Por más simple que parezca (y lo es), el dry brushing o cepillado en seco se ha convertido en uno de esos rituales de belleza que dividen opiniones: algunas lo juran como el secreto detrás de una piel tonificada y luminosa, y otras lo ven como otra moda pasajera de TikTok. Pero la verdad es que esta técnica tiene raíces muy profundas, tanto en la historia como en la cultura del bienestar.
¿La promesa? Mejorar la textura de la piel, estimular el sistema linfático y decirle bye bye a la celulitis. ¿La realidad? Aquí te explicamos todo lo que tienes que saber antes de tomar el cepillo.

¿Qué es exactamente el dry brushing?
Aunque ahora lo veas por todos lados en redes sociales, el cepillado en seco no es nada nuevo. Esta técnica proviene del garshana, una práctica de la medicina ayurvédica (la medicina tradicional de la India) que se ha usado por siglos como una forma de limpieza profunda y estimulación energética.
La idea es usar un cepillo de cerdas naturales, siempre sobre la piel seca, y cepillar en movimientos firmes y estratégicos, empezando por los pies y subiendo hacia el corazón. ¿La razón? Este patrón sigue la dirección del flujo linfático en el cuerpo, ayudando supuestamente a liberar toxinas.
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¿Funciona o es puro placebo?
A nivel científico, los estudios sobre el dry brushing todavía son escasos. No hay pruebas de que elimine toxinas ni reduzca la celulitis de forma permanente. Pero eso no significa que no tenga beneficios palpables.
Pero ojo, eso no significa que sea puro humo. Mucha gente nota que la piel se siente más suave, se ve más lisa, y que el momento de cepillarse puede ser súper relajante. También se dice que ayuda a activar la circulación y el sistema linfático, lo cual te puede dejar con una sensación de ligereza, aunque los efectos son más momentáneos que mágicos.
En resumen: no va a cambiarte la vida ni reemplazar al dermatólogo, pero si te gusta cómo se siente y te da ese mini boost de bienestar, adelante. A veces, el ritual vale más que el resultado.

Los beneficios más populares del dry brushing
Aunque cada cuerpo reacciona distinto, estos son los beneficios más comúnmente reportados por quienes lo practican con regularidad. Lo ideal, según quienes lo practican, es hacerlo todos los días. Pero si eso no encaja en tu rutina, hasta con dos o tres veces por semana puedes ver resultados. Lo importante es ser constante, escuchar a tu cuerpo y no obsesionarte.
1. Exfoliación visible y al instante
Elimina células muertas al momento, dejando la piel suave y con un glow natural. También puede ayudar a que otros productos (como cremas o autobronceadores) se absorban mejor.
2. Estimulación del sistema linfático
Se cree que al activar los canales linfáticos, el cuerpo tiene más facilidad para eliminar toxinas a través del sudor.
3. Circulación sanguínea + energía
Muchas personas afirman que después del cepillado sienten un rush de energía, ideal para hacer en las mañanas y empezar el día con todo.
4. Relajación tipo masaje
Si lo haces con calma y en un ambiente tranquilo, puede convertirse en un momento de autocuidado, como un masaje exprés casero.
5. ¿Y la celulitis?
Ojo: no es una solución médica, pero como el masaje mejora temporalmente el aspecto de la piel, hay quienes notan una leve reducción en la apariencia de la celulitis. Solo recuerda: es momentáneo y no sustituye otros tratamientos más especializados.

¿Cómo se hace correctamente?
El dry brushing no tiene mucha ciencia, pero sí ciertos pasos que hacen toda la diferencia. Aquí una guía express:
- Escoge el cepillo correcto con cerdas naturales (no sintéticas) y, si puedes, con mango largo para alcanzar la espalda.
- Hazlo con la piel completamente seca antes de bañarte, y sin aplicar ningún producto.
- Empieza por los pies y sube en movimientos largos y firmes hacia el corazón.
- Evita presionar demasiado y no necesitas irritarte la piel.
- Después, bañate y humecta con agua tibia (o fría, si puedes) ayuda a eliminar las células muertas.
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