Perry Mattfeld nos habla de Chad Powers y del amor por el fútbol americano
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Perry Mattfeld nos habla de Chad Powers y del amor por el fútbol americano

Si ya empezaste a ver Chad Powers, la nueva serie de Glen Powell en Disney, seguro ya estás súper enganchada. Pero entre toda esa testosterona y el fútbol, hay una personaje que nos robó el corazón: Ricky, interpretada por la increíble Perry Mattfeld.

Perry Mattfeld nos habla de Chad Powers y del amor por el fútbol americano

Ella nos trae no solo la pasión por el fútbol americano, sino también un poderoso mensaje sobre el papel de las mujeres en el deporte. Además, claro, es la compañera romántica súper carismática de Glen en la serie, con quien crea una química que no te puedes perder.

Tuvimos chance de platicar con Perry, que seguro conoces de In the Dark o Shameless, y nos contó todo sobre cómo fue volver a la cancha desde el punto de vista actoral, su amor por el fútbol y lo que este papel significa para ella.

Platicamos con Perry Mattfeld sobre Chad Powers y esto fue lo que nos contó…

Empezaste a bailar desde muy pequeña, ¿qué fue lo que te atrajo del escenario y cómo te llevó ese camino hacia la actuación?

Empecé como bailarina de ballet desde muy chiquita, y con el tiempo me fui abriendo a otras disciplinas de danza. Estudié con Debbie Allen en Los Ángeles durante bastante tiempo, lo cual fue una experiencia increíble. Además de la danza, siempre estuve metida en las artes escénicas: tomaba clases de piano, hacía teatro musical, participaba en teatro comunitario y estaba en todas las producciones escolares posibles.

A los 12 años fui a una audición abierta para el tour por la costa oeste del show de American Girl Dolls. Audicioné para interpretar a dos muñecas diferentes y, para mi sorpresa, conseguí el papel. Ese fue mi primer trabajo profesional, como performer para Mattel y básicamente así empezó mi carrera.

Después me tomé una pausa para ir a la universidad, pero al graduarme, volví con todo. Tuve la suerte de conseguir un papel en Shameless, y poco después llegó mi propia serie, In the Dark. Todo pasó bastante rápido después de la universidad, y la verdad, me siento muy afortunada de cómo se fue dando todo.

Desde la mentoría con Debbie Allen hasta actuar en el teatro de American Girl y luego dar el salto a la TV, ¿hubo un momento específico en el que te diste cuenta de que actuar era tu camino?

La verdad, nunca estuve persiguiéndolo de forma obsesiva. Para mí siempre fue algo divertido, algo que amaba hacer. Pero al mismo tiempo, estaba súper enfocada en la escuela y en tener una infancia normal. Me encantaba estudiar, así que la universidad siempre fue una prioridad para mí.

Creo que el momento en que todo empezó a cambiar fue cuando entré al programa de Licenciatura en Bellas Artes de la USC. Fue la primera vez que pensé, “Ok, quizá soy lo suficientemente buena y esto podría ser una carrera real.”

Pero durante mucho tiempo antes de eso, lo veía más como algo de los fines de semana.

Chad Powers toma una idea súper divertida del sketch de Eli Manning y la expande a toda una serie. ¿Cuál fue tu primera reacción cuando leíste el guión y conociste a tu personaje, Ricky?

Sí, ya había visto el sketch de Chad Powers de Eli, de hecho, soy fan del fútbol americano, así que ya estaba familiarizada con eso. Obviamente, para mí Eli y Peyton son como la familia real del fútbol americano.

Cuando leo guiones, suelo juzgar qué tanto me gustan por lo rápido que los termino de leer. Y recuerdo muy bien este. Justo salía de la regadera, vi el guión en mi correo y pensé “Mejor lo leo cuando esté en mi escritorio.” Pero me dio curiosidad, entonces abrí el correo solo para darle un vistazo… y terminé leyéndolo completo ahí mismo, sin sentarme ni quitarme la toalla del pelo. Me enganchó completamente.

