Los mexicanos somos conocidos en el mundo como “fiesteros” todo merece una celebración y la protagonista siempre es la comida, si es un cumpleaños no puede faltar el pastel, en la Candelaria los tamales, en Navidad el pavo o los romeritos, pero las fiestas patrias son las que más antojitos reúne: pambazos, pozole, esquites, tacos y un sinfín de platillos que caracterizan nuestra gastronomía.
Si estás a dieta no te preocupes, no necesitas ni romper la dieta, ni faltar a la fiesta, por ello te damos unos tips de que hacer antes, durante y después de cualquier celebración.
Antes
El error que muchos cometemos es mal pasarnos antes de una fiesta, pero con esto, estamos cometiendo dos grandes errores: el primero es desprogramar nuestra dieta y el segundo provocar que nuestras porciones durante la fiesta no solo se dupliquen, sino que se elija lo primero que ves.
Para esto, es recomendable comer lo requerido en tu dieta antes de llegar a la fiesta e hidratarte bien, así evitarás tener hambre. Puedes igual preparar un snack o, si tienes la oportunidad de llevar un platillo a la fiesta, opta por algo saludable para que tengas otras opciones y compartas con los invitados.
Durante
Ve todas las opciones que tienes frente a ti, evita lo capeado y frito, opta por una gran cantidad de verduras. Si algo fuera de tu régimen se te antoja no te lo niegues, pero tampoco te vayas a los extremos, limítate a una pequeña porción.
La nutrióloga Sandra Salazar, Gerente en Nutrición de las clínicas VIME nos da algunos consejos a seguir durante la comida:“Estar a dieta no significa que se deba uno privar de los festejos, te recomiendo que en el evento hagas lo siguiente: Consume una mayor porción de verduras (de preferencia sin aderezo), elige la proteína animal que tenga menos grasa, puedes comer algún guisado, por ejemplo tinga de pollo, limita las tortillas y tostadas, no comas hasta sentirte lleno, come despacio y evita el consumo de alcohol. Con esto te ahorrarás unas calorías extra y si te gusta bailar, aún mejor, porque quemarás calorías”.
Después
Si comiste de más o algo fuera de tu plan, ¡no te claves! y no saltes la siguiente comida, continúa normal con tu plan de alimentación e hidrátate.
Si no te pudiste resistir y rompiste la dieta completamente no te culpes, este sentimiento te quita confianza. Para comprender mejor las consecuencias y como sobrellevarlo, el Licenciado en Psicología Allan Hernández, Gerente de Terapia de Apoyo en VIME nos dice: “Comencemos por respondernos ¿Por qué nos sentimos culpables? ¿Las consecuencias son irreversibles?, si nuestro objetivo solo es culpabilizarnos no lograremos entender qué fue lo que pasó y cómo solucionarlo, lo mejor es saber ¿Qué nos llevó a romper la dieta y qué pude hacer para evitarlo? Entendiendo lo que pasó lograrás tener más fuerza de voluntad y evitar que nos vuelva a pasar, por el contrario, si solo te quedas con la culpa perderás la confianza en lograr tu objetivo y desertarás de inmediato.”
Cambiar tu régimen alimenticio no es fácil, requiere de tiempo, esfuerzo y dedicación, para lograrlo acércate a un especialista que te acompañe y asesore en el proceso.
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