Te contamos si vale la pena ver el live-action de Lilo & Stitch
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Te contamos si vale la pena ver el live-action de Lilo & Stitch

Por fin pasó: Disney hizo un Live Action que sí funciona. Lilo & Stitch, que llega a los cines este 22 de mayo, no solo es adorable y nostálgico, también es una historia genuinamente conmovedora que te va a hacer reír, llorar y salir del cine abrazando más fuerte a tu familia (o a tu perro, o a tu mejor amiga).

Desde el primer minuto se nota que esta no es una copia hecha por compromiso. Aquí hay amor, respeto por el original, y un toque muy especial de novedad que hace que, por primera vez en mucho tiempo, no parezca que Disney solo quiere revendernos lo mismo con cara más realista.

Los cambios que mejoran el live-action

Sí, hay cambios. Pero aquí van con intención y no para forzar inclusión ni para quedar bien con nadie. Se agregaron personajes como una vecina (interpretada por Amy Hill) que le da sabor local a la historia, y una trabajadora social que se convierte en el ancla emocional que ayuda a Nani a verse a sí misma. 

El clásico personaje de Cobra Bubbles ahora está partido en dos: uno es un agente del gobierno (Courtney B. Vance) y el otro, la nueva señora Kekoa, que además es interpretada por la voz original de Nani en la animada, Tia Carrere.

Jumba y Pleakley ahora son humanos (Zach Galifianakis y Billy Magnussen), lo que le da más libertad a sus personajes, aunque también rompe un poquito con el tono. Sus escenas son más caricaturescas que el resto de la película, pero al menos no sobran ni se sienten fuera de lugar.

Y sí, hay un pequeño alien inspirado en un ajolote mexicano. Sale poco, pero se roba sus segundos de pantalla con un humor muy peculiar que todos los mexicanos en el cine amarán. 

La clave es un buen casting

Maia Kealoha es simplemente perfecta como Lilo. Tiene esa mezcla entre ternura y locura que hace que te enamores de ella desde el minuto uno. Su química con Stitch (animado de forma impecable) es real, pero lo que de verdad rompe el corazón es la relación que tiene con Nani.

Sydney Agudong (Nani) hace un trabajo precioso. Te transmite el estrés, el amor, la rabia y la culpa de tener que cuidar a alguien cuando tú también necesitas que te cuiden. Y sí, hay espacio para que sueñe, para que quiera algo más que sobrevivir. Ese es uno de los mensajes más poderosos de esta versión: no tienes que perderte a ti misma para cuidar a los demás.

Ohana significa familia… pero también significa sanar

El corazón de Lilo & Stitch sigue intacto. Es una historia sobre la pérdida, el duelo, el amor incondicional y la esperanza. Pero en esta versión, el mensaje va más allá del famoso “ohana significa familia”. Aquí también se habla del derecho a tener sueños, del miedo a ser suficiente, de reconstruirte después del dolor.

La dirección de Dean Fleischer Camp (sí, el mismo director de Marcel the Shell with Shoes On) se siente precisa y emocional. Sabe cuándo bajarle al caos para dejar que la emoción respire. El resultado es una película que no solo le hace justicia al clásico, sino que la hace algo original en muchos aspectos.

¿Vale la pena? Absolutamente.

Después de controversias con Blancanieves, live-actions como Dumbo que nadie vio, y una etapa de Disney en la que parecería estar perdiendo su esencia, Lilo & Stitch es el live-action que por fin entendió que la nostalgia no basta. Hay que contar bien la historia, con corazón y con intención. Y sí, también hay que saber cuándo es momento de dejar que los personajes nuevos brillen sin opacar a los que ya amamos.

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