Fue uno de los pilotos más divertidos, únicos y entretenidos que he leído. Tenía un ritmo increíble y me hizo reír en voz alta. Supe de inmediato que quería ser parte de esto.

Y para el papel de Ricky en particular, fue como un sueño. El fútbol siempre ha sido una gran parte de mi vida, pero como actriz, esas dos cosas nunca se habían cruzado. Así que la idea de poder combinar algo que me apasiona con el trabajo que amo hacer como artista… pensé “¡Dios, quiero entrar ya!” Moría por ser parte de ese mundo.

La serie mezcla fútbol, comedia e identidad, tres temas bastante grandes. ¿Qué esperas que el público se lleve más allá de las risas?

Creo que la serie ofrece mucho alivio cómico, y la verdad es que eso es justo lo que todos necesitamos ahora. Ya lo he dicho antes, pero realmente pienso que es una de las comedias más divertidas que he visto. Nos la pasamos increíble grabándola; la mayoría de los días en el set era pura risa sin parar.

Pero lo que más me sorprendió fue lo emocional que es también. Cuando vi los primeros seis episodios, me sacaron lágrimas más de una vez. Así que espero que el público se conmueva de una manera inesperada.

Sí, es divertida y emocionante, pero también tiene muchísimo corazón. Es emotiva, dramática y muy humana. Creo que la gente se va a sorprender de lo profunda que es, y mi esperanza es que al final los espectadores se sientan tan conectados emocionalmente como yo cuando la vi por primera vez.

¿Qué esperas que el público se lleve de Ricky o qué lado de ella te gustaría que vieran más?

Creo que Ricky tiene un arco increíble a lo largo de la primera temporada. Al principio, no la llamaría tímida exactamente, pero sí que está un poco reservada, como aguantándose un poco. Está enfocada en que la tomen en serio, así que no ves esa parte más juguetona de ella de inmediato.

A medida que su relación con Chad va creciendo, creo que el público empezará a descubrir quién es realmente, ese lado más ligero y divertido que tiene bajo la superficie.

Lo que más me sorprendió fue lo emocional que se vuelve su camino. Ese arco fue súper rico y satisfactorio, y como actriz fue un reto muy fuerte, pero también muy enriquecedor, porque tenía que equilibrar vulnerabilidad, fuerza y ese deseo de ser tanto querida como respetada.

Es un equilibrio complicado, especialmente para mujeres en el deporte. Pero creo que Ricky refleja esa lucha de una forma muy real y auténtica, y hemos visto a muchas mujeres reales navegarlo de manera admirable.

Estás actuando junto a Glen Powell, quien se ha hecho famoso por su mezcla de carisma y comedia. ¿Cómo fue construir esa dinámica con él en pantalla?

Al principio no lo conocía personalmente, pero sí conozco y sigo siendo muy amiga de su hermana. Ella, de hecho, cantó en mi boda en Oaxaca como dos años antes de que empezáramos a filmar. Así que la conocía antes que a Glenn, y no solo es una artista increíble, sino una persona realmente encantadora. Al conocerla, ya tenía la sensación de que toda su familia es muy especial.

Estoy súper emocionada porque la gente vea a Glenn en este papel, porque de verdad creo que su actuación confirma que es uno de los mejores actores de nuestra generación. Es increíble. Y el hecho de que interprete a dos personajes totalmente diferentes durante la serie es una locura. La manera en que improvisaba mientras también escribía la serie… es un logro impresionante.

Hubo varias veces en las que pensé que iba a perder mi trabajo porque no podía mantener la cara seria en nuestras escenas. Me sacaba de onda de la mejor manera porque es súper divertido y se le ocurrían cosas inesperadas en el momento.

Nuestros creadores y guionistas nos prepararon súper bien, pero también tuvimos mucha suerte de que nos dejaran jugar e improvisar bastante. Espero que el público pueda sentir esa química natural que encontramos durante la filmación. Fue una experiencia increíble.

¿Te formaste en ballet desde muy joven, cómo ha influido esa disciplina en la manera en que interpretas un papel o en tu forma de actuar?

