El 2025 tiene una nueva reina de las pasarelas, y su nombre es Anok Yai. A casi un mes de los Fashion Awards, el British Fashion Council decidió adelantarse a todos los titulares y anunciar, vía Instagram, a la ganadora del premio Model of the Year. La ganadora fue Anok Yai, la modelo sudanesa-estadounidense que ha conquistado a la industria. Y sí, no exageramos cuando decimos que todo el año fue suyo.
En los últimos meses la vimos abrir shows para Ferragamo, Coperni y Hugo Boss, cerrar desfiles de Fendi, Ralph Lauren, Vetements y Messika, y ser la musa en campañas de Mugler, Calvin Klein, Bottega Veneta, Gap y más. Protagonizó portadas de Vogue France, Perfect y Allure (junto a la ganadora del año pasado, Alex Consani). Con ese currículum, no sorprende que los expertos del BFC decidieron saltarse las nominaciones y coronarla directamente.
Anok Yai ya no es solo una modelo; es el nuevo estándar de lo que significa ser una supermodelo en esta era, y su historia la hace aún más icónica de lo que pensabas.
De refugiada a supermodelo
Anok nació en El Cairo, Egipto, durante la segunda guerra civil sudanesa. Su familia huyó del conflicto en Sudán del Sur y llegó a Estados Unidos cuando ella tenía apenas tres años. “Crecí viendo a mis padres trabajar 16 horas al día. Éramos inmigrantes, sin nada, tratando de sobrevivir. Aprendí rápido a ser independiente”, le contó a Forbes.
Se instalaron en New Hampshire, un lugar donde fueron recibidos, sí, pero también donde enfrentaron el racismo cotidiano. “Me hacían bullying por mi color de piel. Tuve que desarrollar una piel muy gruesa, literal y emocionalmente.” Esa fuerza que la sostuvo en la infancia sigue siendo el motor que la impulsa hoy.
Aunque originalmente estudiaba bioquímica y soñaba con convertirse en médica, su vida cambió de un día para otro gracias a una foto.
La foto que lo cambió todo
En 2017, durante un homecoming party en la Universidad de Howard, un fotógrafo le tomó una foto y la subió a Instagram. Lo que siguió fue una avalancha digital: miles de likes, mensajes de agencias y un DM que lo cambió todo. En cuestión de días, Anok firmó con Next Models y dejó la vida universitaria para entrar la moda.
Menos de un año después, hizo historia al convertirse en la primera mujer negra en abrir un desfile de Prada desde Naomi Campbell en 1997. “No sabía que era la primera hasta el día siguiente”, recuerda. “Pero entendí lo importante que era ese momento. Desde entonces he visto a más modelos negras abrir y cerrar shows, y eso me llena de orgullo.”
Ese desfile fue el inicio de una carrera que siguió con campañas para Nike, Givenchy, Prada, portadas en Vogue Italia, CR Fashion Book y W Magazine, y desfiles para prácticamente todas las grandes casas.

La fuerza detrás del glamour
Pero más allá de las luces y las cámaras, Anok Yai es una mujer con propósito. Desde el principio, entendió que ser modelo es ser un negocio: “Yo soy el producto, y mis decisiones creativas son lo que lo mueve.” Por eso, es extremadamente selectiva con los proyectos que elige y con el equipo que la rodea.
Ha sido muy vocal sobre la necesidad de una industria más diversa y auténtica, y no tiene miedo de poner límites. “Le dije a mi agente que no iba a alaciar mi pelo. Si quería caminar, sería con trenzas o afro. Si no, no lo hacía. Fue un riesgo, pero valió la pena, porque otras modelos me vieron hacerlo y siguieron mi ejemplo.”
También insiste en que la diversidad no debe ser simbólica: “No quiero que contraten a personas negras solo por ser negras, sino porque son increíblemente talentosas. Quiero que la conversación cambie de la piel al talento.”
Esa convicción la ha llevado a rodearse de un equipo de creativos, maquillistas, managers y asesores financieros negros o de color. Incluso, durante la pandemia, participó en una campaña para Brother Vellies que fue creada completamente por un equipo afrodescendiente, desde su departamento y por videollamada. “Queríamos demostrar que el talento negro puede liderar, crear y redefinir lo que se considera lujo.”
Nuestra modelo del año
Lo más impresionante de Anok Yai no es solo su carrera, sino su forma de ver las cosas. En una industria que sigue lidiando con sus propios prejuicios, ella representa un cambio real. No solo camina las pasarelas, las cambia por completo.
“Yo abriendo un show de una de las casas más grandes es un statement para el mundo —especialmente para las mujeres negras— de que su belleza merece celebrarse”, contó en una entrevista con Vogue.
De un campo de refugiados a las pasarelas más top, Anok Yai demuestra que la resiliencia también puede ser puro glamour. Y sí, en 2025, todos están hablando de ella.
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