Remedios del Bosque es una marca que nace del poder de las plantas. De su poder curativo, restaurador, estético y de conexión. Desde 2012, genera productos que unen lo máximo de la tecnología cosmética con los conocimientos ancestrales de nuestra tierra con una misión más profunda: sanar también la manera en la que cultivamos y consumimos, para generar una relación entre la naturaleza, las personas productoras y las consumidoras, que se base en el mutuo respeto.
Si lo piensas, las propiedades medicinales de las plantas probablemente han estado presentes en tu vida. Cuando te tomaste una infusión de manzanilla para calmar tu estómago, cuando tu abuelita te recomendó aloe vera para las quemaduras o cuando plantaste lavanda en tu terraza porque el olor simplemente te calma.
Sin embargo, también hay que admitir que nos hemos apartado del origen de estos ingredientes. Pocas veces sabemos quién sembró y cosechó esa manzanilla, si la lavanda que tanto amamos tiene pesticidas o si nuestra infusión favorita viene de una planta, un arbusto o un árbol.
Remedios del Bosque también busca sanar la tierra
Remedios del Bosque es una marca que es más que skincare. También ofrece tinturas medicinales, aceites esenciales y cursos de herbolaria ancestral y remedios naturales. Fue en uno de estos talleres, en la costa chica de Oaxaca, donde aprendimos de dónde vienen algunos de sus ingredientes y por qué su fundadora, María Violante, cree que las plantas nos hablan.
En el rancho, vimos cómo un terreno totalmente árido que se usó por año para monocultivo de cacahuate volvió a la vida y ahora es hogar de árboles de moringa y pasto limón, lo que a su vez llamó a diferentes especies de aves y otros animales que habían abandonado la región.
También vimos de primera mano cómo kilos de materia prima (en este caso, casi 23 kilos de pasto limón) generan solo unos cuantos mililitros de aceite esencial, lo que nos recuerda dos cosas: la importancia de la sostenibilidad de los cultivos, así como de aprovechar toda la planta lo más posible y que muchas veces hemos comprado productos a muy bajo costo que probablemente no eran puros.
Bajo el principio de cosmética viva, aquella que nace de cultivos sanos y sin maltrato animal, la marca es libre de parabenos y sulfatos, todos los productos son biodegradables y son seguros para la piel, incluso de mujeres embarazadas. De hecho, fue así como María, quien ya llevaba años estudiando las propiedades medicinales de las plantas, decidió aprender también de cosmética: en su primer embarazo, quería estar segura de que lo que ponía en su piel era nutritivo y confiable.
Por todo esto su filosofía va más allá de vender: se trata de compartir sus saberes y su manera de hacer las cosas, para que la próxima vez que uses un aceite corporal o tomes una infusión de jengibre, puedas pensar en todo lo que nos regalan las plantas.
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