¿Te refieres específicamente al ballet? Pues creo que la disciplina que requiere el arte en general es súper parecida a la de ser atleta. De hecho, creo que ser actor se parece mucho más a ser jugador de fútbol americano.

He hablado de esto con mi esposo también. Como atleta profesional o artista profesional, constantemente te mandan a un lugar nuevo para filmar algo, para unirte a un equipo nuevo. Para un atleta, es un vestidor nuevo, compañeros nuevos, cuerpo técnico nuevo. Para un actor es igual, llegas a un set, conoces a un grupo nuevo de gente, y de cierta manera tienes un “entrenador principal” nuevo.

Nunca sabes cuánto tiempo vas a estar ahí. Puede ser una temporada, un año. A veces te “cortan” y tienes que seguir adelante. La verdad, las similitudes son increíbles. Lo que importa en ambos mundos es mantener el trabajo en el centro. Pero cuando llegas a un lugar donde la química es la correcta, donde la gente conecta de verdad, es un regalo enorme.

Y con este elenco en particular tuvimos muchísima suerte. La pasamos súper bien, pasando los fines de semana juntos viendo fútbol, conviviendo… se sentía como ser parte de un verdadero equipo, dentro y fuera del set.

De ballet a USC y ahora en la pantalla, ¿cuál dirías que ha sido el papel o experiencia más transformadora para ti hasta ahora?

Siempre estaré súper agradecida por In the Dark. Esa serie fue una parte enorme de mi vida; la protagonizé durante cuatro años y realmente fue como tener un patio de juegos creativo. Pude experimentar, arriesgarme y crecer, todo dentro de un mundo que conocía muy bien y donde me sentía segura. Es raro tener tanto tiempo para vivir con un personaje, y aprendí muchísimo durante esas cuatro temporadas.

Tuve la oportunidad de trabajar con muchos directores y equipos diferentes, y eventualmente me convertí en productora de la serie. Para mí fue como una educación de cuatro años. A veces lo llamo mi “estancia en el extranjero”, como si hubiera ido a la escuela, jugado, tomado riesgos creativos y crecido en un ambiente que amaba.

En general, me siento muy afortunada de haber trabajado con actores increíbles, sobre todo este último año con personas como Amanda Seyfried, Anne Hathaway y Glenn. Eso ha sido un regalo. Pero desde el principio, siempre me han atraído los papeles que me permiten transformarme completamente, más que los que simplemente se parecen a mí. De hecho, me resulta más difícil interpretar algo muy parecido a mí.

Mientras más pueda desaparecer dentro de un personaje, ya sea por transformación física, historia emocional o detalles pequeños, más siento que tengo con qué trabajar. En Long Bright River, por ejemplo, interpreté a alguien que lucha contra una adicción. Esa física, incluso las heridas en mi rostro, ayudaron a darle forma a toda la actuación.

Incluso con Ricky, fui muy insistente en que usara un Apple Watch. Yo no tengo uno, pero sentí que era perfecto para ella, alguien que está súper pendiente de su tiempo, sus pasos, su alimentación. Esos pequeños detalles importan y me ayudan a meterme de lleno en sus zapatos.

Mirando hacia atrás en tu carrera, ¿qué consejo le darías a tu yo más joven cuando empezabas en la actuación?

Hay varias cosas que trato de recordarme a mí misma. Recuerdo que Michael Chiklis habló en nuestra graduación y dijo algo que se me quedó muy grabado: “Hay mucho espacio en esta industria para buenos actores.”

Ojalá hubiera sido más paciente al principio de mi carrera. Siempre sentía una urgencia, como que cada audición, cada papel era el papel, y solo quería que alguien me dijera que sí. Pero no funciona así realmente. Ahora que lo pienso, si hubiera podido interiorizar de verdad esa idea, que hay espacio, y que si sigo trabajando y me enfoco en hacer bien mi trabajo, las oportunidades correctas llegarán.

La paciencia es difícil, pero trato de decirme a mí misma: Confía en el proceso. Sigue apareciendo. Hay lugar para los buenos actores.

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