En el mundo del tenis, la moda siempre ha tenido un papel discreto pero súper importante y ningún torneo se lo toma tan en serio como este Grand Slam. Aunque hoy muchos jugadores se expresan con looks llamativos en la cancha, Wimbledon sigue siendo el más estricto cuando se trata del código de vestimenta.

La regla es clara: todos deben vestir de blanco. Pero no es un “blanco a tu manera”. En Wimbledon, blanco significa blanco puro. Nada de marfil, ni beige, ni blanco con detalles de color. Y no solo aplica a playeras y shorts, también a ropa interior visible, ligas para el pelo y hasta calcetines. Los logos y detalles de color no pueden medir más de un centímetro. El resultado es un torneo con estética súper uniforme que se distingue del resto por su formalidad visual y su rechazo a los looks cargados de marcas.
Aquí todo lo que tienes que saber del código de vestimenta blanco de Wimbledon, desde su historia hasta las excepciones que se han hecho.
¿Por qué existe esta regla del blanco en Wimbledon?
Todo empezó en la época victoriana, cuando el tenis era considerado un hobbie de la clase alta. En ese entonces, el sudor visible era visto como algo “impropio” (sí, sobre todo en mujeres), así que usar blanco —que disimula mejor la transpiración— se volvió lo correcto. Así nació la tradición del “tennis white”, que en Wimbledon se ha mantenido más estricta que en ningún otro lado.
Video Recomendado


El All England Club, organizador del torneo, convirtió esta estética en un reglamento bastante preciso: los jugadores deben vestir ropa “casi totalmente blanca”. Nada de blanco con detalles, ni blanco sucio, ni cremita. La regla aplica a playeras, faldas, vestidos, ropa interior, gorras, zapatos y hasta muñequeras y calcetines.
Entre las nueve reglas que forman parte del dress code, una de las más detalladas dice que cualquier adorno de color no puede superar un centímetro de ancho. En 2014 incluso ajustaron la política para pedir explícitamente ropa interior blanca. Ese mismo año, se reportó que en los vestidores revisaban la ropa interior antes de que los jugadores salieran a la cancha.
¿Qué pasa si alguien rompe la regla?
Parece algo sin importancia, pero romper el código puede traer consecuencias fuertes. Ha habido jugadores que tuvieron que cambiarse de ropa a la mitad del torneo o hasta a la mitad del partido.
Eso sí, Wimbledon ha hecho algunas excepciones. En 2023, por ejemplo, se actualizó la regla para permitir que las jugadoras usen shorts oscuros debajo de la falda si lo prefieren, por temas de menstruación y ansiedad de rendimiento.
¿Y ha habido rebeldes?
En general, la mayoría de los jugadores ha seguido las reglas lo mejor que puede. Pero claro, ha habido algunos deslices, tanto accidentales como a propósito.
El más reciente fue cuando los organizadores de Wimbledon rompieron con la tradición para rendir homenaje a Diogo Jota, delantero del Liverpool, que falleció trágicamente en un accidente automovilístico. En su honor, se permitió que los jugadores llevaran un brazalete negro durante los partidos.
Andre Agassi fue famoso por boicotear Wimbledon durante años, todo por el código de vestimenta blanco. Él decía que prefería jugar con outfits llenos de color. Pero en 1991 aceptó ir de blanco y al año siguiente ganó el título.
En 2013, Roger Federer—ocho veces campeón en Wimbledon—puso a prueba el reglamento usando unos tenis blancos con suela naranja. La respuesta fue inmediata: al año siguiente, Wimbledon dejó clarísimo que incluso las suelas debían ser blancas.

Y en 2017, Venus Williams entró a la cancha con un bra rosa para su partido contra Elise Mertens. Los oficiales la hicieron cambiarse antes de seguir jugando.
Aun así, la identidad visual del torneo depende de ese mar de jugadores vestidos de blanco. Esa uniformidad le da un aire de ceremonia y tradición que no ves en otros Grand Slams como el U.S. Open o el Australian Open, donde los jugadores suelen estrenar outfits personalizados y propuestas más atrevidas.
Para bien o para mal, Wimbledon sigue defendiendo su dress code con la misma precisión que exige en la cancha.
Nota original de: InStyle.com
Explora más en: Instyle.mx