La misma Bridgit Mendler que alguna vez cantaba “Ready or Not” y protagonizaba Buena suerte, Charlie ahora está conquistando un territorio completamente diferente: el espacio. Y no, no es una metáfora. La exestrella de Disney Channel ha pasado de los escenarios y sets de grabación a dirigir una empresa espacial en el mundo real.
De estrella Disney a ingeniera y CEO espacial
Bridgit Mendler fue una de las figuras más queridas de la era dorada de Disney Channel. Muchos la recuerdan por su papel como Teddy Duncan en Buena suerte, Charlie, una de las series más populares del canal, o por su participación en Lemonade Mouth (2011), donde además mostró su talento como cantante. Su carisma y su voz la llevaron a lanzar su carrera musical, con temas que se volvieron himnos para una generación, como Hurricane y Ready or Not.
Pero mientras muchos esperaban verla seguir en la música o en Hollywood, Bridgit decidió tomar un rumbo completamente distinto. Después de alejarse de los reflectores, se enfocó en sus estudios y, poco a poco, construyó una carrera académica impresionante.
Un salto de Harvard al espacio exterior
Lo que pocos saben es que Bridgit Mendler estudió en la Universidad del Sur de California (USC), luego en el prestigioso MIT y finalmente en Harvard, donde obtuvo su maestría en derecho y política pública. Sí, así de brillante. Pero su ambición no se detuvo ahí.
En 2024, Bridgit dio un paso enorme al convertirse en la fundadora y directora ejecutiva de Northwood Space, una startup dedicada a mejorar la comunicación entre satélites y la Tierra. Su objetivo es crear una “autopista de datos espaciales”, facilitando el intercambio de información en el espacio de manera más rápida y eficiente. En pocas palabras: está ayudando a construir el futuro de las telecomunicaciones espaciales.
Su transición del entretenimiento a la tecnología ha sorprendido a muchos, pero para Bridgit, siempre se trató de seguir su curiosidad. En entrevistas, ha mencionado que su fascinación por la ciencia y la ingeniería fue creciendo mientras estudiaba, y que su paso por el mundo del espectáculo le dio las herramientas para liderar proyectos ambiciosos.
Además, no lo hace sola. Su esposo, Griffin Cleverly, es ingeniero en sistemas espaciales y también forma parte de su aventura empresarial. Juntos han construido una vida lejos de los reflectores, enfocada en la innovación, la familia y el equilibrio personal.
Un futuro (literalmente) brillante
Lo que hace tan fascinante la historia de Bridgit Mendler es cómo ha logrado reinventarse sin miedo a empezar de nuevo. Pasó de ser una figura conocida por su dulzura en pantalla a convertirse en un ejemplo de inteligencia, innovación y liderazgo. En lugar de aferrarse a su fama, eligió explorar un camino donde pudiera aportar algo distinto al mundo.
Hoy, Bridgit combina su experiencia creativa con su mente analítica, rompiendo estereotipos sobre lo que una exestrella infantil “debería” hacer. Mientras muchos aún asocian su nombre con la música pop y los programas de Disney, ella está escribiendo una nueva historia: una donde el espacio no es el límite, sino el siguiente capítulo.
Así que su historia es un recordatorio de que no hay límites para evolucionar. Bridgit Mendler dejó atrás los guiones y las canciones para escribir su propio destino, uno que hoy brilla más allá de las estrellas.
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