Desde 2018, Anni Laukka se desenvuelve entre luz y sombra —algunas piezas esculpidas y otras ensambladas con objetos reusados— para revelar lo oculto a través de capas narrativas. En conversación con InStyle, la artista finlandesa nos revela el proceso detrás de su trabajo y la experiencia de crear con materiales usados, principalmente los que son una huella de los conflictos de guerra actuales y crisis ambientales.

Mientras la obra de Anni Laukka habla sobre crisis sociales y ambientales, sus piezas no sólo cuentan una historia en su conjunto, cada elemento de sus esculturas son un objeto que trae consigo una historia que enriquece la obra y amplifica su mensaje. Desde basura sacada del mar, hasta juguetes de casas bombardeadas en Ucrania, Anni recolecta el material y lo examina en su estudio antes de construir su obra.
Así como sus esculturas desmienten la idea de que una pieza de arte debe ser permanente, también desafía el concepto de que una obra se hace con materiales nuevos. “El arte no tiene por qué depender de materiales nuevos. Podemos comenzar a apreciar las obras que influyen en el momento presente y que, después de su vida útil, podrían reciclarse nuevamente”.
En su trabajo más reciente, la artista voló a Japón para crear una escultura en dos semanas a partir de residuos del océano en Tanegashima. Por primera vez, sus planos detallados y modelo a escala de arcilla en su estudio se redujeron a la visualización. Anni nos cuenta de la inspiración, los procesos y desafíos detrás de su arte, los cuales la han marcado de forma significativa, principalmente cuando se trata de los conflictos de guerra actuales.
“Espero que cualquier pequeño pensamiento o decisión constructiva o positiva sea un paso adelante, ya sea sentirse agradecido de que su familia esté a salvo al salir de la exposición, decidir donar a una organización benéfica, ayudar a los refugiados o hacer una compra más respetuosa con el medio ambiente en su próxima salida de compras”.

Entrevista con artista Anni Laukka
¿Cómo fue tu primer acercamiento al arte con sombras y objetos usados?
Quería crear una obra que reflejara la presión de los estándares de belleza. Behind Beauty está hecha de productos de belleza y proyecta la sombra de una mujer melancólica aplicándose maquillaje. La escultura de sombras tiene una larga historia, por ejemplo, Diet Wiegman (Países Bajos) en los años 70 y Shiego Fukuda (Japón) en los 80 y Tim Noble y Sue Webster en los 90 y lo que me fascina es su capacidad para superponer significados y enfatizar los materiales utilizados.
¿Cuál es la mayor influencia que ha impactado en tu trabajo?
Mi arte se nutre de experiencias personales y eventos globales; desde las historias de mi abuelo sobre la guerra hasta convertirme en madre. La invasión rusa a Ucrania marcó un cambio en mi obra, se hizo más seria. Finlandia comparte frontera con Rusia, y sentí la necesidad de expresar mi preocupación a través del arte.
¿Nos podrías compartir sobre tu proceso creativo?
Desarrollo ideas mientras trabajo otras piezas. Lo más crucial es cuando planifico contemplando el mensaje y cómo aparecerá la sombra. Luego, construyo la escultura ajustando cada elemento hasta lograr la proyección deseada. La fase de planificación dura aproximadamente un mes, seguida de otro mes para la ejecución.
¿Cómo creas historias visuales en obras como In Darkness?
Esta surgió tras la invasión de Ucrania. Me inspiré en imágenes de víctimas de guerra, especialmente padres con hijos heridos. La escultura muestra una madre con su hijo, mientras que la sombra proyecta la figura responsable que dio la orden.

¿Cuál es la historia detrás de The Unglory?
Está hecha con desechos artísticos y representa las partes poco gloriosas de ser artista. Irónicamente, la obra se viralizó en redes, pero con el crédito equivocado, lo que me llevó a luchar por el reconocimiento de mi autoría.


¿Cómo fue crear The Waves of this Generation con desechos plásticos en Japón?
Fui invitada a la isla de Tanegashima, Japón, y acordamos que crearía la obra en el lugar utilizando desechos plásticos del océano. Aunque Japón tiene una fuerte conciencia ambiental, las costas de la isla estaban cubiertas de basura marina proveniente de otros países y barcos pesqueros. Los residentes limpian las playas cada primavera, pero en otoño, cuando llegué, la contaminación era evidente de nuevo.
Desde el primer día, fuimos a recolectar materiales: redes de pesca, botellas, zapatos y envases plásticos. Construí la escultura en el Centro Fukushi, permitiendo que la comunidad observara el proceso y participara. A pesar de la barrera del idioma, recibí apoyo constante de los locales, quienes me ofrecieron herramientas, comida y ánimos. Inspirados por el proyecto, estudiantes de una escuela decidieron recolectar desechos para crear su propia escultura de sombras, y les prometí guiarlos a distancia.
Algunos pueden ver contradictorio volar de Finlandia a Japón para un proyecto ambiental. Sin embargo, gracias a una beca, compensé la huella de carbono del viaje. Más allá de eso, quise destacar cómo la contaminación y el cambio climático tienen efectos globales, incluso en lugares donde no se originan los problemas.
¿Cómo ha impactado en ti trabajar con desechos?
El impacto ambiental de los desechos es cada vez más alarmante, sobre todo cuando un presidente elimina “crisis climática” de los sitios web del gobierno, mientras que el año pasado fue el más caluroso registrado. Al recoger basura plástica en Tanegashima, vi de primera mano la magnitud del problema y cómo afecta incluso a comunidades que no generan esos desechos. Encontrar zapatos entre la basura me hizo cuestionar mis propios hábitos de consumo, como la posibilidad de reparar mis zapatos en lugar de comprar nuevos.
Crear arte con materiales reciclados me ha hecho más consciente del ciclo de los objetos y la importancia de darles una segunda vida antes de que terminen en el océano o en vertederos. También me ha permitido abordar temas de responsabilidad colectiva.

