Las red flags que nadie quiere ver en una Libra (pero están ahí)
Astrología

Las red flags que nadie quiere ver en una Libra (pero están ahí)

Libra tiene fama de ser un signo magnético, siempre impecable y de esas personas que todos quieren ser… o al menos copiar. Pero ojo, porque detrás de esa apariencia perfectamente curada y la fama de ser “las más lindas del zodiaco” se esconden unas cuantas red flags que cualquiera que haya tenido un BFF, un crush o hasta un jefe Libra conoce demasiado bien.

Sí, son encantadores… pero también podrían llenar libros enteros para psicólogos, astrólogos y terapeutas de pareja. La realidad es que convivir con un Libra o salir con uno puede ser una montaña rusa: por más que intenten ocultar sus fallas, ahí están, siempre listas para recordarte que incluso lo bello tiene su lado dramático… 

Aquí te dejamos las red flags que hacen a Libra inolvidable… para bien y para mal.

No hay una Libra sin estas red flags

Maestras de la manipulación

Las Libra son expertas en empatía y casi casi pueden leer la mente… pero eso no significa que siempre lo usen para el bien. Una Libra jamás te va a gritar, hacer chantaje o drama barato. ¿Para qué, si puede manipularte con una sonrisita y un “ay, pero yo pensé que tú querías hacer esto”? Son las reinas de volteártela con tanta suavidad que terminas sintiéndote culpable.

Antes de que lo notes, estás siguiendo sus planes, prestándoles tu ropa o aceptando cualquier cosa y lo peor de todo… ni siquiera te diste cuenta.

Súper superficial… y orgullosamente 

Nadie aprecia tanto la belleza como Libra, el problema es que a veces no pueden ver más allá de ella. Si el restaurante no es “instagrameable”, ni lo sugieras. Si tu outfit no coordina con el plan, lo van a notar (y comentarlo discretamente). Juzgan libros por la portada, gente por el feed y hasta tus crushes por su outfit. Y aunque lo nieguen, la estética para ellos siempre pesa más que la sustancia porque, seamos honestos, un Libra no puede resistirse a algo que sea simplemente bonito, aunque sea completamente inútil.

Indecisión nivel experto

Preguntarle a un Libra qué quiere cenar es abrir la puerta a una discusión existencial de dos horas. Pueden pasar días decidiendo entre sushi o pizza, cambiarse de outfit diez veces o pedirte que escojas tú solo para después arrepentirse y decir “mejor hubiéramos pedido otra cosa”.

Su indecisión es tan legendaria que a veces parece un talento. Y ni siquiera intentes presionarlos, que terminarás perdiendo. 

Flojera con estilo

Libra puede armar en su cabeza planes espectaculares pero a la mera hora prefieren quedarse en cama viendo TikTok. Eso sí, siempre con su cafecito y una vela prendida, porque flojas sí, pero jamás desarregladas. Son tan persuasivas que hasta logran contagiarte la flojera, y terminas cancelando tus propios planes para unirte a su maratón de hacer nada. 

El detalle es que esa misma flojera las hace bastante flaky con los planes. Así que si tu amiga Libra te escribe a las 3 pm diciendo que le duele la cabeza, ya sabes que a las 6 pm te va a cancelar sus planes de cenar.

Les encanta el chisme

Un Libra siempre va a jurar que no le gustan los chismes, pero casualmente sabe TODO lo que pasa con tus ex, tus amigas y hasta con el primo lejano que ni ves. Y ojo, no lo cuentan en mal plan, lo que más ama una Libra es psicoanalizar. Entonces, no solo están compartiendo el chisme, también lo están diseccionando para buscar patrones, heridas de la infancia y hasta diagnosticar el tipo de apego de cada quien. 

Prepárate, porque un simple “¿ya viste lo que posteó tu ex?” puede convertirse en una plática de tres horas sobre traumas, dinámicas familiares y, obvio, qué signo zodiacal tiene la nueva novia.

People pleaser professional

Libra quiere caerle bien hasta al perro del vecino. No soportan la idea de que alguien los odie o los critique, así que muchas veces terminan diciendo que sí a todo, aunque no quieran. Son capaces de ir a un plan aburridísimo, aceptar favores que no les convienen o hasta ajustar un poco su personalidad según con quién estén. No es falsedad, es su obsesión con caerle bien a todos. 

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