Todos tenemos algún serum, base o lipstick olvidado desde hace más tiempo del que quisiéramos admitir. Pero si se trata de un protector solar caducado, ¿deberías seguir usándolo? ¿Realmente hace daño? ¿Sirve de algo? Para responder esa y otras dudas igual de comunes (pero no tan obvias), reunimos cinco preguntas sobre este básico del skincare que vale la pena resolver.
Errores, tips y reaplicación: todas tus preguntas sobre bloqueador solar
1. ¿Qué tipo de protector solar debo usar: químico o físico?
Los protectores físicos, también llamados minerales, contienen ingredientes como óxido de zinc o dióxido de titanio. Actúan reflejando los rayos UV y suelen recomendarse para pieles sensibles o con afecciones como rosácea. Por lo general ser más densos y pueden dejar un efecto blanco en la piel.
Los protectores químicos, en cambio, absorben la radiación UV y la transforman en calor. Se sienten más ligeros y tener mejores acabados estéticos, pero pueden generar sensibilidad en algunas pieles. Además su impacto ambiental ha sido motivo de estudio.
Ambos funcionan bien si el producto ofrece protección de amplio espectro y tiene un SPF adecuado. Lo más importante es elegir el que se adapte mejor a tu piel.
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2. ¿Qué nivel de SPF es suficiente para protegerme bien?
La Academia Americana de Dermatología recomienda un SPF mínimo de 30, que bloquea alrededor del 97% de los rayos UVB. Un SPF 50 bloquea aproximadamente el 98%, y a partir de ahí el incremento es mínimo.
Aunque hay protectores con SPF 70 o 100, su efectividad no aumenta de forma proporcional. En realidad, estos formatos funcionan mejor cuando las personas no aplican suficiente cantidad, lo cual es muy común. Más que un número altísimo, lo clave es usar la cantidad correcta y reaplicar cada dos horas si hay exposición solar directa.
3. ¿El protector solar funciona distinto si es en crema, spray o polvo?
La forma del producto no cambia su capacidad de proteger si cumple con dos cosas: un buen SPF y cobertura de amplio espectro (UVA y UVB). Lo que sí cambia es la forma de aplicación y cuánto se usa.
La crema es fácil de dosificar y suele asegurar una aplicación más uniforme. El spray es práctico para zonas amplias como la espalda, pero es importante aplicarlo con generosidad, frotarlo con la mano y evitar inhalarlo. Los polvos solares son ideales para reaplicar sobre maquillaje, pero deben aplicarse bien para que funcionen realmente.
En cualquier formato, si no se aplica suficiente cantidad o no se retoca con frecuencia, la protección no será efectiva.
4. ¿Puedo llevar protector solar en spray en un avión sin problema?
Sí, pero con condiciones. Si lo llevas en el equipaje de mano, el envase debe ser de 100 ml o menos y estar dentro de la bolsa transparente de líquidos. Si es más grande, debe ir en la maleta documentada.
Además, muchos protectores solares en spray son inflamables, por lo que es importante revisar la etiqueta antes de empacarlos. En vuelos internacionales también conviene consultar las regulaciones específicas de cada aerolínea.
5. ¿Qué pasa si me pongo protector solar caducado?
Un protector solar caducado pierde eficacia porque los filtros químicos o físicos pueden degradarse con el tiempo. Aunque el producto se vea igual, su capacidad de protegerte disminuye, y eso puede traducirse en quemaduras solares o daño acumulado sin darte cuenta.
Además, con el paso del tiempo los ingredientes pueden separarse o contaminarse, lo que también puede generar reacciones en la piel como irritación o enrojecimiento. Lo recomendable es siempre revisar la fecha de caducidad y, si ya pasó o han transcurrido más de tres años desde que lo abriste, reemplazarlo por uno nuevo.
¿Cómo saber si tus productos ya están caducados?
Seguro ahora te estás preguntando cómo saber si ese protector solar que tienes desde hace meses todavía sirve. Algunos productos traen fecha de caducidad impresa, pero muchos otros no. En esos casos, busca el símbolo del frasquito abierto que viene en la parte trasera: si dice 6M, 12M o 24M, eso indica cuántos meses dura una vez abierto.
También pon atención a cualquier cambio en el olor, la textura o el color. Si huele raro, se separó la fórmula o se siente diferente en la piel, lo más probable es que ya no esté en buen estado.
Y aunque guardarlos lejos del calor o la humedad ayuda a conservarlos mejor, si tienes dudas… es momento de decirles adiós. La piel no olvida.
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