Lecciones de la vida adulta que aprendimos viendo Friends
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Lecciones de la vida adulta que aprendimos viendo Friends

“Welcome to the real world! It sucks. You’re gonna love it.” Monica Geller diciendo eso es como el discurso de bienvenida de algún evento importante (adultez). Friends no solo fue un show que nos regaló risas, frases icónicas o momentos importantes en la TV, también nos mostró de cerca los altibajos que se pueden tener en la vida.

La serie estuvo al aire desde 1994 hasta el 2004, por lo que los personajes estaban entre sus veintes y sus treintas, así fue como aprendimos de sus experiencias personales y profesionales que hoy podemos tomar como lecciones de la vida adulta. Es un buen momento para hacer un recuento de ellas y poder guardarlas como un tesoro para nuestro futuro. 

Las mejores lecciones de la vida adulta que nos dejó Friends

Nunca es demasiado tarde para volver a empezar

El propulsor de esta lección fue sin duda Chandler quien odiaba su empleo y sentía que su vida ya no tenía sentido, en el episodio “The One Where Heckles Dies” (T2, E3) vemos como el futuro lo abruma y cree que ya nada se puede solucionar; sin embargo, hablando con sus amigos entiende que no solo requiere un trabajo por la obligación de tenerlo, es algo que nos tiene que apasionar. La lección que aprendimos es que nunca es tarde para encontrar tu verdadera pasión o vocación.

Tu pasado no te define

Recordemos el primer episodio donde Rachel acababa de plantar a su futuro esposo en el altar o el enterarnos de los tres divorcios de Ross, incluso la terrible infancia de Chandler y de Phoebe. Todos los personajes tenían cargas emocionales del pasado, pero a pesar de ello pudieron soltarlas y así continuar con su camino donde pudieron encontrar plenitud y crear nuevas experiencias.

La lección que aprendimos de esto es que puede haber momentos desagradables, pero son los que más enseñan porque de todo podemos aprender, debemos entender lo necesario de ellos y después soltarlos. 

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Abraza tus fortalezas y debilidades

Por ejemplo, Monica, quien era descrita por sus amigos y demás personajes como perfeccionista, clean freak, mandona (pero era una gran líder) o hasta ruda, logró apreciar lo bueno de su personalidad y tomarlo como fortaleza para tener éxito a lo que se dedicaba.

Siempre se esforzaba por ser la mejor versión de ella misma, buscando nuevas oportunidades para mejorar sus habilidades. La lección que aprendemos de esto es amar a quien eres; tus virtudes y defectos son lo que te hace única. Podemos seguir creciendo como personas aprendiendo de nuevos retos y situaciones.

La vida no se trata de tu trabajo

Según lo que nos dijo Phoebe es importante tener algo aparte de trabajar. Por ejemplo, ella disfrutaba de tomar cafecito en Central Perk y tocar su guitarra. La vimos trabajando como masajista, emprendiendo en catering con Monica y desenvolviéndose como autónoma, a pesar de eso siempre se daba tiempo para ella misma, que de hecho le servía para seguir con su música, para acercarse más a su familia y para crear recuerdos con sus amigos.

La lección que nos enseña es que es bueno seguir un trabajo que nos guste, pero no dejar de lado lo que también nos llena, como tener un hobby o pasar tiempo con nuestros seres queridos.

El amor es compromiso

Todos recordamos el “we were on a break” de Ross en el episodio The One Where Ross and Rachel Take a Break, o cuando Richard no quería tener hijos, pero si quería estar con Monica o cuando Mark no quería volver a casarse y terminó con Phoebe, lo que tienen en común estas relaciones es que no duraron por falta de compromiso.

En cambio, cuando los personajes se comprometieron por amor, como Chandler cuando superó su miedo al compromiso y le pidió matrimonio a Mónica o cuando Mike cambió de opinión y terminó casándose con Phoebe, la relación fue más fuerte. Esta lección que aprendemos es que el amor no se sostiene solo con química o pasión, sino con voluntad y compromiso, igual requiere de dedicación y esfuerzo.

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No dejes que el fracaso te interrumpa de seguir tus sueños 

Así como Joey nos enseñó. Su carrera fue una rollercoaster, siempre luchó por encontrar el éxito actuando, a lo largo de la serie lo pudimos ver consiguiendo papeles en producciones teatrales, o como el Dr. Drake Ramoray en Days of Our Lives o siendo el doble del trasero de Al Pacino, obteniendo críticas negativas y castings fallidos.

Joey sentía pasión por este trabajo y quería seguir aceptando todo lo que pudiera para seguir creciendo. Incluso después de los trabajos no tan ideales y de sus fracasos, jamás se despegó de lo que quería hacer. La lección que nos deja es que la perseverancia es clave para conseguir nuestros sueños y el fracaso es parte de la vida; sin él jamás podríamos crecer.

La vida no espera a nadie

Recordemos en las primeras temporadas cuando Ross esperó mucho para declararse a Rachel y luego llegó Paolo, su oportunidad se fue cuando comenzaron a salir. Ese es un ejemplo de cómo a veces los personajes despreciaban las oportunidades que se les presentaban y al darse cuenta ya las habían perdido.

Lo que aprendimos de esto es que esperar el “momento perfecto” puede hacer que pierdas las oportunidades más valiosas, no hay que dejar que el miedo nos impida alcanzar lo que queremos.

Tus amigos son oro

Sin duda, entre todas las lecciones de la vida adulta que aprendimos, esta es la más importante. Los amigos verdaderos son nuestra segunda familia, nuestros confidentes y nuestro apoyo. No necesitamos un squad parecido al de la serie, es con quienes nos sintamos cómodos y nosotros mismos; al final los reales estarán presentes.

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