¿Realmente el mewing ayuda a esculpir tu mandíbula?
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¿Realmente el mewing ayuda a esculpir tu mandíbula?

Si hay algo que TikTok nos ha enseñado, es que no existe límite para los beauty hacks virales. Desde masajes linfáticos caseros hasta mascarillas hechas en casa y face taping, el internet se ha convertido en el nuevo consultorio de belleza colectiva. El último protagonista de esta obsesión con los glow-ups: el mewing.

Sí, suena raro, pero millones de personas (y celebridades) juran que cambiar la postura de tu lengua puede transformar tu cara. Más definida, más estilizada, más armónica. ¿Demasiado bueno para ser verdad? Puede ser. Pero eso no ha impedido que esta técnica se viralice como una de las favoritas del momento para marcar la mandíbula de forma natural y sin cirugías.

¿Qué es exactamente el mewing?

En pocas palabras: el mewing es una técnica de tongue posture (postura de lengua) que consiste en mantener la lengua apoyada contra el paladar, con los dientes apenas tocándose y los labios cerrados. Suena simple porque lo es. La idea detrás de esto es que con el tiempo esta postura ayuda a fortalecer los músculos del rostro y cuello, mejorar la respiración nasal y, con práctica, lograr una apariencia más definida.

El truco está en no solo hacerlo para la foto, sino convertirlo en un hábito diario. Es como una especie de “pilates para la cara” que puedes practicar en cualquier momento: mientras manejas, ves series o trabajas.

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¿Cómo se hace el mewing? Paso a paso

  1. Cierra los labios de forma natural, sin forzar.
  2. Junta ligeramente los dientes, pero sin apretar.
  3. Coloca la lengua en el paladar, tocando justo detrás de los dientes frontales y extendiéndola hacia atrás lo más que puedas.
  4. Mantén la posición el mayor tiempo posible durante el día.

Tip extra: practicarlo mientras sonríes suavemente puede activar aún más los músculos del cuello y levantar visualmente la parte inferior de tu cara.

@carolinehannibal

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¿De dónde salió todo esto?

Aunque ahora lo vemos en TikTok con millones de reproducciones, el mewing no es nuevo. Fue creado por un ortodoncista británico en los años 70 que tenía teorías bastante particulares sobre cómo debería desarrollarse la cara humana. Durante décadas su método fue más bien marginal… hasta que internet lo encontró, lo renombró y lo convirtió en una microtendencia estética.

Hoy en día, la técnica se asocia menos con sus raíces clínicas y más con rutinas de belleza DIY y trucos de modelaje facial. Piénsalo como la evolución del ángulo perfecto de selfie, pero con un toque más consciente y corporal.

¿Cómo se hace el mewing? Paso a paso
@bella hadid

¿Por qué está todo el mundo hablando de esto ahora?

La respuesta es simple: el algoritmo. Pero también vivimos en una era donde la optimización estética está en todas partes. Entre los filtros hiperrealistas, las apps que escanean tu “simetría ideal” y la presión de estar siempre lista para la cámara, es natural buscar microtrucos para vernos mejor sin pasar por procedimientos invasivos.

El mewing se volvió popular porque no requiere aparatos, no cuesta nada, y da la sensación de estar haciendo algo por tu cara. Además, en tiempos de beauty minimalism, donde cada vez apostamos más por la naturalidad y lo sutil, esta técnica cae como anillo al dedo.

¿Funciona o es puro hype?

Hay miles de videos con resultados tipo “antes y después”, pero ojo: muchos de ellos también juegan con ángulos, luz y edición. Lo que sí es real es que trabajar la postura (facial y corporal) puede tener efectos visuales inmediatos: levantar ligeramente la papada, proyectar el mentón y alargar el cuello. Es decir, puede ayudarte a verte más estilizada en el espejo y en la cámara.

Ahora, si lo que buscas es un cambio radical o permanente, el mewing no es milagroso. No va a sustituir un lifting ni un relleno, pero puede complementar tu rutina y ayudarte a tomar conciencia de tu expresión facial y postura.

¿Qué más puedes hacer para marcar la mandíbula sin cirugía?

Aunque el mewing se ha robado los reflectores, no es la única opción si buscas afinar tu rostro:

  • Masajes faciales con gua sha o rollers.
  • Ejercicios de yoga facial, ideales para tonificar sin agresión.
  • Face taping o bandas tensoras que prometen reafirmar el contorno facial.
  • Rellenos o skin boosters para dar proyección al mentón o mandíbula (si buscas algo profesional, pero sin cirugía).
  • Postura corporal: sí, mantener la espalda recta y el cuello largo también puede cambiar cómo se ve tu cara.

¿El veredicto final?

El mewing es una mezcla de truco visual y ejercicio facial. No hay ciencia exacta detrás, pero tampoco parece hacer daño (siempre que no se vuelva una obsesión). Es perfecto si quieres explorar tu estética desde un lugar más suave, sin inyecciones ni cirugías. Tal vez no te cambie la cara, pero definitivamente puede ayudarte a habitarla diferente.

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