscillastyles

anticipando a que sea un flop solo por estos outfits 🧐 que opinamos? escucho sus teorías !! #thedevilwearsprada #annehathaway

♬ Suite From The Devil Wears Prada – Theodore Shapiro

También hay que decirlo, la moda de los 2000 era otra cosa. Había un glamour poco pensado, un apetito por lo aspiracional, y una estética muy definida entre el lujo y lo editorial. Hoy, el mood es otro, la tendencia apunta hacia la practicidad, lo genderless, la silueta relajada y la comodidad sobre todo lo demás.

Y aunque eso se refleja en los looks filtrados donde vemos trajes sastre, sandalias de Dior, y pantalones más baggy, muchas personas no están listas para ver a sus íconos vestidos como cualquier fashion girl de Instagram.

En defensa a The Devil Wears Prada 2

Antes de cancelar los outfits con base en fotos tomadas entre tomas o con luz poco favorecedora, vale la pena recordar que no hemos visto el producto final. No sabemos cómo ha evolucionado Andy Sachs desde que renunció a Runway. Sabemos que se alejó de la industria de la moda, así que sería incoherente que siguiera vestida como editora de moda.

De hecho, hay una narrativa que muchas personas han compartido en defensa del nuevo vestuario diciendo que los looks responden a la historia. Andy está en otra etapa, y su ropa lo refleja. Lo mismo aplica para Miranda, cuyo estilo también ha evolucionado. Y eso, para algunas, es una elección valiente y más honesta.

Este fenómeno no es nuevo. Hace unos meses, las redes hicieron pedazos los looks que llevaba la actriz principal de la serie de Ryan Murphy sobre Carolyn Bessette-Kennedy. ¿El problema? Las fotos filtradas eran de un momento entre tomas, sin styling completo, y aun así la gente las trató como si fueran el resultado final. 

Estamos viendo una tendencia preocupante porque las producciones ya no tienen derecho al misterio. El hype, las filtraciones y el consumo de contenido antes de su estreno oficial están matando la experiencia cinematográfica. Nos hemos vuelto jueces de tráilers incompletos, de imágenes sin contexto y de escenas que ni siquiera fueron pensadas para salir a la luz pública.

¿El problema son los looks… o somos nosotros?

Tal vez los looks no sean tan icónicos como esperábamos. Tal vez sí. Pero también es cierto que The Devil Wears Prada 2 está lidiando con un problema imposible al querer estar a la altura de una película que se volvió legendaria por accidente. 

Hoy, ese tipo de magia es más difícil de generar, no porque falte talento, sino porque las expectativas son inalcanzables. Todos queremos el mismo efecto wow de hace 20 años, pero sin aceptar que el mundo cambió. Y que quizás, el vestuario también debía hacerlo.

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