Medité todos los días por una semana y esto fue lo que pasó
Estilo de vida

Medité todos los días por una semana y esto fue lo que pasó

Sé que meditar no es nada fácil, de hecho a mi me ha costado mucho hacerlo parte de mi rutina, es por eso que me desafié e intenté hacerlo todos los días por una semana. Y descubrí nuevas cosas que me ayudaron a lograrlo y que también te pueden servir a ti si te cuesta tanto concentrarte cómo a mi. Hay que tener en cuenta que uno de los beneficios de la meditación es reducir el estrés (entre otros) y qué mejor que aplicarlo en este momento, donde estoy segura que el estrés nos persigue a todos.

Hay que ser realistas, no siempre es como lo vemos en los feeds de Instagram, donde se ven influencers de wellness en un espacio perfecto, rodeado de objetos que solo prometen tranquilidad. Mi realidad y seguramente la de muchos es otra, cada vez que saco mi mat y trato de sentarme en silencio con los ojos cerrados y piernas cruzadas, durante cinco minutos no puedo dejar de distraerme, con cualquier cosa, ya sea mi perro, o algún pensamiento que no deja a mi mente en paz.

Los primeros días de mi experimento, recurrí a los consejos y herramientas habituales de meditación: cursos guiados y aplicaciones, así como los trucos de los que había oído hablar, técnicas de respiración y visualizaciones, pero no triunfé, el resultado fue el mismo de siempre, pensamientos que me distrajeron y mucha incomodidad al estar tan quieta de piernas cruzadas.

Con mi mente y mi objetivo claro me puse un horario para mí práctica diaria, decidí hacerlo todos los días a las 18:30 terminando de trabajar. El primer día saqué mi cojín de meditación, apoyé mis piernas en una manta y cerré los ojos, en lugar de luchar por los 15 minutos de incomodidad, decidí escuchar a mi cuerpo y ponerme cómoda, me acosté en el suelo, con una almohada debajo de mi cabeza. Y aunque no parece mucho, fue un GRAN cambio, creo que no hay una postura correcta o incorrecta, es escuchar a nuestro cuerpo y lo que este necesita. A veces después de estar tanto tiempo sentado necesitamos una posición horizontal para descansar. Si bien acostarse puede provocar el sueño, hay algo que tienes que saber y es si te quedas dormido, no pasa nada, solo significa que tu cuerpo necesitaba ese tiempo para recuperarse. A mí acostarme me sirvió para que mi cerebro dejara de obsesionarse con la postura y rigidez, y pudiera relajarme.

Otro factor que me ayudó es dejar los videos, meditaciones guiadas, y todo ese tipo de contenido que a veces nos distrae más que otra cosa. En cambio decidí poner música del océano, y fue un éxito, logré lo que estaba buscando, mis inhalaciones y exhalaciones, relajarme y conectarme conmigo misma.

Eso no fue todo, al acercarme al final de la semana comencé a hacer un pequeño ritual que me ayudó MUCHO. Apagué las luces, y quemé un poco de palo santo, lo que me sirvió para activar la mente, y focalizar que este era mi momento para relajarme. Este simple acto le dio algo de estructura a mi práctica y me ayudó a transportarme inmediatamente.

En el día 7 me sentí más consiente, a la hora de mi meditación, dejando atrás mis pensamientos, y comenzando a recibir los beneficios que estaba buscando. Hay que saber que práctica es diferente y esto generalmente se debe a que el estrés que estás liberando se puede liberar de muchas formas. Pero creo que es muy importante que no etiquetes tu meditación como mala o buena, sino intenta verla como una experiencia gratificante.

Por experiencia propia a todas esas personas que viven una experiencia similar que les cueste meditar, y concentrarse, la clave está en olvidarse de las reglas, busca lo que te relaje, aunque eso signifique una siesta accidental.

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