Un coche que cabe en una maleta, un avión supersónico que parecía sacado de un cómic y hasta una roca que se volvió la mascota más famosa de los 70. Suena a broma, pero todo esto existió.
El problema no fue la falta de creatividad (al contrario, sobraba). Lo que les jugó en contra fue el timing, la tecnología… o simplemente que nadie los pidió. Y aunque hoy nos den risa, todos tienen algo en común: recordarnos que la innovación también se vale de intentos fallidos. Spoiler: algunos son tan absurdos que hasta dan ganas de que vuelvan.
Inteligentes, radicales, altamente funcionales… ¿o demasiado conceptuales y fuera de su época?
1. Cámara Revólver
¡Bang bang! En lugar de balas, fotos. En los 1860s, inventaron cámaras con forma de pistola que capturaban imágenes al apretar el gatillo. Thomas Skaife fue arrestado por apuntarle una a la Reina Victoria. ¿Inútiles? Sí. ¿Visionarias? También: sin ellas, el cine no habría nacido.
2. Li-Fi
Como wi-fi pero con luz. Literalmente, tu lámpara como módem. En laboratorio alcanzó 224 gigabits por segundo. ¿Problema? Basta una cortina para perder la señal. Ideal para quirófanos o submarinos, pero aún esperando su gran momento. Quizá el futuro nos ilumine… literalmente.
3. Lazy Glasses
Estos lentes fueron pensados para ver tele totalmente acostada (boca arriba). Un sueño horizontal hecho prismáticos de cama. Útiles para personas con movilidad reducida, pero ridículos para el resto. Campo de visión limitado y poco confort. La lección: a veces, basta un espejo bien puesto… aunque parezcas robot deprimido.
4. Pet Rock
A alguien se le ocurrió vender una roca como mascota, y funcionó. Caja con hoyitos, cama de paja y manual de trucos como “quedarse quieta”. Aunque no lo creas, fue un boom de ventas en 1975. La moraleja: el producto da igual, lo que importa es la historia… y esta fue pura magia geológica.
5. Refrigerador con internet
Pantalla, cámara, recetas… y aún así, sigue siendo un refrigerador caro y frágil. El Family Hub de Samsung prometía ayudarte con todo, pero no ve detrás del tupper olvidado. ¿Innovación? Sí. ¿Útil? No tanto. El frío sigue, irónicamente, congelado.
6. Radio Hat
Música en tu sombrero. Antena, botones y estilo sci-fi. Pesado y aparatoso, fracasó, pero anticipó audífonos inalámbricos y smartwatches. Lo ridículo a veces es solo la beta de lo revolucionario. Y este sombrero tenía actitud extraterrestre.
7. Monowheel Motorbike
Una rueda gigante. Tú, adentro. Minimalista en teoría; hámster descontrolado en práctica. Visibilidad cero, dirección imposible… y perfecto para fotos de Instagram. Sirvió de poco, pero nos sigue fascinando.
8. Mazda Suitcase Car
Un coche en tu maleta. Tres unidades, un minuto para desplegar, alcanzaba 30 km/h… y cero lógica para viajar en avión con gasolina. No prosperó, pero nos recuerda que la innovación también sabe jugar.
9. Llantas brillantes
Goodyear en los 60 quiso que las llantas brillaran con bombillas de colores. Pesadas, se derretían y distraían a otros conductores. No llegaron a producción, pero imaginar la ciudad iluminada como pista de baile disco… priceless.
10. Concorde
Volar a Mach 2 y cruzar el Atlántico en menos de 3 horas (¿te imaginas cruzar el charco en lo que ves una película?). Este avión era demasiado ruidoso, caro e ineficiente, pero fue el símbolo absoluto de lujo y velocidad. Hoy es mito, pero imaginarlo sigue siendo el sueño de cualquier viajero.
11. Teléfonos modulares
Armar tu celular como Lego: batería, cámara, sensores… Todo en bloques intercambiables. Aunque la idea de simplemente reemplazar la parte de tu cel que ya no sirve era genial, el público fue cero. La comodidad ganó. Lección: brillante no siempre significa práctico.
12. Ropa de papel
Vestidos desechables de celulosa en los 60. Baratos, coloridos y… frágiles. ¡Hasta Warhol se sumó! La moda cambió, la idea quedó: efímero y creativo. ¿Será que hoy, con reciclaje, quizá volvería a brillar?
13. Colgador de bebés
No es chiste, es anécdota. Sí, en los años 30, los bebés tomaban aire fresco… colgados fuera de la ventana. Jaulas metálicas, lógica cuestionable y Eleanor Roosevelt como usuaria. Hoy, impensable. Entonces, era una innovación (aunque no muy segura). Obviamente los vecinos más sensatos se quejaron.
14. Level Shoes
Esta es una honorable mention. En esta obra de arte / performance “Level” Shoes (1997), por Hans Hemmert creó plataformas absurdamente altas para “nivelar” a personas de distintas alturas. Crítica social convertida en zapatos. Ingenioso, juguetón… pero no un producto real.
15. Google Glass
¿Te acuerdas de esta propuesta de realidad aumentada en 2013? Su diseño incómodo, la falta de usos concretos y las preocupaciones por la privacidad (sumadas al apodo “Glassholes”) sellaron su destino. Fracasó, pero abrió el camino para wearables del futuro. Primero se tropieza, luego se corre.
16. Sauna portátil
Cuerpo dentro de caja, cabeza afuera, sudar para perder peso y toxinas. En los 40, un sauna portátil prometía milagros. Aunque hoy sabemos que sudar no es igual a hacer ejercicio, ¿será que con el auge wellness este item tenga su comeback? Sabemos que ya existen algunas versiones… pero tal vez ya sea momento en que tener uno de estos junto a tu tina de cold plunge sea cool.
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