Es 2007. Tú y tus amigas se están arreglando para salir. “Umbrella” de Rihanna es la canción #1 en Estados Unidos. Acaba de estrenar la segunda temporada de The Hills. Traes un vestido bandage, el pelo inflado con bump-it y polvo compacto de MAC. Todo está en su punto.

Más allá de los memes nostálgicos, lo viejo siempre vuelve. Y casi 20 años después, el estilo de mediados de los 2000 está de regreso con todo. El revival boho ya está en marcha (gracias eternas, Rachel Zoe), los jeans bajaron de nuevo a la cadera, las cejas se afinan, y los halter tops regresaron al centro de la conversación. Las tendencias millennial están por todas partes, y el último comeback viene directo de la era de los Red Bull con vodka y los bobs degrafilados: el famoso vestido bandage.
Bandage dress history
Un poco de historia fashion. Aunque Alaïa fue la primera en mostrar vestidos estilo bandage en pasarela durante los 80, fue Hervé Léger quien los convirtió en íconos.


En 1992, el vestido bandage original de Hervé Léger debutó como parte de su colección ready-to-wear y fue usado por supermodelos noventeras como Tatjana Patitz. El diseño, entallado y hecho con decenas de tiras de viscosa cosidas como vendas, tenía un efecto moldeador imposible de ignorar. The New York Times lo llamó “el look sexy de momia” en una reseña de 1993, y según WWD, fue un éxito inmediato: llegó a vender más de 10.6 millones de dólares. Pero fue hasta que BCBG compró la marca en 1998 que el vestido se volvió mainstream.
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Y de ahí, el resto es historia. Cuando Lindsay Lohan se puso uno para una fiesta de Maxim en 2007, quedó claro que habíamos llegado al pico del fenómeno bandage dress. Desde entonces quedó ligado para siempre con la decadencia del nightlife de mediados de los 2000. Kim Kardashian, Rihanna y Victoria Beckham lo convirtieron en uniforme de fiesta, especialmente en lugares como Bungalow 8 y Les Deux, famosos por su clientela celebrity, las cuerdas de terciopelo y los flashes de paparazzi en la entrada. En The Bling Ring de Sofia Coppola (tal vez el retrato más icónico del lado oscuro de la era TMZ), Emma Watson como Alexis Neiers baila, se toma selfies y pide botellas usando un vestido bandage magenta.

Reviviendo un clásico olvidado
Estamos de regreso, y con todo. El 11 de junio, Google Trends reportó que las búsquedas de “bandage dress” alcanzaron su punto más alto de la historia, siendo el color naranja el más buscado (porque claro que sí). Y en eBay, el nombre “Hervé Léger” se ha buscado en promedio más de 23 veces por minuto desde enero. O sea, el vestido favorito de las millennials para salir ya volvió al centro de la conversación. Pero… ¿dónde lo están usando?
Hay teorías virales por todas partes sobre por qué el clubbing está perdiendo fuerza. Las Gen Z que ignoran la “grandma culture” y abrazan el feral girl summer son la excepción, no la regla (y basta ver los comentarios llenos de hate como prueba). Hasta el after office se siente vintage. Según el NYT, somos una generación de quedarse en casa, lo cual va un poco en contra de un vestido ultra entallado pensado para bailar arriba de la mesa.
“Hervé Léger está regresando con calma… y probablemente se lo debemos al look vintage de Sabrina Carpenter en los Grammys”, dice Brie Welch, stylist de eBay (y también de Katie Holmes). “Me imagino esta tendencia como un look fuerte para invitada de boda, o como mini vestido con botas rudas para una Gen Z”.
Y si te acuerdas del tuit viral de 2024, el uniforme de noche de las Gen Z es jeans claros y top negro—no un vestido que te queda como segunda piel. La obsesión de esta generación con la ropa cómoda y los tenis blancos ya se ha discutido hasta el cansancio: desde su (supuesta) falta de conocimiento sobre cómo vestir para la oficina hasta el trend oversized que domina TikTok. Así que no sorprende que para ellas, el vestido de antro por excelencia de 2007 ahora se vea como ropa de vestir formal.
Tampoco parece coincidencia que las búsquedas se hayan disparado en junio, justo cuando hay graduaciones y empieza la temporada de bodas. Incluso las celebs lo están usando en eventos más “formales”. Hailey Bieber llevó uno morado (versión vestido largo) en abril, para los Fashion Trust U.S Awards, firmado por Anthony Vaccarello para Saint Laurent. Y Kaia Gerber usó uno blanco corte midi con escote corazón en el TIFF el pasado septiembre. No es sorpresa que los modelos más buscados online (como la colección de House of CB o el vestido viral de Aritzia que salió en The Bachelorette) ahora también vengan en versión midi, además de la clásica mini.
In Hervé Léger we trust
Hasta la misma marca Hervé Léger se está inclinando por una versión más anti-antros del bandage dress. “Estamos modernizando el vestido con nuevas proporciones, telas distintas y detalles más pulidos, expandiéndose más allá de la mini icónica hacía vestidos midi, conjuntos estructurados e incluso ropa de día”, cuenta Michelle Ochs, directora creativa de la marca. Si te das una vuelta por su Instagram, vas a ver vestidos bandage para la oficina, para la noche y hasta versiones con flecos. “Estamos presentándole la marca a toda una nueva generación que busca justo este tipo de silueta”, dice Ochs. “Están descubriendo Hervé Léger por primera vez, atraídas por la seguridad, el sex appeal y el poder que transmite el bandage dress, y nosotros les estamos dando nuevas formas de usarlo que hacen sentido con cómo viven hoy”.

Porque sí, el vestido está de regreso, pero el contexto ya no es el mismo. Por suerte, dejamos atrás varias de las partes más tóxicas de los 2000. Aunque en TikTok ha vuelto un poco el tema de las dietas, aún estamos lejos del body shaming asfixiante de esa época (y esperemos seguir así). Íconos pop como Britney Spears, Pamela Anderson y Lindsay Lohan, que fueron duramente juzgadas en los días del Y2K, por fin están recibiendo el reconocimiento profesional que merecen. La sobriedad está en su punto más alto, y aunque el verano pasado fue puro Brat energy, irse de antro ya no es la actividad por default del fin de semana.
Quedémonos con lo mejor del 2007—los bandage dresses, los beats de Rihanna, las cámaras digitales—y dejemos el resto donde pertenece: en el pasado.
Nota original de: InStyle.com
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