Si hablamos de terror en Hollywood, The Conjuring es ya un clásico moderno. La franquicia de películas que nació en 2013 no solo nos ha hecho taparnos los ojos en el cine, también lanzó al estrellato internacional al matrimonio de Ed y Lorraine Warren. Ahora, con el estreno de The Conjuring: Last Rites, el capítulo final de la saga, todos volvemos a hablar de ellos. Pero detrás del “power couple” que vimos en pantalla, hay una historia mucho más inquietante.
En las pelis, Patrick Wilson y Vera Farmiga interpretan al dúo de Ed y Lorraine Warren: él, un demonólogo católico, y ella, una psíquica que puede ver lo que nadie más ve. Pero, ¿quiénes fueron realmente estas personas en la vida real?

Cómo empezó esta historia de amor
La historia de amor de Ed y Lorraine parece sacada de una peli adolescente. Se conocieron en 1944 en un cine de Connecticut. Ed trabajaba como acomodador y unos amigos lo presentaron con Lorraine. Desde ahí, empezó una relación que aguantó de todo desde la Segunda Guerra Mundial, problemas económicos y un giro de vida bastante inesperado.
Ed quería ser pintor profesional, así que él y Lorraine recorrían Nueva Inglaterra vendiendo cuadros de casas antiguas. Pero lo suyo eran los fantasmas. Ed pintaba lugares embrujados y luego se acercaba a los dueños para hablarles de lo paranormal. Lo que empezó como arte terminó convirtiéndose en su forma de vida.

En 1952 fundaron la New England Society for Psychic Research (NESPR) y empezaron a presentarse como investigadores paranormales. Lorraine decía ser clarividente y médium, y Ed se hacía llamar uno de los pocos “demonólogos” reconocidos del país.
Casos que se volvieron leyenda (y taquilla)
Los Warren estuvieron involucrados en algunos de los casos paranormales más famosos —y polémicos— de las últimas décadas. En 1970 conocieron a Annabelle, una muñeca que, según sus dueñas, se movía sola y atacaba gente. Ellos aseguraron que no era un espíritu, sino un demonio, y hoy la tienen encerrada en su museo.
En 1971 investigaron la casa de la familia Perron, que inspiró The Conjuring, y en 1975 respaldaron la historia de la familia Lutz en Amityville, aunque luego muchos la consideraron un montaje.
A finales de los años 70, viajaron a Londres para el caso del poltergeist de Enfield, donde una familia afirmaba vivir experiencias aterradoras. Si bien las películas lo muestran como un caso clave en la carrera de los Warren, en realidad su participación fue breve y bastante secundaria.

En 1981, se vieron envueltos en uno de los juicios más controversiales de Estados Unidos al apoyar a Arne Johnson, un joven que mató a su casero y alegó haber estado poseído por un demonio.
Todos estos casos, algunos reales, otros medio exagerados y varios súper dudosos, fueron clave para que los Warren se volvieran famosos. Pero también dejaron una gran duda en el aire ¿de verdad veían fantasmas… o solo sabían muy bien cómo vender miedo?
El lado oscuro que Hollywood no cuenta
Años después de la muerte de Ed en 2006 y de Lorraine en 2019, nuevas voces han puesto en duda su legado. Colaboradores y coautores confesaron que Ed pedía “hacer las historias más aterradoras, aunque fueran falsas”, y que el negocio siempre estaba por encima de la veracidad.
Lo más fuerte vino en 2014, cuando Judith Penney, entonces en sus 70, reveló que había tenido una relación con Ed desde que tenía 15 años, mientras él ya estaba casado con Lorraine y en sus treinta. Según ella, vivió con los Warren durante décadas, quedó embarazada y fue presionada a abortar para evitar un escándalo. Incluso aseguró que Lorraine estaba al tanto y que ambos se mostraban como católicos devotos en público, pero en privado “su verdadero dios era el dinero”.
Penney también afirmó que Ed podía ser violento con Lorraine, que había episodios de abuso físico y que la relación entre ellos era mucho menos romántica de lo que siempre se contó.
Entre el mito y la cultura pop
Pese a las acusaciones, los Warren siguen siendo parte del imaginario colectivo. Sus libros se venden, sus casos se convierten en documentales y The Conjuring se ha transformado en una de las franquicias de terror más exitosas de Hollywood.
Puede que en pantalla sean una la pareja heroica que enfrenta fuerzas sobrenaturales por amor pero eso es tan ficción como los monstruos que ellos mismos ayudaron a inventar.
Lo que sí es cierto es que los Warren, para bien o para mal, se convirtieron en un mito moderno. Solo recuerda que, cuando vayas a ver la última película de The Conjuring, a quienes realmente amamos es a los Warren del cine… no a los verdaderos.
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