Con tantos tonos en tendencia cada temporada, encontrar un color que se vea natural y favorecedor parece más complicado de lo que debería. El color Vanilla latte está cambiando ese panorama porque logra un balance perfecto entre matices beige y cremosos que iluminan la piel sin verse artificial. Este tono tiene la capacidad de aportar dimensión y movimiento mientras mantiene un acabado glowy y effortless que se adapta a casi cualquier estilo de vida.

Por qué vanilla latte está en todas partes
Este tono combina reflejos beige suaves con un fondo cremoso que da luz al rostro y suaviza las facciones. No es un rubio tradicional ni un castaño profundo, es el punto exacto entre ambos. Además, la técnica que suele usarse para conseguirlo, con babylights finas y raíz ligeramente difuminada, ayuda a que el crecimiento sea más sutil, por lo que no requiere retoques tan frecuentes.
Cómo adaptar el tono a tu estilo
La razón por la que vanilla latte se volvió tan popular es que funciona en diferentes tonos de piel y tipos de cabello. Si tu piel es fría, se pueden incluir matices ligeramente cenizos para mantener el balance.
Si tu tono es cálido, los reflejos dorados suaves hacen que la piel se vea más uniforme y fresca. En pieles neutras, la versión clásica del beige cremoso logra un efecto perfecto. La clave está en que el tono se personaliza según tu base natural y no busca transformar por completo tu color, sino realzarlo.
La forma correcta de pedir el tono vanilla latte en el salón
Si querés llevarlo, explicá que buscás un tono beige cremoso con babylights delgadas, luminosidad alrededor del rostro y un difuminado suave en la raíz.
La técnica es importante porque el efecto debe sentirse ligero y dimensional, sin marcar bloques de color evidentes. Esto hace que el tono dure más tiempo y que la transición sea sencilla si decides dejarlo crecer. El objetivo no es un cambio drástico, sino un refresh que se sienta propio.
Cómo cuidarlo para que se mantenga perfecto
Para conservar el acabado beige cremoso y el brillo característico vanilla latte, lo ideal es incluir productos que ayuden a mantener el tono y la hidratación. Un shampoo matizante puede evitar que el color se oxide, aunque debe usarse solo cuando sea necesario. Alternar mascarillas nutritivas con tratamientos reparadores mantiene la suavidad y el brillo.
Además, reducir el uso de herramientas térmicas y aplicar protección de calor es clave para que la fibra no se dañe. Cada seis a ocho semanas, un gloss o baño de color refresca el acabado y prolonga el color.


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