Atrévete a probar un blush nude (aunque jures que no es tu tono)
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Atrévete a probar un blush nude (aunque jures que no es tu tono)

Te puedo asegurar que nunca pensaste que el blush nude podía ser una opción. Es ese color que pasas de largo porque no promete nada en el empaque, pero cuando lo pones en la piel se acomoda tan bien que todo se ve más equilibrado y te evita ese miedo de arruinar el make up por escoger un tono que no era.

@urassayas

La magia detrás del tono natural

Un blush nude se ve así porque está hecho con pigmentos que imitan los tonos reales de la piel. La fórmula mezcla un beige suave que se funde con tu base, un rosa apagado que evita que la cara se vea plana y un peach muy diluido que mantiene el color vivo sin llevarlo a lo naranja.

Esa combinación baja la intensidad del rubor, se adapta al subtono que ya tienes y crea un efecto que no parece un color encima, sino tu piel más uniforme. Por eso casi nunca falla, sigue tu propio tono en lugar de pelear con él.

@eesmauslan

Lo que debes ver antes de elegir tu blush nude

Empieza viendo cómo se comporta el tono junto a tu piel. Acércalo a tu mejilla o a la parte interna del brazo y revisa si se integra o si se queda flotando. Cuando el color se mezcla y no sobresale, vas en buen camino.

Para piel clara

Ayuda mucho pensar en cómo se ven tus cheeks cuando no traes nada. Los blushes nude con rosa suave se parecen más a ese tono natural que puedes notar después de salir a caminar. Cuando el nude es demasiado beige, la piel puede verse más plana, así que busca algo que deje un toque de vida sin verse obvio, como si el color viniera de ti y no del rubor.

Para piel media

Sirve fijarte en qué tan cálida se ve tu piel al sol. Si notas un brillo doradito, un nude que tenga un peach leve o un beige tibio se integra mejor porque sigue esa misma temperatura. Los tonos demasiado fríos pueden crear un contraste raro.

Para piel oscura

Los nudes que funcionan mejor suelen tener un toque mauve más profundo o un rosa quemado suave, porque siguen tu tono natural sin verse grises. La manera más sencilla de elegirlo es aplicar un poco y ver cómo reacciona en tu mejilla; si lo sigues viendo sin que cambie tu color real, ese es tu nude. Si se vuelve cenizo o muy claro, prueba uno más oscuro dentro de la misma gama.

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