Hace poco se habló mucho en TikTok de una historia que dejó clarísimo cómo un paso mínimo puede descontrolarlo todo. Justo por eso los errores al usar retinol volvieron al spotlight… porque, honestamente, pasan mucho más seguido de lo que admitimos.
Aquí te contamos cómo puedes usar este ingrediente tan poderoso de forma segura y sin arrepentimientos.

Los 13 errores al usar retinol que tu piel agradecerá que evites
1. Aplicarlo con la piel húmeda o recién mojada
La humedad acelera la penetración y el activo entra con mucha más fuerza de la que tu barrera puede controlar. Tampoco funciona humedecer la piel después, porque en cuanto se mezcla con agua o vapor (como justo antes de meterte a bañar), la absorción vuelve a dispararse. Lo ideal es aplicarlo siempre con la piel completamente seca y sin contacto con agua por un buen rato.
2. Usar más cantidad para que funcione mejor
El exceso no mejora resultados, solo sobrecarga la superficie y provoca irritación. Una capa gruesa no hace nada extra, solo te deja con el clásico why did I do that que aparece horas después.
3. Empezar todas las noches como si la piel ya estuviera lista
La tolerancia no se construye solita. Si vas diario desde el día uno, la renovación celular se acelera demasiado y aparecen tirantez, manchas rojas y la famosa textura áspera que nadie quiere ver.
4. Mezclarlo con exfoliantes fuertes en la misma rutina
Los AHA y BHA adelgazan la capa superficial. Si encima añades un activo que trabaja desde adentro, la piel recibe doble estímulo. Por eso la combinación suele terminar en ardor o parches secos.
5. Combinarlo con vitamina C pura al mismo tiempo
La vitamina C en formato ácido ya puede irritar por sí sola. Si la unes con un renovador, el pH bajo más el estímulo interno se sienten like too much y la piel responde con sensibilidad al toque.
6. Aplicarlo justo después de depilar, exfoliar o tallar la zona
La fricción deja microcanales invisibles que hacen que cualquier activo entre con más profundidad. El resultado no es una quemadura muy dolorosa. Lo ideal es esperar a que la zona esté calmada y sin enrojecimiento.
7. Llevarlo directo a zonas delicadas sin una capa protectora
Las comisuras y el contorno tienen menos lípidos y se resecan muy rápido. Una barrera de crema sirve como amortiguador para que el activo no caiga con tanta intensidad en esas áreas sensibles.
8. Saltarte la hidratante
La barrera sin apoyo se siente mucho más vulnerable. La crema evita que la piel pierda agua y reduce la reacción al activo, así que lejos de estorbar, hace que todo sea más tolerable.

9. No aplicar protector solar al día siguiente
La renovación aumenta la fotosensibilidad. Sin FPS, incluso una caminata corta puede detonar rojez y manchas nuevas. Este es el paso que define si la piel mejora o se descompensa.
10. Usarlo cuando ya hay brote o dermatitis
Cuando la piel está inflamada, cualquier estímulo se siente multiplicado. El activo no mejora el brote, lo intensifica, porque la barrera está ocupada tratando de repararse.
11. Cambiar de fórmula cada semana porque viste otra recomendación
Cada producto tiene una absorción diferente. Si la piel nunca se acostumbra a una fórmula, se mantiene inestable y reacciona con más facilidad. La constancia aquí es literal skincare gold.
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