Cuando se trata de escoger un color de pelo o hasta decidir qué ropa te queda mejor, hay un detalle súper importante que a veces ni pensamos: el contraste natural que tenemos entre la piel, el pelo y los ojos. No necesitas ser experta en teoría del color para sacarle provecho, con solo saber si eres de alto o bajo contraste, puedes lograr que tu estilo y tus facciones resalten muchísimo más. Y obvio, aquí te vamos a enseñar todo lo que necesitas saber para describir tu contraste…
¿Qué es el contraste y por qué importa?
El contraste, en pocas palabras, es la diferencia de tonos entre tu piel, tu pelo y tus ojos. ¿Y por qué importa esto? Porque esa combinación natural afecta cómo se ven tus rasgos. Las personas con alto contraste suelen tener facciones más marcadas y llamativas, como si todo estuviera más definido. Mientras que quienes tienen bajo contraste tienden a tener una apariencia más suave, armónica y natural.
Conocer tu tipo de contraste te puede ayudar a elegir mejor los colores que te favorecen tanto en la ropa como en el maquillaje o el tinte de pelo. Es como entender tu “paleta base” para resaltar lo que ya tienes.
Cómo se ve un look de alto contraste
El alto contraste se nota al instante. Es ese efecto visual fuerte donde los tonos entre piel, pelo y ojos están súper marcados. Piensa en piel muy clara con pelo negro, rubio platinado con raíces oscuras, o un rojo que destaca sobre una piel neutra. Todo tiene líneas claras y bien definidas entre un color y otro y eso lo hace súper llamativo.
Este tipo de contraste suele atraer a quienes disfrutan de los looks intensos, los tonos vibrantes y un estilo que no pasa desapercibido. Si te gustan los maquillajes bold, la ropa con colores fuertes o los peinados que enmarcan el rostro, probablemente te encante cómo se ve un contraste alto.
Eso sí, mantenerlo puede requerir un poco más de esfuerzo. Como las diferencias entre tonos son tan evidentes, cualquier desbalance, como raíces crecidas o colores deslavados, se nota más. Pero si te gusta el drama visual y los looks impactantes, vale totalmente la pena.
Cómo se ve un look de bajo contraste
El bajo contraste es todo lo contrario al alto, en lugar de saltos marcados entre tonos, hay una transición suave, como si todo se mezclará de forma natural. Piensa en un castaño con reflejos miel que se funden con una piel cálida, o un rubio dorado que acompaña una piel clara. Nada grita, pero todo brilla de forma sutil.
El resultado es un look más natural, armonioso y fácil de mantener. Como los tonos están dentro de una gama similar, no hay que preocuparse tanto por retoques constantes o contrastes extremos que se desajustan con el tiempo.
Este tipo de contraste va perfecto con estilos clásicos, bohemios, minimalistas o discretos. Si tu vibe es más “me desperté así” pero con intención, o te gustan los colores suaves y cálidos que se integran sin esfuerzo, el bajo contraste puede ser tu mejor aliado.
Entonces… ¿qué te queda mejor?
La regla general es sencilla: si tienes mucho contraste natural, abrazarlo suele potenciar tus facciones; si es bajo, lo mismo, los tonos suaves armonizan mejor. Pero al final, la decisión también depende de tu personalidad. Si te gusta lo dramático y no te importa el retoque constante, el alto contraste será tu aliado. Si prefieres lo práctico y natural, el bajo contraste es tu zona de confort.
La clave está en jugar. Al igual que con la moda, no hay absolutos. Tu contraste natural puede guiarte, pero lo más importante es que elijas aquello que te haga sentir segura, auténtica y con un estilo que hable de ti.
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