Del desierto de Arizona a los foros de México, la actuación, la cultura mexicana y la terapia transformaron a Blake Webb dentro y fuera de la pantalla.
Hace casi dos décadas, un joven de Phoenix, Arizona, caminaba bajo el sol húmedo y ardiente de Tamaulipas, tocando puertas, compartiendo mensajes y aprendiendo el valor de la conexión humana. Hoy, ese mismo hombre, Blake Webb, interpreta a un villano en la próxima temporada 5 de una de las series más queridas de México: Rosario Tijeras. Entre esos dos mundos se encuentra una historia de reinvención, amor por la cultura mexicana y una pasión inquebrantable por la actuación.
Un camino inesperado
Durante dos años, Blake sirvió como misionero mormón en ciudades como Tampico, Ciudad Madero, Victoria, Poza Rica y Mante. Fue allí donde descubrió algo que cambiaría su vida para siempre: la calidez del pueblo mexicano, su música, la comida con tortillas y picante, y una forma de vivir con el corazón por delante. “Aprendí a amar a este país tocando puertas y recibiendo muchos ‘no’, pero también muchos abrazos”, cuenta.
Tras concluir su misión, se mudó a Los Ángeles decidido a perseguir su sueño de convertirse en actor. Ocho años de trabajo constante lo llevaron a aparecer en series como NCIS, Criminal Minds, American Horror Story, 13 Reasons Why, The Rookie y más. Sin embargo, después de una ruptura personal, sintió la necesidad de empezar de nuevo. La vida, una vez más, lo llevó de regreso a México, una decisión que, cuatro años después, considera la mejor de su vida y de su carrera.
Una llamada que le cambió la vida
Cuando recibió la llamada confirmando que había obtenido el papel en Rosario Tijeras, no lo podía creer. Blake interpreta a un personaje clave que aparece a lo largo de gran parte de la nueva temporada, aportando una energía distinta y un giro inesperado a la historia. “Fue uno de esos momentos en los que sientes que todo el esfuerzo, los años de audiciones y los ‘no’ valieron la pena. Me sentí profundamente agradecido”, recuerda. “Estoy emocionado de que la gente que conocí en Tamaulipas me vea en este papel. Solo espero que no me juzguen por interpretar a un villano después de haber sido Misionero.”
Su fluidez en español ha sido una herramienta clave en su carrera, permitiéndole entender mejor a los directores, improvisar con naturalidad y conectar más profundamente con sus compañeros de elenco. “Hablar español ha sido una bendición en mi vida y en mi carrera”, afirma.
Vivir en México durante los últimos cuatro años le ha permitido perfeccionar el idioma y redescubrir la esencia de un país que describe como “lleno de amor y calidez”. El próximo año planea obtener la ciudadanía mexicana, un paso que considera un gran honor y una muestra de su profundo cariño hacia el país.
Al mismo tiempo, Blake descubrió otra vocación: la de escuchar. Mientras filmaba, completó una maestría en Psicología Clínica en Estados Unidos, de forma en línea, y hoy trabaja como terapeuta bilingüe ayudando a clientes hispanohablantes en California. A través de su labor clínica, apoya principalmente a personas de bajos recursos, muchas de ellas enfrentando estrés migratorio o separación familiar. “Escuchar sus historias me recuerda por qué elegí este camino: porque cada persona merece ser vista, escuchada y comprendida con empatía”, explica. “México me enseñó a sentir, a escuchar y a contar historias desde el alma”, concluye Blake. “Y eso, para mí, lo cambia todo.”
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