Si te gusta la comedia, seguro conoces el trabajo de Karla Souza (Home Economics, por ejemplo), lo mismo si eres fan de las rom-coms (necesito que veas Todos queremos a alguien) y si lo tuyo es el drama con conciencia social seguramente como nosotras admiras su trabajo en La caída. Karla Souza es una de esas personas que parece tener más tiempo que las demás, o que hacen que sus horas rindan al máximo.
Y no es casualidad. Su vida está diseñada para sacarle la última gota de provecho a todas las oportunidades, como nos contó en el marco del conversatorio “El valor del tiempo”, que organizó la firma relojera OMEGA el 25 de octubre.
Karla Souza tiene una manera particular de estar muy presente en cada momento y en nuestra conversación surgen algunos temas recurrentes: sus hijos, su perfeccionismo y su profundo amor por la actuación y específicamente el cine.
Lo que nos contó Karla Souza en entrevista
¿Cómo surgió tu alianza con OMEGA y qué valores compartes con la marca?
A mí me gustan mucho los retos y los récords, así que conocí la marca porque es son el cronómetro oficial de los Juegos Olímpicos y con La caída yo estaba muy cercana a los deportistas. A ellos les llamó la atención mi interés por apoyar a los atletas y mi parte activista.
Nos encontramos en esa afinidad por la excelencia y cuando me contaron que llegaron al espacio y a las profundidades de la Tierra me encantó, nos dimos cuenta de que compartimos este interés por mejorar, llegar más lejos, hacer más.
¿Qué significado tiene para ti un buen reloj?
Para mí ha sido muy muy emotivo, porque mi abuela le pasó un reloj a mi mamá, y ahora mi hermana y yo estamos viendo quién se lo queda. Yo fui a la tienda OMEGA a elegir uno y pensé que no estaba eligiendo solo para mí. No quise uno de pulsera de tela, sino uno que dure 20 o 50 años o lo que sea que yo viva y después más generaciones.
Son muy pocas las cosas que se pueden pasar así, es un clásico, no como la ropa. Además ver tu reloj es algo que haces todo el día y en cada ocasión puedes recordar a tu mamá o a tu abuela, o el momento en el que lo compraste.
Las mujeres a veces tenemos una relación ambivalente con el paso del tiempo, con envejecer, pero tu carrera es más sólida cada año que pasa. ¿Cuál es tu percepción del paso de los años?
Sí, siempre nos venden esta idea de que tenemos que ir contra la edad, contra la vejez, y por ejemplo algo que me gusta de OMEGA es que trabajan con voceros por muchos años, y eso es lo que me interesa, quiero que las mujeres tengamos apoyo y dignidad en todas las etapas de nuestra vida, que podamos dejar un legado impactante.
Yo soy una mujer de 37 años, tengo dos hijos y llevo 15 años trabajando en esta industria. Y me siento más fuerte que nunca, con más voz que nunca.
Hablando de tu legado, ¿qué es algo todavía no hayas hecho y sigue siendo una meta?
Me gustaría ir al Mundial de Clavados, cuando estaba haciendo la película La caída me invitaron y no he podido por trabajo, pero es una meta que me encantaría lograr.
Quisiera dirigir algún día, tocar un instrumento. Estoy creciendo, hay muchas cosas que me faltan por aprender.
Escribiste en Instagram hace poco que el cine te dio oxígeno. ¿Nos puedes contar un poco más de esto?
El cine me ha movido las entrañas y solo una cosa más en la vida lo ha hecho: la Iglesia. Es muy sagrado para mí lo que ocasiona ver, escuchar, sentir una película, solo lo puedo comparar a cuando siento a Dios. Es algo muy especial, es mi llamado de vida.
Hace seis años sentía que me ahogaba, en el momento del #MeToo. No tenía oxígeno, estaba en el suelo y el cine, el arte, fue lo que me regresó la voz, me trajo a la superficie.
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