Los monstruos de Guillermo del Toro y el simbolismo detrás de cada uno
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Los monstruos de Guillermo del Toro y el simbolismo detrás de cada uno

Si algo tiene Guillermo del Toro es que nunca le ha tenido miedo a los monstruos, de hecho, los ama. En su discurso cuando ganó el Golden Globe por The Shape of Water, lo dejó claro: “Desde niño he sido fiel a los monstruos. Me han salvado y absuelto, porque los monstruos, creo yo, son los santos patronos de nuestra bendita imperfección.”

Y esa frase básicamente resume toda su filmografía. A lo largo de los años, del Toro nos ha mostrado criaturas que no solo nos asustan, sino que también nos conmueven. Seres que reflejan lo que escondemos desde miedo y ternura, hasta culpa y deseo. Y con su nueva adaptación de Frankenstein (sí, con Jacob Elordi como el monstruo), el director tapatío cierra el círculo de una vida dedicada a mostrarnos que lo terrible también puede ser profundamente humano.

Así que, si tú también creciste fascinada por sus criaturas, aquí te contamos qué hay detrás de los monstruos más icónicos del universo del Toro y el simbolismo que los hace inolvidables.

El simbolismo detrás de todos los monstruos de Guillermo del Toro

El Hombre Pálido (El laberinto del fauno, 2006)

Pocas imágenes son tan perturbadoras como el momento en el que conocimos a ese ser de piel blanca que se coloca los ojos en las manos antes de devorar a sus víctimas. El Hombre Pálido que vemos en El Laberinto del fauno, no nació solo del miedo, sino del arte.

El Hombre Pálido (El laberinto del fauno, 2006)

Del Toro se inspiró en el cuadro de Francisco Goya Saturno devorando a su hijo y en el demonio japonés Tenome, un fantasma ciego con ojos en las palmas. Su cuerpo flaco también surgió de algo personal, el propio director lo relacionó con su experiencia de perder peso y sentirse “extrañamente hueco”, y hasta con la forma de una manta raya.

El Hombre Pálido es una metáfora del poder corrupto. Representa a las instituciones, como la Iglesia y el régimen fascista durante la Guerra Civil española, que se alimentan de los más inocentes. Sentado frente a un banquete que no puede comer, es una representación de la avaricia, la ceguera moral y el apetito de quienes controlan y castigan.

Dato curioso: este monstruo incluso horrorizó al rey del terror, Stephen King, quien en una función se estremeció al ver al Hombre Pálido.

El Fauno (El laberinto del fauno, 2006)

El otro gran ser de El laberinto del fauno es casi su contraparte: el Fauno, una figura antigua, ambigua, mitad guía espiritual y mitad prueba moral.

El Fauno (El laberinto del fauno, 2006)

No es el típico sabio protector, del Toro siempre quiso que fuera inquietante y un poco desconfiable. Los faunos vienen de la mitología romana, de la deidad de la naturaleza Fauno, y con el tiempo se mezclaron con los sátiros griegos, dando lugar a la imagen moderna de criatura mitad humana, mitad cabra, que representa la naturaleza misma. Visualmente, mezcla influencias de las ilustraciones de Arthur Rackham, la mitología romana y los cuentos de autores como Arthur Machen y Lord Dunsany.

Doug Jones, el mismo actor detrás de varias criaturas del Toro, pasaba hasta cinco horas diarias en maquillaje y el director le pidió que canalizara la energía de un “Mick Jagger mágico”, y sí, se nota.

El Ángel de la Muerte (Hellboy II: The Golden Army, 2008)

Pocas criaturas resumen tan bien la estética de del Toro como este ser alado y cegado, con ojos en cada pluma. El Ángel de la Muerte no da miedo, impone. Representa la inevitabilidad del destino, la sabiduría que ve todo pero no interviene.

