Houston, tenemos un problema… y se llama Lifetimes Tour. Katy Perry arrancó la primera fecha de su nueva gira en la CDMX envuelta en spandex metálico, colgada de un arnés y volando por la arena. El concepto, inspirado en su polémico viaje con Blue Origin, prometía ser épico. Pero en redes sociales, la recepción fue más cringe que cósmica.
Los videos del show no tardaron en viralizarse, y muchos no perdieron la oportunidad de burlarse del fallido intento de Katy por “romperla” con su tour, especialmente cuando el contraste con el nivel de producción de sus giras pasadas es más que evidente. Pero el hate no viene de la nada: Katy lleva un rato envuelta en una polémica tras otra, convirtiéndose en el blanco favorito del internet. Aquí te contamos por qué.
Un pequeño paso para Katy, un gran meme para el internet
Aunque es claro que el tour de Katy se queda corto en producción, coreografías y setlist si lo comparamos con lo que están haciendo estrellas como Beyoncé, Taylor Swift o incluso nuevas favoritas como Sabrina Carpenter, probablemente el hate al Lifetimes Tour no sería tan intenso si Katy no viniera arrastrando críticas desde su viaje al espacio.
La gira, que promociona su nuevo álbum 143, llegó poco después de su ya infame viaje al espacio junto a un equipo de mujeres famosas como Lauren Sánchez y Gayle King, patrocinadas por Jeff Bezos. Lo que se vendió como un momento “histórico” para el feminismo, terminó siendo visto por muchos como un desfile de privilegio fuera de lugar.
Medios como The Atlantic la llamaron “la pop star perfecta para una estupidez millonaria”, mientras que Pitchfork publicó una nota titulada: “En el espacio, nadie puede oír tu girlboss”. Y sí, se viralizó por razones obvias.
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Feminismo mal ejecutado y nostalgia mal entendida
El mayor problema de Katy en esta era es que sus intentos de empoderamiento femenino se sienten más forzados que genuinos. Woman’s World, el sencillo que abre esta nueva etapa, fue rápidamente ridiculizado por su letra genérica y por ser producida (una vez más) por Dr. Luke, el productor con el que Kesha tuvo una batalla legal por abuso. Que Perry lo haya reincorporado después de años de distanciamiento dice mucho, y nada bueno.
Para colmo, en el show interpretó Woman’s World rodeada exclusivamente de bailarines hombres, lo que generó aún más burlas.
Katy, quien alguna vez fue reina del pop con cinco #1 seguidos en Teenage Dream, hoy parece estar atrapada en un intento desesperado por replicar esa magia. Y lo intenta todo: trajes llamativos, espectáculos temáticos, videos “cómicos” donde se burla de sí misma… pero nada termina pegando.
¿Fracaso o nueva forma de fama?
Katy Perry parece estar atrapada entre dos mundos: el pop de los 2010, y el presente, donde las estrellas más exitosas como Billie Eilish, Chappell Roan o Doechii están apostando por la autenticidad, la voz propia y una evolución artística real.
Mientras tanto, Perry sigue yéndose por lo superficial, con canciones pegajosas que, al final del día, no dejan mucho más que ritmo. Puede que estemos cantando a todo pulmón “Pink Pony Club” de Chappell Roan, pero esa canción tiene algo que decir: tiene profundidad y una historia que contar. Katy, por su parte, parece atrapada en un ciclo de entretenimiento vacío, sin lograr conectar con un público que busca algo más allá de lo superficial.
A estas alturas, lo de Katy Perry no es un escándalo ni una cancelación. Es algo más triste: una estrella que no logra entender por qué ya no conecta.
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