Parece que Agent Cody Banks escondía más drama fuera de cámara de lo que imaginábamos. Más de 20 años después del rodaje, Frankie Muniz decidió contar por qué su amistad con Hilary Duff terminó de forma tan repentina, justo cuando ambos eran las estrellas adolescentes más queridas del momento.
Frankie, hoy de 39 años, explicó en una entrevista con The Post que durante más de dos décadas evitó hablar del tema, hasta que sintió que era momento de “decir la verdad”.
Con el paso de los años, Muniz asegura que se ha cansado de esconder lo que realmente vivió: “Estoy a punto de cumplir 40, y muchas veces la gente solo ve la versión bonita o filtrada de lo que compartimos. En redes todo se ve perfecto, pero no siempre es real. No digo que sea falso, pero sí es solo una parte de lo que pasa”. Según el actor, durante años evitó temas incómodos, pero hoy se siente listo para hablar sin filtros.
La amistad de Hilary Duff y Frankie Muniz
Frankie y Hilary se conocieron cuando apenas tenían 12 o 13 años, justo al inicio de sus carreras. Él acababa de despegar con Malcolm in the Middle y ella se había convertido en ícono Disney con Lizzie McGuire. “Éramos mejores amigos”, recordó Muniz. “Pasábamos todo el tiempo juntos, desde que nos conocimos hasta que filmamos Agent Cody Banks. Tuvimos una gran amistad”.
Pero con el éxito de Hilary también creció la influencia de su mamá, Susan Duff, quien además de ser su mánager, decidía casi todo en su carrera. El público notó su poder cuando Disney canceló la secuela de The Lizzie McGuire Movie por no llegar a un acuerdo económico. En ese momento, Susan dijo a Entertainment Weekly que el estudio intentó “intimidarlas” y que “no le estaban dando a Hilary el respeto que merecía”.
El momento que lo cambió todo
En 2002, Frankie visitó el set de Lizzie McGuire para grabar un episodio como invitado, sin imaginar que ese sería el inicio del fin de su amistad. Mientras pasaba el rato en el camerino de Hilary, su mamá se unió a la conversación y le preguntó qué proyectos tenía planeados para el verano. “Le conté que iba a filmar una película tipo James Bond junior, llamada Agent Cody Banks”, recordó el actor.
Susan inmediatamente mostró interés: “¿Hay un papel femenino? ¿Una chica que podría ser buena para Hilary?”. Frankie respondió que sí, que había un personaje llamado Natalie Connors, pero que aún no había sido elegida la actriz. Según Muniz, parte de su contrato le aseguraba poder participar en la selección de su coprotagonista, y él tenía en mente a Kristin Kreuk, la estrella de Smallville. Pero al día siguiente, para su sorpresa, Hilary ¡ya estaba contratada como la protagonista!
“Fue un shock”, confesó Muniz. “No estaba enojado porque fuera ella, solo porque me excluyeron del proceso”, aclaró.
A partir de ese momento, la dinámica entre ellos cambió. Frankie recuerda que en el set la relación con Hilary seguía siendo buena, pero la presencia de su mamá lo hacía sentir incómodo. “Susan era el epítome de una stage mom. Muy intensa. Hilary era increíble, súper relajada, pero su mamá era… mucho”.
De mejores amigos a silencio total
Cuando terminaron de filmar Agent Cody Banks, su amistad simplemente se apagó. “Nunca volví a hablar con ella. Ni una palabra desde el último día de rodaje”, confesó Frankie. “Y lo lamento. Éramos muy buenos amigos, y dejé que la situación con su mamá se interpusiera. Me sigue molestando”.
El actor admite que, en retrospectiva, desearía haber manejado las cosas diferente: “Pienso en eso ahora y me parece tonto. Debería haber seguido siendo su amigo, sin importar lo que pasó. Pero yo era joven, y todo fue muy raro”.
Hoy, dos décadas después, Frankie no guarda resentimiento y más bien siente curiosidad por volver a hablar con ella. “Me encantaría ponerme al día. Estoy seguro de que ni siquiera sabe todo lo que pasó. Me gustaría aclararlo y recordar lo buenos amigos que fuimos”.
¿Veremos una reconciliación entre los ídolos dosmileros? Nadie lo sabe, pero una cosa es segura, si Lizzie McGuire y Malcolm pudieron sobrevivir a la adolescencia más caótica de la televisión, tal vez todavía haya espacio para un reencuentro veinte años después.
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