Las bolsas faux fur están haciendo un comeback muy al estilo Elle Woods y Sharpay Evans, y no, no son solo un accesorio cute. Hoy funcionan como verdaderos statement pieces: ese detalle inesperado que transforma un look básico de invierno en algo digno de street style en Milán o París. La regla es simple, deja que la bolsa haga todo el trabajo. Entre más fluffy, mejor.


Las pasarelas de FW25 ya habian dejaron claro que el fur moment va mucho más allá de los abrigos. Fendi, Ferragamo, Gucci, Chloé y Michael Kors apostaron por accesorios peludos en absolutamente todas sus versiones —bolsas, charms, zapatos y hasta sombreros— como si ningún objeto fuera inmune al tratamiento fluffy. Aunque las bolsas de pelo nacieron en los años 60, alcanzaron su pico máximo en los 2000s cuando Paris Hilton y las hermanas Olsen no las soltaban ni para ir por un café.



Fur but make it faux
Este regreso, además, llega con un giro más consciente. En línea con la conversación actual sobre moda responsable, el Council of Fashion Designers of America (CFDA) anunció que no permitirá el uso de piel animal en los desfiles incluidos en el calendario oficial de New York Fashion Week. Por eso, la mayoría de las fur bags que vemos hoy son de faux fur, haciendo que la tendencia se sienta más moderna, ética y alineada con el presente. Las hay en tonos clásicos como café, negro y beige, pero también en colores bold como rosa chicle, verde lima y baby blue, que abrazan el espíritu Y2K.



¿Cómo llevar las bolsas faux fur?
Todo se vale. Las mini fur bags funcionan perfecto para la noche, mientras que las versiones XXL son ideales para el día a día (sí, incluso para ir por café). Combínalas con looks muy minimalistas para crear contraste, o ve full nostalgia con minifaldas, botas altas y lentes oversize. Este invierno, si tu bolsa no es suave, peluda y ligeramente exagerada… probablemente no es la protagonista del outfit.






Adolfo Domínguez, $4,590
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