Las mariposas en el estómago, la ansiedad del rechazo, los nervios de la primera cita, las lágrimas, el corazón roto, el amor-odio, la muerte de la pasión… hay explicaciones para todo eso y muchas tienen que ver con las hormonas del amor.
Se trate de amor, apego o deseo (o el tipo de relación en la que estés pensando); las sustancias, endorfinas y hormonas que activan nuestro cerebro juegan un papel clave, influyen en nuestro estado emocional, comportamiento (psicológico y sexual) y el vínculo con nuestras parejas. Las fuerzas que activan diferentes partes de nuestro cerebro existen en una delicadísima chain reaction, pero para no hacerte el cuento largo, a continuación te contamos cuáles son las hormonas principales que tienen influencia sobre el amor y nuestras relaciones.
Para comenzar, ¿qué es el amor?
Por siglos hemos buscado su definición pero, objetivamente, el amor romántico es un impulso y sucede cuando dedicamos toda nuestra energía en alguien.
La antropóloga Helen Fischer (Why We Love) lo llama “sistema de recompensa”: concentramos nuestra atención y vamos en busca del premio. Este deseo se alimenta de las sustancias químicas más estimulantes en nuestro cerebro. El impulso viene de la necesidad fisiológica de sobrevivir: los que aman se reproducen y transmiten sus genes, mientras que los perdedores del amor, el sexo y la reproducción finalmente se extinguen.
Por más frío que suene, estamos cableados para inconscientemente buscar a alguien para compartir nuestro ADN y trascender. Muchas explicaciones del amor y nuestros patrones tienen que ver con razones evolutivas que ni imaginaste.
¿Cuáles son las hormonas del amor?
Entre mil conexiones sinápticas en cada célula y diez billones de sinapsis, estas sustancias alimentan el amor obsesivo, apasionado o romántico. Y aunque parece sencillo, las endorfinas funcionan en una muy delicada y compleja chain reaction.
Dopamina: el elixir del romance
Entre las anfetaminas naturales, esta es de las más poderosas para la excitación sexual. Y mientras está asociada con el aprendizaje de los estímulos novedosos, el éxtasis también está aquí: mucha dopamina produce euforia, aumento de energía, hiperactividad, insomnio, pérdida de apetito, temblores,una aceleración de los latidos del corazón y de la respiración y, a veces, obsesión, ansiedad o miedo.
La dependencia y el ansia (síntomas en el amor) son asociadas con altos niveles de dopamina.Estimula la concentración, la motivación y una conducta orientada a un objetivo: tu enamorado. Lo más tricky: te hace perseverante. Cuando la recompensa se demora, las células producen más dopamina para dar energía al cerebro, centrando más la atención para luchar más por alcanzar el premio. “Playing hard to get”
Serotonina: a.k.a aguafiestas de la pasión
Es la “hormona de la tranquilidad” y cuando baja, hay obsesión. Esto lo saben los médicos que tratan a pacientes con transtornos obsesivo-compulsivos y recetan sustancias que elevan las serotonina.Cuando una relación amorosa se intensifica, los pensamientos obsesivos e irresistibles pueden ser casuados por descenso de serotonina y aumento de dopamina y norepinefrina. Esto podría explicar por qué el creciente éxtasis romántico del enamorado nos hace soñar despiertos, fantasear, meditar, reflexionar y obsesionarse por el objeto de amor.
Los estimuladores de la serotonina también reducen el impulso sexual.
Norepinefrina: dopamine’s side kick
Produce euforia, energía excesiva, insomnio, pérdida de apetito y capacidad de recordar estímulos nuevos. También desencadena el deseo sexual. Los adictos a las anfetaminas dicen que su impulso sexual puede mantenerse constante.
Este deseo probablemente sea resultado de la misma ecuación biológica: las anfetaminas elevan mucho la dopamina y la norepinefrina, que puede estimular la producción de testosterona.
Testosterona: el único afrodisíaco real
Si la dopamina aumenta, también los niveles de testosterona: la hormona del deseo sexual en hombres y mujeres.
De los muchos mitos sobre los afrodisiacos, este es el único comprobado para el deseo sexual. Todo hace sentido: con la edad, la testosterona baja reduce el deseo sexual. A medida que los estrógenos van disminuyendo con la menopausia, los niveles de testosterona y otros andrógenos quedan al descubierto. Y, ¿sabías que muchas sienten un mayor deseo sexual en torno a los días de la ovulación, cuando los niveles de testosterona aumentan?
Oxitocina y Vasopresina: motores del bonding
Mientras que el amor apasionado se relaciona con dopamina, norepinefrina y serotonina, el apego viene de estas dos hormonas clave.
Se sabe que durante el parto se libera mucha oxitocina, una sustancia importante para establecer el vínculo madre e hijo. La vasopresina también tiene su efecto en el instinto paternal.
Fun fact: durante el orgasmo, los niveles de vasopresina aumentan en los hombres y la oxitocina se eleva en las mujeres.
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