Nos obsesionamos con encontrar el suero perfecto, analizamos ingredientes, rutinas, tendencias y hasta compramos herramientas que prometen redefinir el rostro y dar un efecto lifting sin bisturí. Pero hay un paso silencioso, subestimado y fundamental que muchas olvidamos: limpiar nuestras beauty tools.
Tus brochas, rodillos, gua shas, dispositivos de microcorriente y hasta ese cepillo facial eléctrico que juras que te dejó la piel más suave… todos requieren limpieza constante. No solo para que funcionen mejor, sino para proteger la salud de tu piel.


El problema silencioso: bacterias, moho y residuos invisibles
Cuando no limpias tus herramientas de forma adecuada, se convierten en un hábitat perfecto para bacterias, hongos, grasa oxidada, polvo, células muertas e incluso moho. Y si lo piensas dos veces, la imagen es bastante clara: todo eso lo estás reaplicando sobre tu piel una y otra vez. En este caso, aquí te dejamos unos tips de cada cuando y como limpiarlas.
¿Cada cuánto deberías limpiarlas?
Brochas de maquillaje
- Base, corrector, blush en crema: una vez por semana mínimo.
- Polvo, sombras: cada 7–10 días.
- ¿Cómo? Usa shampoo suave o jabón neutro. Seca en posición horizontal para no dañar el pegamento de las cerdas.
Beauty Blenders
- Después de cada uso. Las esponjas de maquillaje, como los beauty blenders, pueden acumular bacterias y residuos de productos, por lo que es esencial limpiarlas después de cada aplicación.
- ¿Cómo? Lava con un jabón específico para beauty blenders o un limpiador suave. Asegúrate de exprimir bien el exceso de agua y dejarlo secar al aire.
Rodillos, gua sha, esferas frías
- Después de cada uso. Aunque no veas suciedad, están en contacto con aceites, sueros y tu piel.
- Límpialos con jabón neutro y agua tibia, sécalos muy bien antes de guardarlos.
Microcurrent tools y otros dispositivos eléctricos
- Limpieza superficial después de cada uso (con paño húmedo).
- Limpieza más profunda una vez por semana. Usa toallitas sin alcohol o productos específicos para dispositivos si el fabricante lo indica.
La regla de oro: si toca tu cara, debe estar limpio
Piénsalo así: no usarías una toalla sucia para secarte la cara después de lavártela. Entonces, ¿por qué usar herramientas que llevan semanas (o meses) sin una limpieza adecuada?
Además, si estás invirtiendo en buenos productos, pero tus herramientas están sucias, estás interfiriendo directamente en su efectividad. La limpieza no solo es un paso de higiene, es una parte activa del cuidado de la piel.
Limpiar tus beauty tools no es una sugerencia. Es una parte esencial del ritual.
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