Glosario para entender los ácidos en tu skincare
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Glosario para entender los ácidos en tu skincare

La belleza está en la ciencia… o al menos en su etiqueta. Si alguna vez te has encontrado leyendo un producto de skincare como si fuera una fórmula matemática, no estás sola. Nombres como ácido glicólico, salicílico o láctico suenan más a laboratorio que a rutina de belleza. Pero hoy más que nunca, esos ingredientes están redefiniendo el glow moderno. Bienvenida a tu guía definitiva para entender (y dominar) el mundo de los ácidos en el skincare.

¿Por qué de repente están en todos lados?

Desde sueros hasta tónicos y mascarillas, los ácidos parecen estar en su peak. Pero no son precisamente nuevos. En el Antiguo Egipto, Cleopatra se exfoliaba con leche fermentada rica en ácido láctico. Hoy, los avances de la ciencia nos han dado fórmulas más estables, seguras y potentes que prometen (y muchas veces cumplen) resultados visibles.

Los ácidos son ingredientes activos que ayudan a tratar desde acné hasta manchas, pasando por arrugas, poros dilatados y falta de luminosidad. Lo mejor: hay uno para cada tipo de piel. Lo clave está en saber escoger.

¿Es seguro usar ácidos?
@nailychav

¿Es seguro usar ácidos?

La respuesta corta: sí. Pero hay matices. Los ácidos cosméticos están formulados con concentraciones seguras y niveles de pH controlados. En general, funcionan exfoliando la superficie de la piel, acelerando la renovación celular o actuando como imanes de hidratación (como en el caso del ácido hialurónico). Algunos actúan de forma superficial, otros penetran un poco más, y algunos tienen beneficios antioxidantes. Pero, eso sí, es clave saber cómo usarlos. 

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Tu glosario de ácidos

Entre los miles de términos y ácidos, hay algunos que son los más populares y que seguro ya has escuchado por todos lados. Pero aquí te traemos una guía fácil de entender, para que no tengas que estar scrolleando eternamente buscando el ácido ideal para ti.

AHAs (Alfa Hidroxiácidos)

Exfolian la superficie de la piel para mejorar textura, tono y luminosidad.

Ácido glicólico

  • Qué hace: Exfolia, combate manchas, textura irregular y signos de la edad.
  • Ideal para: Pieles normales a grasas, piel opaca.
  • Concentración recomendada: 5–8% en productos de uso diario.
  • Cuándo usarlo: Solo de noche, siempre con protector solar al día siguiente.

Ácido láctico

  • Qué hace: Exfolia con suavidad, hidrata y da glow.
  • Ideal para: Piel seca o sensible.
  • Dato curioso: Derivado de la leche, tiene historia desde Cleopatra.

BHAs (Beta Hidroxiácidos)

Penetran poros y regulan la grasa. Exfoliación más profunda.

Ácido salicílico

  • Qué hace: Disuelve grasa, limpia poros, trata el acné.
  • Ideal para: Piel grasa, mixta o con brotes.
  • Concentración recomendada: 0.5–2%.
  • Cuándo usarlo: En la noche, una o dos veces por semana si estás comenzando.

Antioxidantes ácidos

Ácido ascórbico (Vitamina C)

  • Qué hace: Aclara manchas, protege contra radicales libres, estimula colágeno.
  • Ideal para: Todo tipo de piel, especialmente con daño solar o tono disparejo.
  • Uso: De día, siempre con SPF.

Ácido ferúlico

  • Qué hace: Potencia la vitamina C, combate el envejecimiento y la oxidación.
  • Ideal para: Piel madura o piel urbana expuesta a contaminación.

PHAs (Poli Hidroxiácidos)

La alternativa suave para pieles sensibles.

Lactobiónico y gluconolactona

  • Qué hacen: Exfolian con delicadeza, hidratan y fortalecen la barrera cutánea.
  • Ideal para: Piel reactiva o con rosácea.
  • Dato extra: Son más grandes en tamaño molecular, por lo que no penetran tanto y son menos irritantes.

Ácido hialurónico (HA)

No es exfoliante, pero es un must.

  • Qué hace: Retiene agua, hidrata en profundidad, suaviza líneas.
  • Ideal para: Todo tipo de piel, pero especialmente seca o madura.
  • Concentración recomendada: 1–2%.
  • Uso: AM y PM, solo o mezclado con otros activos.

Bottom line: sí, puedes usar ácidos 

Los ácidos ya no son exclusivos de los peelings de consultorio. Usados con inteligencia, pueden cambiar la textura, el tono y la vitalidad de tu piel. ¿La clave? Conocerlos, respetarlos y usarlos con intención.

Piensa en ellos como las herramientas quirúrgicas del skincare: precisas, potentes y con resultados si sabes cómo manejarlas. Porque sí, la ciencia también es parte del glamour.

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