Por años, hablar de rizos era escuchar a tu abuela decirte: “te verías más arreglada si te alisaras el pelo.” El pelo rizado en México vivió a la sombra del alaciado perfecto. Desde las planchas y Dysons hasta los tratamientos de keratina disfrazados de “cuidado”, muchas de nosotras crecimos con la idea de que el volumen era sinónimo de descuido, algo a corregir.
Hoy, cada vez más mujeres abrazan su textura natural. No como una tendencia pasajera, sino como un regreso a lo auténtico. Y en ese camino, ha nacido una herramienta inesperadamente poderosa, el Curly Check, una plataforma gratuita que facilita, por fin, el cuidado consciente del pelo rizado en nuestro país.

El Método Curly Girl
Quienes se han adentrado en el mundo de los rizos probablemente han escuchado hablar del Método Curly Girl, una filosofía desarrollada por Lorraine Massey. Su propuesta es sencilla, pero poderosa, dejar de maltratar el pelo con ingredientes agresivos (como sulfatos, siliconas no solubles y alcoholes secantes) y empezar a escucharlo. Entender su patrón, sus ciclos, sus necesidades.
Lejos de ser una fórmula rígida, el método se adapta a distintas texturas, estilos de vida y niveles de compromiso. Pero algo es cierto, el inicio puede ser abrumador. ¿Qué productos son realmente “buenos”? ¿Dónde se compran en México? ¿Qué significa que algo tenga “proteína”? ¿Qué pasa si mi rizo cambia con las estaciones? Frente a tanta información y desinformación surgió una necesidad real de guía.

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Nace una solución local: la plataforma para pelo rizado en México
Fue justamente desde ese lugar de frustración que Karla Reyes, mexicana y usuaria del método desde hace más de cinco años, decidió crear Curly Check. Su experiencia personal (como la de muchas otras) estaba marcada por horas leyendo etiquetas en el súper, cruzando ingredientes en buscadores o pidiendo recomendaciones en grupos de Facebook. “Como ondulada con frizz, viví en carne propia lo difícil que puede ser entender qué productos realmente te ayudan y cuáles sabotean tu rutina”, explica Karla.
Curly Check nació como respuesta a ese caos. Es una plataforma digital donde se pueden buscar productos por nombre o marca, ver si son compatibles con el método, filtrar por características (como si contienen proteína, si son veganos, etc.) y hasta acceder a enlaces de compra local.
Pero más allá de su funcionalidad, lo que distingue a Curly Check es que está pensada desde la experiencia mexicana. Aquí no hay que adivinar si ese shampoo de TikTok está disponible en el país ni traducir nombres de ingredientes. Todo está adaptado, localizado y curado para una comunidad que por fin está siendo escuchada.
Una comunidad que ya no se esconde
El boom del cuidado capilar no es casualidad. Según Mordor Intelligence, el mercado de productos para el pelo en México alcanzó los 1.7 mil millones de dólares en 2024 y seguirá creciendo. La demanda por fórmulas sin sulfatos, parabenos ni siliconas va en aumento, pero entre tantas etiquetas “clean” o “curly-friendly”, también hay confusión. Por eso es clave tener plataformas que informen antes de vender.
Cuidar tu pelo no debería ser complicado, sino una rutina personal y flexible. El pelo cambia, como cambiamos nosotras. No hay una única forma de tener rizos ni una fórmula perfecta para cuidarlos. Lo importante es aprender a escucharlos y dejar de culparse por no “domarlos”.
Curly Check llega como un reflejo de este nuevo momento. Donde el pelo rizado deja de verse como algo que hay que arreglar, sino como algo que merece dejar ser.
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