Luego de un año, de ardua disciplina, responsabilidad cívica y un encierro pandémico, New York está retomando su usual ritmo y la celebración Pride fue una explosión de colorido y feliz festejo para el re-opening de la ciudad.
Madonna empezó las celebraciones Pride en una fiesta privada el jueves 24 de junio, con una aparición sorpresa en el afamado Boom Boom Room! En el preludio, la noche contó con varios DJs (Misshaped, Honeu Dijon, Kaytransfa y Elk Escobar).
A la 1:00 am la reina del pop trepó sobre la barra con forma de óvalo y envuelta en el frenesí de los espectadores provocó una extraordinaria vibra muy de los noventas para empezar la fiesta. Simultáneamente, en Times Square, se inauguraba su mini film Madonna- No Fear, Courage, Resist.
Esta fue la primera fiesta postpandemia del afamado y lujoso Boom Boom Roon y así New York retornó a las pistas de bailes para continuar lo que fue un fin de semana muy alegre y llamativo.
El sábado la ciudad estaba saturada de arcoíris. Desde bancos, restaurantes, centros de comercio, tiendas de departamento todos celebraban el orgullo gay: la tienda de departamento Macy’s abría sus puertas y recibía al público con aplausos y regalos. Entre ellos, bolsas tipo totes con insignias Pride.
El domingo la marcha se apoderó de la ciudad. Del este a oeste, norte sur, centenares de personas e instituciones marchaban para celebrar Pride. En la emblemática fuente de Washington Square Park se concentraban centenares de personas bailando y cantando.
La vibra es difícil de describir, pero si las palabras le hacen justicia, fue la reapertura de una ciudad que sufrió mucho durante la pandemia y la misma estaba llena de felicidad, cordialidad y mucha esperanza.
Y aún si todos estamos felices y llenos de esperanza, no podemos olvidar los prejuicios e injusticias que aún existen en muchas partes del mundo a referencia de la comunidad LGBTTTIQ+. El Pride no es solo una celebración, también es una lucha que dura más de un mes.
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