Hace unos años, la pregunta era simple: ¿leche entera o deslactosada? Hoy en día, en pleno 2025, ordenar un café se ha vuelto casi una ciencia. Hay que pensar en textura, en sabor, en personalidad y hasta en la vibe que quieres proyectar. Las leches vegetales ya no son solo una alternativa para quienes evitan los lácteos. Se han convertido en el nuevo accesorio del café, ese detalle final que puede hacer que tu latte sea un total acierto o todo lo contrario.
Con tantas opciones en el menú, desde avena y soya hasta coco, arroz o almendra, es normal sentirse un poco perdida. No todas saben igual, no todas combinan con lo mismo y no todas van con tu estilo de vida o con lo que buscas en tu taza del día. Por eso armamos esta guía para que sepas exactamente qué leche vegetal pedir en tu próxima visita al café.
Tu nueva orden de café empieza con la leche vegetal correcta
Leche de avena
Es la it girl de las leches vegetales. Suave, ligeramente dulce y con una textura sedosa que casi no tiene competencia, la leche de avena es la favorita del momento y con razón. Tiene esa consistencia perfecta para espumar que la hace ideal para cappuccinos, flat whites y lattes con arte. Además, no roba protagonismo al espresso, lo que la convierte en la pareja soñada para los cafés más intensos.
En su versión fría, brilla aún más. Si eres fan del iced latte o del cold brew cremosito, esta es tu leche. En cuanto a beneficios, es rica en fibra y suele estar fortificada con calcio, aunque su perfil proteico es más bajo que el de otras.
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Leche de soya
Antes de que la avena conquistara las cafeterías del mundo, la soya ya estaba ahí, haciendo match con los matchas y los americanos cremosos. Su sabor es más neutro, su textura menos espumosa, pero su contenido nutricional es de los más completos. Tiene casi la misma cantidad de proteína que la leche de vaca, lo cual la convierte en una buena opción para quienes buscan algo más sustancioso.
Es ideal para bebidas calientes como el chai latte o el americano con un toque de leche, pero también se lleva bien con bebidas especiadas o con un perfil más fuerte. Eso sí, no todas las leches de soya saben igual, así que si tu primera experiencia no te convenció, dale otra oportunidad. Tal vez solo necesitabas la marca correcta.
Leche de coco
La leche de coco tiene algo irresistible, ese toque dulce y exótico que te hace sentir en la playa, incluso si estás en la fila del café bajo lluvia. Su sabor es más marcado, por lo que no es para todas las bebidas, pero cuando queda, es magia pura. Funciona especialmente bien con matcha, la cremosidad del coco resalta las notas verdes y terrosas del té y también con bebidas frías, donde trae un twist inesperado pero adictivo.
Eso sí, no es la más nutritiva (tiene poca proteína y calcio), pero si lo tuyo es experimentar y te gusta que tu café tenga personalidad, la leche de coco es tu aliada.
Leche de arroz
La leche de arroz no llama mucho la atención, pero eso no quiere decir que no tenga su lugar. Es la más ligera del grupo, con un sabor sutilmente dulce y una textura que funciona para quienes quieren algo muy, muy suave. Es ideal si tienes alergias o restricciones alimenticias, no contiene gluten, nueces ni soya, pero en términos de café… puede quedarse un poco corta.
No espuma bien, no da cuerpo, y en bebidas calientes puede perderse. Funciona mejor en iced lattes o como una base neutra para licuados o smoothies.
Leche de almendra
La leche de almendra fue la pionera del boom vegetal y todavía tiene un lugar especial en muchas órdenes de café. Es ligera, tiene pocas calorías y un sabor a nuez que puede realzar ciertas bebidas, como un latte con vainilla, un dirty chai o un matcha con miel. Pero también tiene sus retos, no siempre espuma bien y su textura puede ser más acuosa que cremosa.
Además, si no te gusta que tu café tenga sabor a almendra (muy presente), tal vez no sea para ti. Pero si buscas una opción healthy con personalidad, y ya tienes tus favoritos bien definidos, la leche de almendra sigue siendo una gran opción para mantener en tu rotación.
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