En la pasarela de Alexander McQueen Spring/Summer 2026, la mirada se convirtió en un manifiesto. Bajo la dirección creativa de Seán McGirr, el maquillista Daniel Sällström creó un look que recupera la esencia más visceral y subversiva de la casa: ojos intensos, delineados en rojo, con rímel corrido y sombras negras que parecían el resultado de una noche demasiado larga.
El efecto era casi cinematográfico: como si las modelos hubieran llorado o no hubieran dormido en días. Una belleza rota, pero poderosa, que captura a la perfección el espíritu del Indie Sleaze, ese movimiento que celebra el desorden, la autenticidad y la emoción cruda por encima del acabado perfecto.
Más que maquillaje, fue una declaración. Sällström llevó el drama al límite, dejando que el rímel se corriera con naturalidad, que el negro invadiera el párpado con textura y que la imperfección se volviera el nuevo lujo. En contraste, la piel se mantuvo fresca, apenas iluminada, para permitir que la mirada contara toda la historia.
El resultado fue una imagen que se mueve entre lo frágil y lo feroz, entre la melancolía y la fuerza.
La imperfección como poder
Una oda al caos y a la belleza que no teme mostrar grietas. Con esta propuesta, Alexander McQueen reafirma su identidad rebelde y poética. La casa, conocida por transformar la oscuridad en arte, vuelve a recordarnos que la moda y la belleza no siempre buscan complacer: también pueden provocar.
El maquillaje de la temporada no quiere ser perfecto, quiere ser real. Y en ese exceso emocional, en esas lágrimas secas y sombras desgastadas, encontramos una nueva forma de poder: la que nace de mostrarse sin filtros.
Cómo usarlo (sin parecer que saliste del after)
El secreto está en equilibrar el dramatismo con naturalidad. No se trata de copiar el runway look al pie de la letra, sino de capturar su energía.
- Difumina, no perfecciones. Aplica una sombra negra o gris con el dedo, sin preocuparte por las líneas exactas. La clave está en la textura, no en la precisión.
- Agrega un toque rojo o borgoña. En el borde del párpado o el lagrimal, para recrear ese efecto “ojos cansados” pero chic.
- Rímel corrido con intención. Una capa generosa arriba y abajo, dejando que se marque un poco el borde inferior. Piensa en “emoción contenida”, no en desastre.
- Piel limpia y labios glossy. Mantén todo lo demás fresco y luminoso para no sobrecargar tu piel. Un brillo transparente es suficiente para equilibrar la intensidad.
El resultado: un look que combina vulnerabilidad, fuerza y estilo. Tan imperfecto como magnético.
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