Durante el fin de semana, Meghan Markle hizo una visita sorpresa a NYC (en avión comercial, obvio) para apoyar a Serena Williams en el Abierto de Tenis de Estados Unidos, tal y como lo haría cualquier buen amigo.
Sin embargo, cuando Williams perdió su último partido contra Bianca Andreescu, algunas personas comenzaron a acusar a la duquesa de Sussex de ser de “mala suerte” para la campeona de tenis.
No es del todo una sorpresa que la gente haya encontrado cosas nuevas por las cuales culparla: desde que Meghan ha vuelto a ser el centro de atención después de dar a luz a Archie, sus detractores también han vuelto con toda su fuerza. Ella ha sido arrastrada por todo, desde sus jeans hasta la forma en que sostiene a su bebé, e incluso por “brillar”, todo mientras el Príncipe Andrew, el hijo de la Reina Isabel, ha estado involucrado en el escándalo real de estar vinculada al pedófilo acusado y al delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.
Todos somos libres de creer en los “conjuros” y los encantos de la mala suerte, pero culpar a una mujer que no conocemos por algo que en realidad no se basa en la realidad, incluso como una broma, parece un paso demasiado lejos, ¿no creen?
Artículo original: InStyle.com
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