Por años, nos hicieron pensar que aplicar tu maquillaje con los dedos era lo más amateur que podrías hacer, como si no supieras “maquillarte bien”. Pero si algo nos han enseñado los millones de Get Ready With Me de Hailey Bieber es que eso ya quedó atrás. ¿Quién necesita brochas cuando puedes usar lo que ya tienes: tus propias manos?
Hailey no se embarra el corrector con los dedos porque se le olvidó la esponja. Lo hace porque le gusta. Punto. Y esa forma de aplicarse el maquillaje, más intuitiva y menos rígida, es justo lo que da ese acabado tan natural, glowy y fresco que ahora todas buscamos.
Aplicarlo con brochas o con los dedos
En maquillaje no hay reglas fijas. Si algo te funciona, está perfecto. No existe una forma correcta o incorrecta, todo depende de lo que prefieras y del look que quieras lograr. Aplicar con los dedos te da confianza y control total sobre tu maquillaje.
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Los dedos funcionan mejor con productos cremosos como bases ligeras, rubores líquidos, correctores, iluminadores en crema y sombras en gel. Lo importante es la textura: si es suave y fácil de difuminar, tus manos serán tus mejores aliadas. Además, el calor de tus dedos ayuda a que el maquillaje se mezcle mejor, dejando un acabado natural que a veces ni la brocha puede conseguir.
Pros (y uno que otro contra) del maquillaje con los dedos
Aplicar maquillaje con los dedos tiene varias ventajas. El producto se funde de manera más natural con la piel y el proceso es mucho más rápido, ideal para esos días en los que vas apurada. Además, reduces el uso de herramientas, lo que significa menos brochas que lavar. Lo mejor es que te conecta directamente con tu rostro, haciendo que el momento de maquillarte sea más personal y consciente.
Pero, hay algunos cuidados que debes tener en cuenta. Siempre es fundamental lavarte bien las manos antes de tocar tu cara para evitar transferir suciedad o bacterias. Aplica el maquillaje poco a poco y con suaves toquecitos, evitando arrastrar el producto para no levantar lo que ya aplicaste. Recuerda ser delicada, ya que la piel no necesita ser frotada ni tallada para que el maquillaje quede perfecto.
¿Y qué pasa con cada producto?
Base líquida: Usa los dedos para calentarla, aplica desde el centro de tu cara y difumina hacia afuera. Si quieres más cobertura, puedes terminar con brocha en ciertas zonas.
Corrector: Para ojeras ligeras, el dedo anular es ideal. Si es más espeso o tienes un granito, aplica con el dedo y difumina con brocha para evitar sobrecargar o irritar.
Blush en crema: Tus dedos le dan ese efecto sonrojado real que está de moda. Aplícalo en las mejillas y un poco en la nariz para ese sunburnt look.
Sombras en crema: Nada como el dedo para aplicar una sola capa difuminada en todo el párpado.
Iluminador líquido: Usa el dedo anular para aplicarlo en puntos estratégicos como el hueso del pómulo, el tabique de la nariz y el arco de Cupido.
Más que maquillaje, un ritual
Hay algo muy íntimo en aplicar el maquillaje con las manos. Es regresar a lo básico, reconectar con la piel, entender sus texturas y formas. Es lo que muchas mujeres han hecho toda la vida, de nuestras abuelas a nuestras mamás, antes de que existieran los 35 tipos de brochas y esponjas. No es falta de técnica, es una forma distinta de entender la belleza. Más libre. Más cercana.
Así que ya sabes: aplicar maquillaje con los dedos no solo es válido, también es cool. Menos perfección, más intuición.
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