Drag Queens: de los salones clandestinos hacia la alta costura
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Drag Queens: de los salones clandestinos hacia la alta costura

Las Drag Queens han desafiado las normas de género y estética, convirtiéndose en musas y creadoras de tendencias que redefinen las moda contemporánea. Más allá del espectáculo, el drag ha sido una herramienta de resistencia y expresión identitaria. Su influencia en la moda se mide en looks impactantes pero también en su capacidad para cuestionar y reinventar los cánones de belleza y estilo.

Drag Queen: Tamara Mascara
Tamara Mascara en Dancing Stars

El arte drag y sus exponentes en México

Con su exuberancia y teatralidad, ha sido una fuerza subversiva que ha influido profundamente en la moda. Desde sus raíces en el teatro isabelino, donde los hombres interpretaban roles femeninos, hasta las vibrantes escenas del ballroom en Harlem durante los años 80, el drag ha sido un espacio de libertad creativa y resistencia cultural. La cultura ballroom, inmortalizada en el documental Paris is Burning, fue un refugio para comunidades afroamericanas y latinas LGBTQ+. En estos espacios, las drag queens no sólo competían en categorías de baile como el voguing, también desfilaban en categorías de moda que replicaban y parodiaban los estándares de la alta sociedad.

Diseñadores visionarios como Jean Paul Gaultier y Thierry Mugler fueron pioneros en reconocer la riqueza estética del drag, incorporando elementos en sus colecciones y presentaciones. Figuras como RuPaul ha sido fundamentales en llevar el arte drag al mainstream, especialmente a través de RuPaul’s Drag Race, un programa que ha catapultado a muchas queens al estrellato.

En México, la escena no sólo florece, brilla con identidad propia gracias a artistas como Cordelia Durango y Cabali, dos reinas que han hecho de la moda un lenguaje propio para narrar sus historias. Cordelia, con una estética que evoca a las divas del cine de oro mexicano y una sensibilidad profundamente teatral, reinventa íconos clásicos desde una mirada afilada. Por su parte, Cabali, apuesta por una visión vanguardista y visceral del drag, en la que el vestuario acompaña el performance y lo construye desde el concepto, el cuerpo y la emoción. Platicamos con ambas para saber más sobre su arte, su visión y su forma de expresarse ante el mundo.

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Cordelia Durango: “Todos tenemos una parte femenina y masculina”

Tu personaje drag es una mujer barbuda que desafía las normas de género tradicionales. ¿Cómo surgió esta idea y qué mensaje buscas transmitir?

CD: cuando comencé en el dra, lo hice con un personaje distinto buscando encajar en lo que se pensaba del drag en esos tiempos, pero no estaba satisfecho con el resultado pues sentí que era una draga más, así que comencé a desarrollar un nuevo personaje y lo primero que hice fue agregarle barba… una mujer muy guapa, siempre arreglada, pero con este elemento propio de la identidad masculina (según la normas sociales).

¿Qué papel crees que juega el drag en la redefinición de los estándares de belleza y género?

CD: ha influenciado en muchos sentidos sociales y culturales, las dragas estamos de moda, ya se ven más espacios, hasta en la novela de las abuelitas. Es atractivo por la idea de ser lo que quieras ser y esto lleva a que más personas se atrevan a usar prendas que socialmente no son propias de su género, maquillajes más arriesgados, el uso de pelucas para salir con tus amigos, bailar coreografías de estrellas pop sin pena, es una expresión visual que es imposible no apreciar.

¿Qué consejo le darías a las nuevas generaciones que buscan expresarse a través del drag?

CD: que se preparen, que le pongan su esencia, sean originales, tengan referencias y sus personajes estén conectados con su mente, su creatividad y su corazón.

Cabali: “Mi sola presencia ya es un acto de resistencia, y por eso me entrego con todo”

Tu personaje drag es una mezcla de glamour y rebeldía. ¿Cómo surgió esta combinación y qué mensaje buscas transmitir?

C: Cabali nace de todos los referentes que he ido juntando en mi vida: moda, películas, shows, personajes… todo lo que me hizo vibrar con una feminidad fuerte, sensual y atrevida. Lo glam viene de ahí, de esas mujeres poderosas que admiro. Lo rebelde nace del deseo de ser yo misma, de convertirme en lo que me inspiraba. El drag fue la forma más honesta de hacerlo realidad. Cabali no imita, toma lo que ama y lo vuelve suyo, con actitud, brillo y mucha sensualidad.

La moda es una parte esencial del drag. ¿Cómo ha evolucionado a lo largo de tu carrera?

C: mi estilo da la ilusión de que no está pensado, pero cada detalle está calculado para que se sienta natural, como si viviera así 24/7. Siento que soy una Kardashian perdida, glamourosa todo el tiempo, pero con un toque recursivo y callejero que la vuelve única. Mi drag no se siente como un disfraz, se siente como una vida real vivida al máximo. Es atrevido, seguro, arrollador, con mucha piel, mucha sensualidad y una actitud que dice “aquí estoy y me vas a mirar”. Con el tiempo he pulido ese estilo: ahora soy más precisa, más elegante sin dejar de ser provocadora. La moda para mí no adorna, define.

¿Qué consejo le darías a quienes buscan expresarse a través del drag?

C: si no cuentas con apoyo para hacer lo que realmente quieres, desde el corazón: búscalo en otro lado. Defiende tu identidad y tu arte a toda costa. Cuando estás construyendo algo tan único como tú, todo lo que aprendas será parte de tu poder.

La palabra “drag” se cree que proviene del teatro isabelino, cuando los hombres interpretaban papeles femeninos y en los libretos se anotaba “DRAG” (dressed as a girl) para indicar que iban disfrazados de mujer.

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