En exclusiva, la actriz y nueva embajadora de Almay, Lucy Hale, nos habla sobre su rutina de belleza, sus tips de beauty, su amor por las mascarillas y de cómo la pandemia cambió su piel.
IS:¿Qué rol tiene el cuidado de la piel en tu vida?
LH: El ritual de skincare nos habla sobre querernos y procurarnos a nosotros mismos. Crecí batallando mucho con mi piel porque tuve acné quístico y eso me era muy vergonzoso. El amor que le tengo al cuidado de la piel nació al explorar productos y tratamientos que llevaran a mi tez a un lugar feliz. Al final, tenerla sana me da confianza en mí misma.
IS: ¿Cuál es tu tipo de piel y qué productos son imprescindibles en tu rutina?
LH: Es mixta, tengo una combinación de zonas grasas y otras secas. Incluso, a mis 31 años, tiendo a las imperfecciones, pero actualmente soy menos sensible de lo que solía ser. Los productos que incluyo en mi ritual (y no son negociables): las toallas desmaquillantes Clear Complexion de Almay, el suero C E Ferulic de SkinCeuticals y las toallitas de ácido glicólico para controlar los granitos.
IS: ¿Cómo cambió tu sesión de belleza en esta cuarentena?
LH: No estoy usando tanto makeup, por lo que mi piel logró respirar. De verdad, necesitaba un break y estar en casa, al natural, fue lo mejor que he sentido en años. Eso sí, aplico muchas mascarillas gracias a que tengo más tiempo de lo normal.
IS: Y, sin duda, eres la reina del masking. ¿Qué tips nos das para sacarle mayor provecho?
LH: Las mascarillas son vitales para mi piel. Generalmente, uso aquellas con propiedades purificantes. Un gran consejo es mojar antes tu cara con agua caliente en un pad para que tus poros se abran y el producto penetre mejor. Otra recomendación es meter las sheet masks al refrigerador; la sensación al aplicarla es maravillosa.
IS: ¿Qué fue lo que más valoraste durante este tiempo en casa?
LH: Me ayudó a enfocarme en el auto cuidado y a reflexionar. Escribí, leí, medité y me ejercité mucho. La pandemia fue un gran recordatorio de que, en ocasiones, está bien parar y relajarte.
IS: Eres la nueva embajadora de Almay, ¿cómo te sientes al respecto?
LH: Colaborar con una marca como Almay es algo que había manifestado por años; en verdad, es un sueño hecho realidad. No sólo porque amo sus productos; además, los admiro como empresa. Me gusta el hecho de que es una firma hipoalergénica, libre de crueldad animal y todo es probado previamente por dermatólogos. Como alguien que tiene piel sensible, valoro y entiendo lo importante que es eso. Almay también trabaja para hacer empaques eco friendly. Por ejemplo, sus nuevas toallas desmaquillantes son biodegradables. ¿Qué más cool que eso?
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