Ahhh la infidelidad, el gran mal del que muy pocas parejas se salvan y del que aún no hay cura. ¿Será que es realmente imposible impedir las traiciones de este tipo en una relación amorosa? ¿O tal vez los pro poliamor tienen razón en que los seres humanos no estamos programados para estar con una sola persona? Este es un temazo y, por lo mismo, muy complejo que cada pareja vive de diferente manera. Pero vale la pena hacer un deep dive sobre la infidelidad para descubrir sus causas y si hay situacuones en las que se puede justificar, teniendo en cuenta que en muchos casos puede no ser considerado como un error imperdonable (I’ll explain later).
¿Por qué odiamos la infidelidad?
Gran parte de la razón por la que como sociedad rechazamos tajantemente la infidelidad es la religión, pues es considerada un pecado (claro, en algunas solo si las mujeres lo cometen) y de ahí el estigma que nos impide hablar con honestidad del tema. También estamos acostumbrados a las relaciones monógamas desde el punto de vista natural, es decir, nuestros antepasados solían ser muy celosos con sus parejas por la necesidad de pertenencia, seguridad y reproducción.
Pero hoy en día hemos desarrollado una apertura respecto a la forma de mantener una relación amorosa con otras personas. Hay quienes se permiten tener relaciones sexuales con otros siempre y cuando no se involucren sentimentalmente (véase la peli Newness con Nicholas Hoult); están también quienes se permiten tener relaciones serias con más de una persona (véase la serie Conversations with Friends con Joe Alwyn); entre otras variaciones.
En estos casos, ni siquiera se puede hablar de infidelidad, ya que estar con otras parejas es un consenso, y mientras ambas partes estén de acuerdo con eso, todo OK. Sin embargo, como se puede ver en esos ejemplos, aunque las personas involucradas digan que aceptan la poligamia, en algún momento, la relación principal llega a un punto de quiebre porque sentimientos como celos, ansiedad y una baja del autoestima empiezan a entrometerse, resultando en una ruptura, un regreso a la monogamia o un reajuste a los términos de la poligamia.
La traición
De esos tres escenarios, el que nos interesa por ahora es el segundo. El que muchas parejas regresen a la monogamia luego de una larga racha de non-exclusivity es lo que pone en duda la efectividad de las perspectivas de libre relación que las nuevas generaciones están experimentando. Por ejemplo, Hailey Bieber contó en el podcast Call Her Daddy que ella y Justin no están dispuestos a añadir a otras personas en su matrimonio porque antes de casarse estuvieron on and off y tuvieron demasiadas libertades por mucho tiempo, lo cual les causó grandes problemas de confianza.
Justamente esa es la clave de la negativa a perdonar la infidelidad: es un acto de traición. Cuando una persona rompe la confianza con alguien con quien ha establecido a un nivel de intimidad muy profundo, es cuando se vuelve imperdonable estar con alguien más a sus espaldas (las veces que hayan sido) por razones egoístas, como no respetar la relación vigente, sentirse más valorado mientras más parejas sexuales tenga, etc.
Hasta ahí todo bien, tiene sentido el profundo odio a las personas infieles. Pero, ¿qué pasa cuando el motivo detrás de una infidelidad es más vulnerable? Probablemente tú hayas sido infiel alguna vez. ¿Cómo te sentiste después? ¿Por qué lo hiciste? ¿De qué forma afectó esa acción a tus futuras relaciones?
Cuándo se puede justificar una infidelidad
Al pensar en esto en primera persona la perspectiva es muuuy diferente, ¿cierto? Claro, porque conocemos de primera mano todas las variables que condujeron a la infidelidad; tal vez querías terminar con tu pareja y no tenías el valor para decírselo, así que provocaste una razón para que te terminara; maybe tus amigos te presionaban a ser un “todas mías”; quizás conociste a alguien que te permitió ser una versión de ti que no podías expresar con tu pareja (véase The Last Letter from Your Lover con Shailene Woodley); a lo mejor aprendiste durante la infancia que era normal tener otras parejas porque así era la relación de tus padres. And the list goes on!
Como ves, los motivos detrás de una infidelidad pueden ser mucho más profundos que solo la falta de fuerza de voluntad para rechazar una oportunidad de tener sexo. Al entenderlo de esta forma, sentir empatía con los “traidores” es natural, incluso puede que contemplemos el perdón. Pero más allá de perdonar, la lección es que la comunicación de pareja es lo más importante para mantener la confianza en una relación (perdonar el cliché).
Think about it: si las personas involucradas tuvieran una comunicación efectiva, sería mucho más fácil confesar cuando este tipo de pensamientos aparezcan antes de arriesgarse a estropear todo con una infidelidad; o con esa buena base de comunicación, si ya se cometió el acto, hablar sobre el verdadero motivo detrás podría evitar romper la relación e incluso fortalecerla.
Y aún en el caso de que termine, sentirse libre de expresar los sentimientos que surgieron antes, durante y después, con amigos o un terapeuta, puede ser de gran ayuda para superar el hecho cuando una persona está batallando con perdonarse a sí mismo por ser infiel. Superar el estigma de la infidelidad definitivamente facilitará las conversiones intra e interpersonales sobre el tema.

Tunes de infidelidad
Anyways, para terminar el debraye, aquí unas recomendaciones de canciones que hablan de infidelidad desde el punto de vista del infiel:
“Getaway Car” by Taylor Swift
“High Infidelity” by Taylor Swift
“Betty” by Taylor Swift
“Back to December” by Taylor Swift
“illicit affairs” by Taylor Swift
“would you love me now?” by Joshua Bassett
“Just Give Me a Reason” by P!NK and Nate Ruess
“Sorry” by Justin Bieber
“I Know What You Did Last Summer” by Shawn Mendes and Camila Cabello
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