En la CDMX hay de TODO. No solo es una de las ciudades más grandes del mundo, también es una de las más antiguas y llenas de historia. Desde sus raíces mexicas hasta las huellas coloniales, las revoluciones, los terremotos y los siglos de cambios que ha vivido, esta ciudad ha sido escenario de todo tipo de momentos que marcaron el país. Y como pasa en los lugares con historia intensa, hay rincones embrujados.

Casonas abandonadas, esquinas que parecen tener mal de ojo y spots donde, como bien decimos en México, “aquí espantan”. Pero no se trata solo de sitios que asustan, sino de lugares con memoria, porque al final, los fantasmas no son más que recuerdos que se negaron a irse
Así que si eres de las que ama una buena historia de miedo, aquí te contamos los spots más embrujados de la CDMX y las historias que los hicieron tan famosos.
Los rincones más embrujados de la CDMX
La Casa de la Tía Toña
Dónde: Cumbre de Acultzingo 199, Lomas Altas, Tercera Sección del Bosque de Chapultepec.
Cuenta la historia que una mujer adinerada, conocida como “la Tía Toña”, decidió dedicar su fortuna a ayudar a niños en situación de calle. Los acogía en su casa, les daba comida y techo… pero con el tiempo, las travesuras de los pequeños empezaron a sacarla de quicio.
Algunos decían que le robaban joyas para venderlas, y que la mujer, consumida por la frustración y la soledad, terminó perdiendo la razón. La historia dice que los golpeó y los escondió en su casa, y desde entonces su espíritu ronda el lugar.
Los valientes que se atreven a acercarse aseguran escuchar los gritos de los niños y sentir una presencia vigilante desde la ventana. ¿Leyenda urbana o realidad? Mejor no ir sola a comprobarlo.
La Murder House de las Lomas
Dónde: Av. Paseo de las Palmas 1535, Lomas de Chapultepec.
Suena a serie de True Crime, pero pasó de verdad. La llamada Murder House pertenecía a Gilberto Flores Muñoz, exgobernador de Nayarit y figura política nacional, quien fue encontrado brutalmente asesinado con un machete mientras dormía junto a su esposa en su propia casa.
Al principio, nadie sabía quiénes eran los responsables. Once personas fueron detenidas, entre empleadas del hogar y choferes. Todo cambió cuando la policía encontró ropa ensangrentada perteneciente al nieto del matrimonio, Gilberto Flores Alavez, un joven estudiante de Derecho de 22 años.
Confundido, contradictorio y aparentemente afectado por problemas mentales, terminó declarándose culpable. Pasó 28 años en prisión y, al salir, juró ser víctima de una conspiración política. Hoy la casa sigue en pie, remodelada, y se renta para eventos y exposiciones, pero basta entrar para sentir que algo oscuro sigue habitándola.
La Isla de las Muñecas
Dónde: Xochimilco
Entre los canales de Xochimilco hay un rincón donde las muñecas no sonríen, solo observan. Don Julián Santana vivió ahí más de 25 años, colgando muñecas viejas de los árboles para “ahuyentar” al espíritu de una niña que murió ahogada y que amenazaba con asesinarlo.
Durante todo ese tiempo, recolectó muñecas de todos los tamaños, muchas sin ojos o sin cabeza, hasta que la isla quedó cubierta por cientos de ellas. En 2001, Don Julián murió de un infarto mientras pescaba… exactamente en el mismo lugar donde había encontrado a la niña.
El resultado es un paisaje surreal y perturbador, donde cientos de muñecas de plástico parecen seguirte a cada paso. Para los más valientes, hay tours nocturnos en trajinera. Solo no te asustes si alguna muñeca se mueve con el viento…

La Línea 3 del Metro
Dónde: Línea 3, entre Potrero e Hidalgo
Los que viajan tarde en el Metro saben que no hay nada más tétrico que un andén vacío. Pero si un hombre con overol y casco te saluda, cuidado, puede ser Platanoff, el fantasma ruso del Metro.
Según las historias de los trabajadores del STC, Platanoff era un ingeniero ruso que trabajaba revisando el sistema en los años noventa. Una noche, mientras hacía una inspección, fue arrollado por un tren de la Línea 3. Desde entonces, su espíritu se aparece a conductores y supervisores, dando instrucciones técnicas o preguntando por reportes… como si siguiera en turno.
Después de que varios empleados afirmaran haber hablado con él (sin saber que estaba muerto), un nuevo supervisor lo vio y murió días después de un infarto.
Posada del Sol
Dónde: Avenida Niños Héroes 139, Col. Doctores
Este enorme edificio de arquitectura art déco, escondido en la colonia Doctores, tiene una historia digna de una película gótica mexicana. Fue diseñado por Fernando Saldaña Galván como un hotel de lujo, pero el sueño se desmoronó cuando el dinero se acabó.
La construcción quedó a medias, el arquitecto cayó en la ruina y, según cuentan, se quitó la vida en el interior del edificio. Después, el gobierno lo utilizó como oficinas, bodegas e incluso sede de diferentes instituciones. Fue durante ese tiempo que desapareció la hija de una trabajadora, y días después encontraron su cuerpo sin vida en uno de los túneles subterráneos.
Entre los rumores más oscuros está que el lugar también fue usado para torturas por Arturo “El Negro” Durazo, el jefe de policía durante la masacre de Tlatelolco en 1968. Hoy, la Posada del Sol es una locación popular para películas, pero incluso los equipos de rodaje cuentan que hay zonas donde nadie quiere grabar solo.

Museo de la Medicina Mexicana
Dónde: República de Brasil 33, Centro Histórico de la Cdad. de México.
Antes de ser museo, el edificio fue sede del Santo Oficio de la Inquisición, donde se juzgaba y torturaba a los acusados de herejía. Años después se convirtió en la Escuela de Medicina, y hoy alberga el Museo de la Medicina Mexicana. Sus pasillos guardan instrumentos antiguos, esqueletos, objetos quirúrgicos del siglo XIX y una sala de embriología donde se exhiben fetos en frascos.
La combinación entre ciencia, historia y muerte le da una atmósfera muy particular. Hay visitantes que aseguran escuchar voces, sentir corrientes heladas o ver figuras moverse entre los vitrales.
La Casa Negra
Dónde: Álvaro Obregón 212, Col. Roma
En una de las avenidas más bonitas (y más transitadas) de la Roma se levanta una casa que nadie mira por mucho tiempo. Pintada de negro, con ventanas tapiadas y una historia tan oscura como su fachada, la Casa Negra es uno de esos lugares donde hasta el silencio suena extraño.
Durante una epidemia de tifoidea, el edificio fue utilizado como hospital improvisado. Pero lo que debía ser un refugio, terminó en tragedia. Un grupo de fanáticos religiosos, convencidos de que los enfermos estaban poseídos, provocó un incendio que acabó con todos los que estaban dentro.
Años después, un hombre compró la propiedad para convertirla en su hogar. Vivió ahí con su familia por un tiempo… hasta que, según cuentan, los asesinó a todos y desapareció sin dejar rastro. Desde entonces, nadie ha logrado habitarla sin vivir accidentes o experiencias inexplicables. Los vecinos juran ver luces que se encienden solas y sombras que se mueven detrás de las cortinas.
Explora más en: Instyle.mx