Durante años, la conversación sobre el vello corporal femenino se centró en eliminarlo: rasurar, depilar, láser. Pero hay una nueva narrativa ganando fuerza, una que no busca erradicar el vello, sino transformarlo. Se trata de blanquearlo, decolorarlo, volverlo casi invisible… pero absolutamente presente.
La idea no es nueva (pensemos en modelos noventeras con vello apenas perceptible en las piernas), pero en 2025 esta modalidad ha regresado con fuerza, y con una nueva actitud: ya no se trata de esconder el vello, sino de resignificarlo.
Un estándar que no siempre estuvo ahí
Aunque hoy parece una norma, el vello corporal femenino solo empezó a ser visto como “algo que debía desaparecer” hace poco más de un siglo. Antes de los años 1910s, las mujeres occidentales rara vez se rasuraban el cuerpo. Fue en 1915 cuando la marca Gillette lanzó su primera navaja de afeitar “especial para mujeres”, llamada Milady Décolleté, acompañada de un anuncio que mostraba a una mujer con los brazos levantados y axilas suaves.
El anuncio, que coincidió con el auge de los vestidos sin mangas y la moda de mostrar más piel, decía: “la moda moderna exige axilas suaves y limpias”. Fue una campaña tan exitosa que marcó un antes y un después en la industria del body grooming, normalizando la idea de que el vello femenino debía ser eliminado para ser considerado atractivo o aceptable.
Desde entonces, la depilación se convirtió en rutina… hasta ahora.
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Del taboo al statement
Influencers como Lourdes Leon y modelos como Iris Law han hecho del vello visible parte de su estética. Ahora, al decolorarlo, se mantiene su textura, su forma, su identidad… pero se le quita el dramatismo social. Es casi un “te veo, pero no me importa”, una especie de neutralidad radical.
En TikTok, el hashtag #bleachedbodyhair ya suma millones de views, con tutoriales, reacciones y muchas personas compartiendo su experiencia: desde piernas con vello rubio platinado hasta axilas tipo Scandi blonde. El look se siente natural pero provocador, sutil pero político.
¿Por qué ahora?
Este giro estético está alineado con varias corrientes culturales actuales:
- El cuestionamiento de los estándares tradicionales de belleza.
- La estética genderless y la fluidez corporal.
- La nostalgia por lo Y2K, donde el “rubio falso” dominaba desde las cejas hasta los pantalones de tiro bajo.
- Y, sobre todo, la necesidad de una belleza más natural, más propia, menos impuesta.
Cómo lograrlo
Si te animas a probar, aquí algunos métodos para hacerlo de forma segura y con estilo:
1. Con productos especializados
- El clásico Jolene Crème Bleach sigue siendo un favorito, pero también existen versiones más suaves sin amoníaco para pieles sensibles.
- Haz siempre una prueba de parche antes de aplicarlo.
- Aplica con brocha en piernas, brazos o barriga y déjalo actuar según instrucciones.
2. Método natural: manzanilla + agua oxigenada + sol
- Prepara una infusión concentrada de manzanilla y mézclala con un poco de agua oxigenada (vol. 10 o 20).
- Aplica con algodón en la zona deseada y toma el sol unos 20-30 minutos (obvio con protector solar en la piel).
- El resultado es gradual, pero genera ese efecto dorado playero que se siente muy L.A. en los 2000s.
3. Cuidados post-decoloración
- Aunque no estás rasurando ni depilando, tu piel igual puede sensibilizarse.
- Hidrata con cremas calmantes o aloe vera, y evita exfoliar ese día.
Belleza en evolución
Más allá de la estética, el blanqueo del vello es un gesto de agencia: una forma de apropiarte de tu cuerpo y decir “esto también es bello”. No se trata de estar a favor o en contra del vello visible, sino de tener otra opción sobre la mesa, una que es igual de válida, y mucho más libre.
Después de todo, si una campaña publicitaria cambió el rumbo del vello femenino en 1915, hoy puedes decidir, por ti misma, si lo quieres visible, decolorado, o simplemente como es.
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