¿Qué es el baño de bosque? La práctica japonesa que ayuda a reducir el estrés
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¿Qué es el baño de bosque? La práctica japonesa que ayuda a reducir el estrés

Cuando la prisa de la ciudad comienza a afectarte, la solución puede estar en un remedio distinto a cualquier pastilla o botella: el baño de bosque. Esta práctica japonesa (conocida como Shinrin-Yoku) nació en los años 80 y, aunque suene a ritual complicado, en realidad consiste en algo tan sencillo (y poderoso) como sumergirte en la naturaleza con los cinco sentidos.

No hablamos solo de dar una caminata entre árboles, sino de una experiencia consciente que te ayuda a bajar el nivel de estrés, mejorar tu estado de ánimo y reconectar contigo misma. Investigaciones en Japón y otros países han comprobado que dedicar un rato a respirar aire puro entre árboles puede disminuir la presión arterial, relajar la mente e incluso reforzar el sistema inmune.

Te hablaremos de qué es exactamente el baño de bosque, de dónde surge y por qué se ha convertido en una de las prácticas wellness favoritas alrededor del mundo. Spoiler: no necesitas vivir en medio de la montaña para ponerlo en práctica. 

¿Qué son exactamente los baños de bosque?

El baño de bosque, también conocido como Shinrin-Yoku (que en japonés significa literalmente ‘baño de bosque’), es la medicina contra esa hiperconexión. Originado en Japón en los años 80, consiste en desconectarte del celular y sumergirte (literalmente) en la atmósfera del bosque. 

No se trata de correr ni de escalar, sino de dedicarte a sentir la naturaleza: escuchar el canto de los pájaros, respirar el aroma de los árboles, tocar la corteza, inhalar el aire puro. Es como un reset sensorial que ayuda a calmar la mente y reducir el estrés. 

La práctica fue impulsada por la Agencia Forestal Japonesa en la década de 1980 como una respuesta al ritmo acelerado de la vida moderna y, al mismo tiempo, como una manera de fomentar la conservación de los bosques. Desde entonces, el gobierno japonés ha invertido millones en programas de investigación y en la creación de “senderos terapéuticos” para que las personas puedan experimentar sus beneficios.

¿Cómo se practica?

A primera vista suena sencillo, ¿no? Solo se trata de pasar un tiempo en el bosque.

Pero en realidad hay un poco más detrás. “Si quieres obtener todos los beneficios del baño de bosque, tu enfoque principal debe ser conectar con la naturaleza”, explica Gary Evans, director del Forest Bathing Institute en el Reino Unido, en un episodio del podcast Life Kit de NPR.

Esto implica dejar a un lado los dispositivos y permitirte realmente estar presente en la naturaleza. La clave está en desacelerar y activar todos tus sentidos en el bosque.

¿Cuáles son los beneficios?

Se ha descubierto que pasar tiempo en el bosque ayuda a reducir los niveles de cortisol, la presión arterial y la ansiedad.

“Lo que pudimos ver en los datos fue que, en cuanto alguien se acercaba a un árbol y simplemente estaba presente y consciente, prestando atención y apreciándolo, básicamente aumentaba su actividad parasimpática (que es la respuesta de relajación del cuerpo)”, explica Evans.

Las investigaciones del Dr. Qing Li, autor de Forest Bathing: How Trees Can Help You Find Health and Happiness, han demostrado que los beneficios de una sola sesión de baño de bosque pueden durar hasta 30 días. Gran parte de estos efectos proviene de inhalar fitoncidas, sustancias químicas que los árboles liberan en el aire y que refuerzan el sistema inmune, además de tener propiedades antimicrobianas y anticáncer.

Pasar tiempo en el bosque también mejora el estado de ánimo, combate la depresión y el insomnio, y favorece la concentración, convirtiendo esta práctica en un verdadero escudo natural para el bienestar físico y mental.

¿Cómo incorporarlo a tu rutina?

No necesitas vivir en un bosque para practicarlo. El primer paso es desconectar. Deja tu celular en modo avión, apaga las notificaciones y olvídate de la cámara. Siéntate en un lugar cómodo o camina lentamente, sin un destino fijo.

Ahora, activa tus sentidos:

  • Vista: observa los detalles. El color verde de las hojas, la luz que se filtra entre las ramas, el musgo en una roca.
  • Oído: escucha los sonidos. El canto de los pájaros, el susurro del viento, el crujir de las hojas bajo tus pies.
  • Olfato: huele el aroma de la tierra mojada, el olor a pino o a flores silvestres.
  • Tacto: toca la corteza de un árbol, las hojas o el agua de un arroyo.
  • Gusto: aunque no lo creas, el aire del bosque tiene un sabor. Intenta saborear la pureza del ambiente.

Se recomienda que una sesión dure al menos 20 minutos, aunque lo ideal es pasar dos horas. Puedes empezar en un parque cercano, en el jardín de tu casa o en cualquier área verde. Lo importante es ser constante.

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Destinos en México perfectos para un baño de bosque

Si quieres una inmersión completa, aquí te van algunas ideas:

  • Bosque de Chapultepec, CDMX
  • Parque Nacional Desierto de los Leones, CDMX
  • La Marquesa, Estado de México
  • Selva Lacandona, Chiapas
  • Sierra Gorda de Querétaro

Recuerda que el baño de bosque es una forma poderosa de reconectar contigo misma y con el mundo natural. No es una moda pasajera, es una práctica ancestral respaldada por la ciencia. 

Así que la próxima vez que te sientas estresada, simplemente ve a un parque, respira profundo y deja que la naturaleza haga su magia.

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