El vestuario de All's Fair nos da inspo de office wear

Con apenas tres episodios lanzados en Disney+, All’s Fair ya se convirtió en la serie que está marcando conversación por su vestuario y cómo representa el poder femenino.

Creada por Ryan Murphy, la trama sigue a un grupo de abogadas que dominan los casos más mediáticos de Los Ángeles mientras redefinen lo que significa ser una mujer poderosa en un entorno competitivo. Cada diálogo está afilado, sí, pero lo que realmente corta el aire son sus looks: una oda al power dressing moderno, donde la ropa se convierte en lenguaje.

Desde el primer episodio, el vestuario creado por Paula Bradley (quien también colaboró con Murphy en American Horror Story) deja claro que el estilo también puede ser una forma de liderazgo. Los trajes impecables, las siluetas estructuradas y las telas de lujo —desde la lana hasta el satín— funcionan como armaduras contemporáneas.

Sarah Paulson proyecta autoridad en blazers grises de corte arquitectónico; Kim Kardashian lleva la confianza a otro nivel con trajes borgoña entallados y faldas con volumen estratégico; y Glenn Close demuestra que la elegancia madura también impone respeto con abrigos brocados y cuellos altos que parecen esculpidos.

El poder del vestuario en All’s Fair

All’s Fair es, ante todo, un manifiesto visual del empoderamiento femenino: muestra a mujeres que no piden permiso para ocupar espacio, ni en la sala de juntas ni en el plano estético. La serie demuestra que la moda no está peleada con el profesionalismo; al contrario, lo potencia. Vestir bien no es vanidad, es estrategia. Cada silueta, cada color y cada textura reflejan un tipo de poder distinto —desde la autoridad silenciosa hasta la seguridad que se siente antes de entrar a una negociación.

Llevar esa energía al día a día es más sencillo de lo que parece. Empieza con un traje de blazer entallado y falda midi o pantalón de pinzas, preferiblemente en tonos neutros o profundos —carbón, vino, azul noche—, y combínalo con una blusa de seda o una camisa con lazo para equilibrar fuerza y suavidad. Un cinturón ancho marca la cintura y redefine proporciones; unos aretes metálicos o un bolso estructurado hacen el resto.

La paleta cromática también comunica: los tonos vino, uva y ciruela evocan autoridad y sofisticación, mientras que el gris pizarra o el beige piedra mantienen la neutralidad con elegancia. Si tu oficina exige sobriedad, traduce el dramatismo de la serie en toques sutiles: labios rojos, manicura burdeos, o un abrigo con textura tweed sobre un total look gris. Son pequeños gestos que proyectan seguridad sin perder autenticidad.

Y cuando cae la tarde, los looks de All’s Fair demuestran su versatilidad. Cambia los stilettos por botines puntiagudos, agrega un abrigo largo tipo capa o un bolso de estructura rígida y estarás lista para pasar del escritorio a la cena sin esfuerzo. Marcas accesibles como Zara, Mango o Massimo Dutti ya reinterpretan estas siluetas de poder: blazers cruzados, faldas con volumen y conjuntos coordinados que mantienen el mismo espíritu ejecutivo, pero al alcance real.

Al final, All’s Fair no solo celebra la moda: celebra el control, la voz y la presencia de las mujeres en espacios donde antes se esperaba que pasaran desapercibidas. Es una serie que recuerda que el verdadero poder no solo se ejerce —también se viste. Este otoño, inspírate en ellas y haz de la oficina tu propio set.