El Ángel de la Muerte (Hellboy II: The Golden Army, 2008)

Su diseño fue inspirado por los murales de iglesias mexicanas, esas figuras barrocas y doradas con ojos en las alas y por las pinturas infernales de Pieter Bruegel y Hieronymu Bosch.

Del Toro quería que su forma fuera casi matemática, perfecta. Alas en forma de “X”, simetría total, como si el propio universo lo hubiera diseñado. En la película, el ángel aparece para mostrarle a Hellboy su destino, destruir el mundo o salvarlo.

El Hombre Anfibio (The Shape of Water, 2017)

El “monstruo” más romántico de todos. Desde niño, del Toro amó Creature from the Black Lagoon (1954), pero siempre le molestó que la criatura y la mujer no terminaran juntos. Décadas después, corrigió ese final con The Shape of Water.

El Hombre Anfibio (The Shape of Water, 2017)

El Hombre Anfibio, interpretado por Doug Jones, es una mezcla entre el mítico Yacuruna del Amazonas, un espíritu acuático venerado como dios, con poderes de curación y las proporciones del David de Miguel Ángel.

Este ser representa “al otro”, al diferente, al marginado. En un mundo que lo teme y quiere explotarlo, encuentra amor y aceptación en Elisa, una mujer muda que ve en él lo que nadie más puede. Del Toro lo llama un “monstruo con alma de santo”.

El traje se diseñó durante tres años, usando colores como pecho ocre, espalda azul iridiscente y reflejos inspirados en sepias y peces abisales, logrando un efecto casi espiritual de bioluminiscencia.

Los fantasmas de Allerdale Hall (Crimson Peak, 2015)

En Crimson Peak, los fantasmas no son enemigos, son advertencias. Son la memoria del dolor. Del Toro los creó para mostrar que el pasado nunca muere, solo cambia de forma y obvio, cada color de fantasma tiene un significado.

Los fantasmas de Allerdale Hall (Crimson Peak, 2015)

Los espíritus asesinados quedan rojos, marcados por una muerte violenta. El negro se queda con los que, por deseo o venganza, no se van y cargan con su culpa. Y el blanco es la redención, el color de las almas que por fin encuentran paz, como Thomas cuando se sacrifica.

La peli combina influencias del gótico clásico como Anne Radcliffe, Edgar Allan Poe y The Turn of the Screw, con una experiencia real del propio del Toro, quien jura haber escuchado “una mujer gritar y un hombre sollozar” en un hotel embrujado. 

La Criatura de Frankenstein (Frankenstein, 2025)

Del Toro siempre ha dicho que Frankenstein es su historia favorita, y ahora que finalmente la llevó al cine, se nota que es su obra más personal.

La Criatura de Frankenstein (Frankenstein, 2025)

En su versión, la criatura, interpretada por Jacob Elordi, no es un monstruo vengativo, sino un inocente traicionado. Es un hijo abandonado que refleja el rechazo y la crueldad de su creador.

Inspirado en el texto original de Mary Shelley, el clásico de 1931 y los dibujos del legendario artista Bernie Wrightson, del Toro construyó una película que combina romanticismo gótico con fe católica. Para él, la historia es una parábola sobre la creación, la soledad y el deseo de ser amado por quien nos hizo.

El diseño del monstruo, a cargo de Mike Hill, llevó nueve meses. Hill contó a Polygon que “Guillermo no quería que pareciera cosido con puntadas gruesas. Quería que se sintiera como algo hecho a partir de un patrón, planeado, fabricado por alguien”.

Para lograrlo, Hill se inspiró en referencias que iban desde las teorías científicas de la época de Frankenstein hasta el trabajo de George Lucas. En particular, tomó elementos de C-3PO de Star Wars, como las líneas elegantes y las bisagras, especialmente en la rodilla de la criatura, que casi no se ve en la película. “La pierna de C-3PO tiene una especie de media luna en la rodilla, y la puse en el monstruo solo por diversión”, dice Hill.

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