La historia del tatuaje y su significado en diferentes culturas
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La historia del tatuaje y su significado en diferentes culturas

Tan antiguos y expandidos, los tatuajes aparecen en todos los continentes habitados desde tiempos inmemorables. Después de todo, un esclavo de la antigua Grecia, la emperatriz Sissi y Winston Churchill tienen algo en común. Castigo o marca, cultura en la piel, recuerdos o rastro de expresión humana… esta es la historia del tatuaje, el mensaje universal sin palabras.

¿Desde cuándo existen los tatuajes?

Ideas entintadas, talismanes, decoraciones, recuerdos… la historia del tatuaje empieza con el “Hombre de Hielo”, un personaje que, fun fact, Brad Pitt tiene tatuado en el brazo. También conocido como Ötzi, se trata de la momia con los tatuajes más antiguos documentados. Cuando fue descubierto en 1991, supimos que alrededor del 3300 a.C. ya había alguien rondando con 61 figuras en todo el cuerpo. Mientras, al otro lado del mundo, junto al Nilo, los toros y las “S” en el cuerpo eran símbolo de estatus, protección o valentía.

Hace 5000 años, en Egipto, los tatuajes podían prevenir una enfermedad e incluso, los puntos y líneas pudieron ser con fines curativos. Probablemente, sólo ellas se tatuaban. Con agujas de metal y handles de madera, los creadores de las pirámides difundieron la costumbre, desde Creta y Grecia hasta Arabia.

Con más de 49 lugares arqueológicos con momias de 4000 a.C. en Alaska, Mongolia, Sudán, Andes… desde tiempos neolíticos el tatuaje lo fue todo en todas partes al mismo tiempo: desde la antigua China hasta las tribus celtas. Hoy, el 38% de los adultos entre 18 y 29 años en el mundo tienen al menos un tatuaje. Pero mucho tuvo que pasar entre los esclavos persas hasta la primera Barbie tatuada en 2011. Dinámicas de poder, culturas y personas: la historia del tatuaje recorre nuestro pasado como el sello de la humanidad en la piel.

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La historia del tatuaje y su significado en diferentes culturas.

El significado del tatuaje en diferentes culturas

En las islas Salomón tenían obsidiana, en las tumbas siberianas de hace 2000 años son animales y bestias.

Los tatuajes faciales de Taiwán indican que un hombre puede producir y mantener su tierra y que una mujer, es capaz de tejer y cuidar su casa. En

Tailandia, eran esenciales para la suerte y protección: el Sak yant tattoo lo hace un monje/maestro budista (Ajarn) o un brahmán (*ve la espalda de Ed Sheeran como referencia*).

En las Filipinas (una forma de ranking social con cualidades mágicas) fueron los primeros documentados por los europeos en el S. XVI. Cuando los holandeses llegaron a la Polinesia, pensaron que las tribus usaban “medias de seda” o pintura. Con los samoas, el tatuaje— pe’a para ellos y malu para ellas— va llenando el cuerpo a lo largo de la vida.

Para la Nación Osage en Oklahoma, representan el ciclo de la vida. Y más allá de la vida… para los inuit en el norte de Canadá, sólo con un tatuaje pasas al afterlife: todo lo contrario a la cultura europea. A excepción de los soldados, para los romanos y griegos, era una penalización en criminales. Y con el cristianismo, la práctica se asoció cada vez más al paganismo y estuvo prohibida hasta la Edad Media, porque, según la religión, el tatuaje era mutilación corporal.

El Tā moko es uno de los principales tatuajes polinesios que practican los maoríes. Desde un principio se usaba para representar estatus social pero también tenía fines místicos. Mientras los tohunga-tā-moko (tatuadores) eran considerados sagrados, se decía que los tatuajes canalizaban la energía cósmica.

En la Polinesia, desde hace 2000 años el tatuaje se aplica a mano y es una técnica que se pasa de padre a hijo tras practicar días en la corteza de árbol y arena. Recibir un tatuaje era necesario para tener un título de Matai (jefe de los Samoas). Con riesgo de infección y muerte, si no aguantabas la ceremonia del tatuaje en la pubertad, eras etiquetado como cobarde.

En el S. XIX, en Japón aparecieron los maestros tatuadores horishi. El Horimono, tener todo el cuerpo como un lienzo, empezó a popularizarse. Estos tatuajes recordaban al irezumi (un tipo de marca para criminales), es por ello que las clases oprimidas lo usaron como una forma de expresar su disconformidad con la autoridad. LaYakuzalo adoptó como su marca de lealtad y es la razón por la que se relaciona con la mafia.

¿Cuándo se volvió socialmente aceptado?

En la historia del tatuaje, las expediciones al Nuevo Mundo cambiaron todo… empezando por el capitán inglés James Cook y su visita a Tahití en 1769, de donde se llevó a los aborígenes tatuados a Londres como atracción. Nació la palabra “tattoo” de “tatau”(marcar). Con el paso de las décadas, los marineros adoptaron el tatuaje y lo trajeron a Europa.

La colonización además redefinió lo que era aceptable, después de que el dragón del rey Jorge V y la cruz del rey Eduardo VII hicieran que las cortes extranjeras recibieran el memo del nuevo marcador de realeza del siglo XIX, que se conseguía mediante un proceso caro y súper doloroso.

En 1875, NY fue testigo del primer estudio de tatuaje por el alemán Martin Hildebrandt, el primer tatuador conocido en Occidente. En Inglaterra, Sutherland Macdonald abrió su versión londinense en 1889 (la época victoriana).

Cuando la primera máquina de tatuajes se patentó (por Samuel O’Riley en 1891) como una modificación de Thomas Edison a la pluma eléctrica, EU pasó a ser el centro del tattoo. El tatuaje perdió popularidad después de la Gran Depresión, pero a quienes no les importaban los estigmas eran a las socialités adineradas que se tatuaban como una forma de rebelión y signo de riqueza: convocaron a “artistas de la tinta” a la comodidad privada de sus hogares, para que les hicieran diseños que pudieran ocultar.

En la Primera Guerra Mundial nació el estilo Old School y a finales de la década de 1950 surgió el “renacimiento del tatuaje” con artistas que formaron la segunda generación de los años 70, donde ya eran globales en mujeres y hombres, en todas clases y edades. Ya era aceptado culturalmente; pero continuaba como una señal de pertenencia a un grupo. Hasta hoy, la principal razón de tatuarse tiene que ver con un diferenciador para expresar la identidad.

La historia del tatuaje: Maud Wagner, primera tatuadora.
Maud Wagner, una de las primera tatuadoras.

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