Si saliste del cine pensando “wow, esto NO es exactamente el Acto II del musical”, tranquila, Wicked: For Good no solo duplica la duración de la segunda parte del musical, también introduce varias diferencias: nuevas escenas, canciones inéditas, un casi-matrimonio, más drama político y hasta un cameo muy particular de Dorothy.

Como dijeron las guionistas Winnie Holzman y Dana Fox, aquí no se trataba de “copiar y pegar” el libreto del teatro. La idea era hacer una película completa, con un inicio, un conflicto gigante, un cierre emocional y, sobre todo, arcos sólidos para Glinda y Elphaba, no solo un acto adaptado. Así que sí, hay MUCHO que cambió. Y aquí te lo contamos las diferencias.
Lo que cambió en Wicked: For Good comparado con el musical
Todos los animales huyen de Oz
En una escena completamente nueva, Elphaba descubre un grupo de animales que están escapando de Oz a través de túneles subterráneos. Les pregunta por qué huyen y ellos explican que, ante las leyes del Mago y la prohibición de hablar, quedarse es una sentencia. Están buscando tierras más allá de Oz, incluso si ni siquiera saben si existen.
En un último intento por convencerlos de quedarse, Elphaba canta “No Place Like Home”, un tema que habla de luchar por un país que siempre les dio la espalda, tanto a los animales como a ella. La canción revela un insight precioso sobre el amor profundo y casi terco que Elphaba siente por Oz, incluso cuando Oz jamás la quiso de vuelta.

Las canciones nuevas
La película amplía el universo musical con dos canciones nuevas compuestas por Stephen Schwartz. La primera, “No Place Like Home”, explora la lucha interna de Elphaba de salvar Oz aunque parezca, a veces, casi imposible de rescatar.
La segunda es “The Girl in the Bubble”, interpretada por Ariana Grande, que se convierte en el corazón del arco de Glinda. Esta canción no existe en el musical y es el momento en que Glinda, acostumbrada a vivir envuelta en popularidad, privilegio y una burbuja literal, por fin cuestiona su rol en una historia que ha preferido ignorar. Es ahí, justo en esa revelación, cuando decide dejar de ser espectadora y salir a salvar a Elphaba.
Nessarose ya no camina… ahora vuela
En el musical, Elphaba le lanza un hechizo a Nessarose para que pueda caminar, pero la película toma otro camino. Como Marissa Bode, la actriz que interpreta a Nessa, usa silla de ruedas en la vida real, decidieron no hacer de esa escena una metáfora de “arreglarla”. En vez de eso, Elphaba le da el poder de volar. Literal.
Es un cambio súper sensible y bonito, porque no se trata de que Nessa quiera caminar, sino de que quiera liberarse y tener magia a su manera. Y la escena funciona muchísimo mejor así.
Glinda se une a cantar “Wonderful”
En el musical, “Wonderful” es básicamente el momento en el que el Mago intenta manipular a Elphaba para que se una a él. Pero en la película todo cambia, porque Glinda entra al número y eso lo vuelve muchísimo más potente. No es solo el Mago intentando convencerla, es su mejor amiga. Y claro, ahí sí entendemos por qué Elphaba empieza a dudar. No es que confíe en el Mago; es que confía en Glinda.
Lo que en teatro era un choque entre dos personajes, aquí se convierte en un triángulo emocional que complica todo y deja clarísimo que la única persona que realmente puede influir en Elphaba (para bien o para mal) es Glinda.

La boda más dramática de Oz
Uno de los cambios más grandes y más dramáticos de la película es la boda de Glinda y Fiyero, algo que no existe en el musical. En Broadway sólo están comprometidos, aquí, están a minutos de casarse. La puesta en escena es espectacular: un pasillo encantado, flores, magia, y Glinda caminando con toda la ilusión de lo que cree que debería ser su vida perfecta. Pero todo se derrumba cuando Elphaba descubre un sótano secreto donde el Mago tiene animales encarcelados, incluido el querido Dr. Dillamond. Ella los libera y estos irrumpen en la ceremonia, deteniendo la boda y rompiendo por completo ese sueño de Glinda.
Y por si fuera poco, en medio del caos, Fiyero decide irse con Elphaba. No es solo que la deje plantada, es que la deja el día de su boda. El nivel de drama nunca había sido tan wicked.

Nunca vemos a Dorothy
Otra diferencia clave entre la película y la obra es la presencia de Dorothy. En la peli aparece varias veces, pero nunca vemos su cara. Solo vemos las trencitas, el vestido azul, la canastita… todo lo icónico, pero jamás un primer plano. Y la razón es perfecta: esta no es su historia. Si le mostraban la cara, automáticamente el público iba a querer saber quién es, de dónde viene, qué quiere, y eso desviaría todo el foco de Elphaba y Glinda.
Jon M. Chu le explicó a PEOPLE: “No quería interferir con la versión de Dorothy que cada quien trae en su imaginación, porque al final, esta historia sigue siendo el viaje de Elphaba y Glinda. Dorothy está ahí, sí, pero solo como pieza del tablero, no como la heroína.” La película conecta con The Wizard of Oz sin permitir que Dorothy robe protagonismo.
Glinda toma el poder de Oz
Con Fiyero capturado y el Mago y Madame Morrible mostrando su peor versión, Glinda entra en una crisis que en el musical jamás habíamos visto tan clara. Su nueva canción, “The Girl in the Bubble”, marca justo el momento en que deja de vivir cómoda en su burbuja de belleza, fama y aprobación pública. Es como si, de pronto, entendiera que el mundo es más grande que ella y que tiene que hacer algo.
Después de la supuesta muerte de Elphaba, Glinda regresa al Emerald City, enfrenta al Mago, arresta a Madame Morrible y toma el control de Oz. Y lo más bonito es que usa ese poder como lo habría hecho Elphaba. No por venganza, sino para hacer lo correcto. La última vez que se ven, Elphaba le dice: “Tengo que ser wicked para que tú puedas ser buena”. Y aquí vemos cómo Glinda por fin toma ese papel. Deja de ser la princesa perfecta y se convierte en una líder real, consciente, valiente.

El final y el misterio del Grimmerie
En el musical nunca vemos realmente qué pasa después de la “muerte” de Elphaba. Sabemos que ella y Fiyero escapan juntos, pero ahí se acaba todo. En la película, en cambio, sí seguimos el camino de Glinda y la vemos tomar el control de Oz… y algo todavía más interesante: el Grimmerie, el libro de magia de Elphaba, se abre solo a su lado. Como si despertara. Nadie sabe exactamente qué significa. Hay teorías para todos los gustos: que Glinda por fin tiene magia, que es un mensaje directo de Elphaba, que es una pista de que la historia sigue. Incluso el elenco tiene interpretaciones distintas.
Pero lo que sí queda clarísimo es que el poder del Grimmerie no nace del ego ni de querer “ser especial”, sino de las intenciones. Elphaba podía usarlo porque quería cambiar el mundo, no controlarlo. Y ahora que Glinda madura, crece y deja atrás la necesidad de gustar, el libro la reconoce. Es un final precioso que sugiere que la magia aparece cuando no la usas para ti, sino para ayudar a los demás.
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