¿Te interesa seguir explorando el arte con materiales reutilizados?
Sí, definitivamente. Me motiva el desafío de transformar objetos descartados en algo con un nuevo significado. Además, me permite trabajar con comunidades, ya que muchas veces los materiales provienen de personas que contribuyen voluntariamente para mis proyectos.
¿Cómo crees que el upcycling y otras prácticas sostenibles pueden cambiar el mundo del arte?
Con la cantidad de desechos existentes, parece absurdo seguir produciendo más sin considerar alternativas sostenibles. Utilizar materiales reciclados no sólo reduce el impacto ambiental, sino que otorga profundidad y significado a las obras. Por ejemplo, una escultura hecha con juguetes recuperados de una zona de guerra tiene mucho más peso emocional que una hecha con objetos comprados en una tienda.
También creo que debemos reconsiderar la idea de que el arte debe ser eterno. Las obras pueden tener una vida útil y luego ser recicladas nuevamente, contribuyendo a una economía circular en el arte.
Trabajar con objetos usados puede ser desafiante por su significado comunitario, cultural o personal. ¿Cómo los seleccionas para tus obras?
El criterio principal es que los materiales refuercen el mensaje de la obra. Sin embargo, también considero factores como la seguridad, la accesibilidad, la ética y los costos. Para recolectar materiales, he trabajado con comunidades y organizaciones benéficas. Por ejemplo, para mis esculturas sobre la presión de los estándares de belleza, obtuve productos de belleza usados a través de un grupo de Facebook. Para mis obras sobre niños ucranianos afectados por la guerra, colaboré con organizaciones en Finlandia y Ucrania, quienes recolectaron juguetes y artículos de casas bombardeadas.
Siempre priorizo la seguridad de quienes ayudan en la recolección. En Ucrania, voluntarios guiados por la policía recogieron materiales en áreas seguras de casas destruidas. Además, doné fondos a la organización para comprar regalos de Navidad para niños desplazados por la guerra.
¿Cómo es la experiencia de trabajar con objetos que han tenido otra vida?
Mientras trabajo con ellos, reflexiono sobre sus dueños anteriores. En proyectos como The Last Play y The Awakening, pensaba en los niños que alguna vez jugaron con ellos. “¿Una niña jugó con esto? ¿Era este su peluche consentido para dormir?”. A nivel técnico, los materiales también influyen en la forma final de la sombra. Un juguete con una forma particular puede determinar la silueta de la obra, agregando un nivel de espontaneidad al proceso creativo.


¿Nos puedes contar más de esta experiencia con juguetes recolectados de casas bombardeadas en Ucrania?
Fue profundamente impactante, tanto por la carga emocional como por la colaboración con organizaciones benéficas. No solo trabajé con materiales, escuché testimonios de personas afectadas por la guerra, lo que hizo que mi trabajo fuera aún más personal. El proyecto fue importante para mí y también para los ucranianos involucrados, quienes sintieron que su historia estaba siendo contada. La obra se ha exhibido en varios países y ha servido como una forma de recordar al mundo el impacto de la guerra en la infancia.
¿Dirías que este ha sido tu proyecto más desafiante?
Me gusta desafiarme con técnicas cada vez más complejas con múltiples proyecciones. Pero las esculturaas sobre el sufrimiento de los niños en la guerra han sido las más difíciles emocionalmente. Me afectó profundamente, pasé meses pensando en los niños que habían perdido sus hogares y familias. Aunque físicamente estaba bien, mi cuerpo reaccionó como si estuviera deprimida debido a la tristeza constante.
¿Qué mensaje te gustaría que la gente se llevara de tu arte?
Quiero que mi arte genere reflexión y diálogo. Algunos espectadores pueden enfocarse en los aspectos técnicos, mientras que otros pueden conectar emocionalmente. Lo ideal es que las obras motiven a la acción. Si alguien sale de una exposición con una mayor conciencia, eso ya es un impacto positivo. Puede ser algo tan simple como sentirse agradecido, donar a una causa o hacer elecciones más sostenibles en su vida diaria.
¿Qué sigue para Anni Laukka?
Tengo varias exposiciones programadas. Mi sueño es crear una gran obra de arte pública resistente a la intemperie. También quiero participar en exposiciones internacionales de museos de arte moderno. En términos de temas, sigo preocupada por la crisis climática, la igualdad de derechos y los conflictos bélicos. Aunque estos problemas parecen lejos de resolverse, quiero seguir usando mi arte para generar conciencia y contribuir, aunque sea un poco, a un cambio positivo.
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