Con una carrera en ascenso y papeles cada vez más complejos, Maisie Richardson-Sellers ha conquistado tanto las pantallas como los corazones de la audiencia. Desde su participación en el drama histórico Wolf Hall, hasta su transformación en la enigmática Wolfie en la segunda temporada de Nine Perfect Strangers, la actriz británica ha demostrado que no hay rol que le quede grande. En esta entrevista Maisie nos habla sobre sus inicios, el arte de actuar junto a leyendas como Nicole Kidman y Christine Baranski, su participación en el universo inmortal de Anne Rice, y cómo su trabajo como directora y productora busca darle un giro necesario a la narrativa dentro de la industria.

Maisie Richardson y su evolución dentro de la industria
Tu carrera como actriz ha tenido un ascenso impresionante. ¿Cómo recuerdas tus primeros pasos en la industria y qué consejo te darías si pudieras hablar con tu versión más joven?
¡Gracias! No ha sido un camino lineal. Cuando empecé en Londres, me costaba conseguir que me invitaran a una audición. Los primeros grandes rechazos fueron devastadores. Pero con el tiempo aprendí que dentro de esa lucha había muchas oportunidades para crecer. Le diría a mi yo más joven que fuera más amable consigo misma, y que la verdadera magia, las lecciones y las transformaciones de la vida ocurren durante el trayecto, no al llegar a la meta. Así que no pierdas de vista el hoy mientras buscas el mañana.
Has trabajado junto a figuras como Nicole Kidman y Christine Baranski en la esperada segunda temporada de Nine Perfect Strangers. ¿Cómo fue esa experiencia y qué aprendiste de ellas como actrices?
Mi mejor amiga y yo solíamos cantar los duetos de Moulin Rouge sin parar cuando teníamos 11 años, así que he adorado a Nicole desde entonces. Todos mis “yo” interiores estaban emocionadísimos. Ella tiene una intensidad impredecible que te mantiene alerta; nunca sabes hacia dónde irá la escena. Y eso me encanta. Sigue su intuición y es muy libre. Christine es un sueño hecho realidad y una compañera de escena muy presente. Fuera de cámara íbamos a museos y hablábamos de arte, y luego en el set yo intentaba no reírme con su sarcasmo natural. Es una verdadera maestra de su oficio.
Tu papel en The Talamasca forma parte del icónico universo inmortal de Anne Rice. ¿Qué fue lo que te atrajo de este proyecto y cómo abordas el reto de interpretar a un personaje dentro de un mundo tan emblemático?
Me encanta interpretar roles lo más contrastantes posible. A principios de este año, interpreté a Bess Seymour, una aristócrata británica del 1500 en Wolf Hall, y luego a Wolfie, una música moderna, andrógina y co-dependiente, en Nine Perfect Strangers.
Así que cuando surgió la oportunidad de interpretar a Olive, una espía ambiciosa y cautivadora en Talamasca, la tomé sin pensarlo. Me atrajo porque la serie es distinta a las historias sobrenaturales típicas. Es un thriller de espionaje crudo y realista que, por casualidad, tiene elementos sobrenaturales. Se siente muy real, lo que la hace aún más envolvente. Las series de Anne Rice priorizan la profundidad y complejidad de los personajes, y eso me fascina. Sabía que estaría en buenas manos al unirme a este universo tan querido.
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Tu voz ha sido fundamental en la lucha por la representación LGBTQ+ en Hollywood. ¿Cómo sientes que está cambiando la industria en términos de inclusión y qué pasos crees que aún deben darse?
Usar mi voz y mi plataforma para contribuir a cualquier tipo de cambio positivo es algo extremadamente importante para mí.
La industria ha avanzado mucho desde que empecé a actuar hace 10 años. En aquel entonces, tenía miedo de que “salir del clóset” arruinara mi carrera (y muchos actores todavía sienten lo mismo). Me emociona ver que hay más representación, pero todavía queda un largo camino por recorrer. Necesitamos más personajes LGBTQ+ cuya identidad queer o su sufrimiento no sean el centro de su historia. Quiero que el mundo experimente personajes LGBTQ+ tan complejos, matizados, celebrados y llenos de capas como los personajes heterosexuales que vemos todos los días. La industria dará pasos gigantes cuando haya más representación en las salas de guionistas, en los equipos de producción y entre quienes controlan el financiamiento.
¿Cómo describirías tu estilo personal y cómo ha evolucionado con el tiempo?
El 90% de mi ropa la compro en tiendas de segunda mano, vintage o de consignación. Intento mantenerme lo más alejada posible del sistema de la moda rápida, porque estoy profundamente en desacuerdo con la manera en que se trata y paga a los trabajadores textiles en el mundo. Como no sigo las tendencias, simplemente uso lo que me hace sentir bien. A veces eso significa un look más masculino, otras veces más femenino. La libertad de la fluidez es lo que me hace sentir más cómoda.
¿Cómo eliges tus looks para apariciones públicas y qué tan importantes son la sostenibilidad y la inclusión para ti en la moda?
La sostenibilidad y la inclusión son extremadamente importantes para mí. Comprar algo nunca es un acto neutral. Me esfuerzo por educarme continuamente y hacer todo lo que esté en mis manos para representar los valores en los que creo. Cada pequeño cambio que haces hacia un estilo de vida más consciente —ambiental y socialmente— suma. Por eso, intento ser intencional y consciente con cada decisión que tomo.
Eres un modelo a seguir para muchas personas, especialmente para jóvenes queer que buscan representación. ¿Qué mensaje te gustaría compartir y cómo esperas que tu trabajo inspire a las nuevas generaciones?
No dejes que tus sueños ni tu voz se diluyan. Hay mucho sufrimiento y odio en el mundo, y es fácil sentirse paralizadx por ese peso. Pero por cada voz de odio que escuchas, hay muchas más llenas de amor que simplemente no sienten la necesidad de gritarlo. Cada acto de amabilidad y compasión genera un efecto dominó, y cada vez que eliges tu alegría y haces aquello que alimenta tu espíritu, estás actuando con valentía. Te necesitamos, y necesitamos tu perspectiva única. Crea, juega, mantente curiosx.
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