Por años, Meredith Blake fue la pesadilla de toda niña obsesionada con Juego de Gemelas de 1998. La villana sin corazón, la gold digger, la bruja que intentaba robarse a Dennis Quaid y arruinar el sueño de que mamá y papá regresaran. Pero… ¿y si todo eso fue pura mala prensa?

Gracias a TikTok y su implacable poder de reevaluar la cultura pop, el personaje interpretado por Elaine Hendrix está viviendo un glorioso glow-up narrativo. El hashtag #meredithblake ya supera los 175 millones de vistas, y entre memes, edits e inspo de moda, algo ha quedado claro: Meredith no era la villana. O al menos, no más que cualquier otro adulto en esa película.
La usuaria de TikTok @ashleywhitfield lo dijo mejor que nadie: “Crecer es darte cuenta de que Meredith Blake no era la mala. ¿Era simpática? No. ¿Pero es su culpa que un hombre divorciado con hijas no supiera manejar su vida familiar? Tampoco”. En serio, ¿cómo es que nos convencieron de que los verdaderos héroes eran los papás que separaron a sus hijas gemelas al nacer y mintieron sobre su existencia durante once años?
La villana de una historia mal contada
Sí, Meredith no era dulce. Tenía cero tolerancia a los berrinches, tomaba llamadas laborales en la alberca y dejó claro que no iba a permitir que dos niñas la manipularan. ¿Es eso ser una villana? O más bien, ¿es ser una mujer con límites claros?
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A los 26 años, Meredith era una publicista exitosa, con su propio dinero y carrera. Jamás se insinuó que quería dejar de trabajar. Jamás dijo que quería alejar a Nick de sus hijas. Lo que sí hizo fue soportar una campaña completa de sabotaje a manos de Hallie y Annie, que incluyó desde lagartijas en su botella hasta terminar varada en un lago sobre un colchón inflable.
Y cuando finalmente explota y le exige a Nick que elija entre ella o las niñas, ¿qué pasa? Él se ríe en su cara. Como si fuera una loca. Como si estuviera pidiendo algo irracional, cuando lo único que quería era respeto y claridad.

La ambición no es un crimen (aunque seas mujer)
Parte del odio hacia Meredith viene de un viejo reflejo cultural: las mujeres ambiciosas asustan. En los 90, en el cine familiar, o eras la mamá angelical tipo Elizabeth James (Natasha Richardson), o eras la villana que “quiere algo más”. Y Meredith, con su corte recto, lipstick rojo y ropa en blanco y negro perfectamente entallada, claramente quería algo más. Tenía una meta y no se iba a disculpar por ello. Eso no es maldad, es determinación.
Otra villana que Disney trató de redimir años después fue Cruella de Vil, quien (coincidencia o no) comparte muchos rasgos con Meredith: stylish, independiente, ambiciosa, y con una amor por el blanco y negro (aunque llevada al extremo). En la versión live-action, le dice a Anita sobre el matrimonio: “Se han perdido más mujeres buenas al matrimonio que por la guerra, el hambre, la enfermedad y los desastres. Tienes talento, querida. No lo desperdicies.”
La propia Elaine Hendrix, actriz que dio vida a Meredith, lo resumió con claridad en una reciente entrevista con Entertainment Weekly: “Tuve que justificar todo lo que hacía Meredith. Para mí, ella era la buena. Solo estaba siendo una mujer segura de sí misma en un mundo que no sabe qué hacer con mujeres así. Estoy feliz y agradecida de que todo el mundo se esté poniendo al día.”

Todas queremos ser Meredith Blake
Hoy Meredith Blake no solo se reivindica como personaje, también como ícono de estilo. Su vibe mezcla el minimalismo de los 90 con una energía bossy que Gen Z ha abrazado sin culpa. Sus looks monocromáticos, sus lentes de sol gigantes y su energía de “yo no nací para aguantar niñerías” han inspirado disfraces, edits, tiktoks y hasta una nueva generación de defensoras del arquetipo de la mujer ambiciosa.
La verdad es que Meredith no merecía que la trataran como el enemigo. No era perfecta, pero tampoco cruel. Lo que pasa es que rompía con el molde. Y a veces, eso es suficiente para que a una mujer la pinten como la mala. La misma Elaine Hendrix, reconoce su impacto en la Gen Z: “Todos los memes son divertidos, los vídeos, mucha gente se disfraza de ella en Halloween. No pasa un día sin que me publiquen un post, sin que reciba un correo electrónico, sin que me paren por la calle, sin que me digan algo sobre ella, y eso es increíble en la carrera de cualquiera. Es un honor.”
Ya fue tiempo suficiente. Reivindiquemos a Meredith Blake no como la villana de The Parent Trap, sino como la antiheroína que nos advirtió (con toda la elegancia del mundo) que no hay nada más peligroso para el status quo que una mujer joven, segura y con un plan.
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