Por 27 años seguimos a Carrie Bradshaw como si fuera una amiga más. Caminamos con ella por Manhattan, nos desvelamos con sus dilemas amorosos y hasta nos enojamos con sus malas decisiones (cough cough, volver con Big). Pero ahora que And Just Like That llegó a su final, la pregunta es inevitable: ¿y si Carrie siempre debió quedarse sola? La respuesta, si miramos de cerca, estaba ahí desde hace años.

Un cierre que rompe el molde
La escena final lo dice todo: Carrie, que empieza el episodio cenando frente a una muñeca tamaño niño en un ramen bar, termina cantando Barry White, cerrando el epílogo de su novela y caminando por su pasillo como si fuera una pasarela.
“The woman realized she wasn’t alone. She was on her own”. Esa última línea es el broche de oro. Michael Patrick King, showrunner de Sex and the City y And Just Like That, lo confirmó a Variety diciendo que este final no se trata de encontrar pareja, sino de encontrar paz con estar sola. Un contraste enorme con 2004, cuando Big la “rescató” de París para un supuesto final feliz que, con perspectiva, se siente más como reconciliarse con el villano de la historia.
“Eso es lo que quería decir como eco, respuesta y reivindicación al final de Sex and the City” dijo King a The Hollywood Reporter.
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Las pistas siempre estuvieron ahí
Volvamos atrás. Incluso con Aidan, “the one that got away” de la serie, desde siempre Carrie enseño que no estaba hecha para el “felices para siempre” tradicional. Cuando se comprometieron en la cuarta temporada, bastó probarse vestidos de novia para que le diera una reacción alérgica literal. Y en And Just Like That, su regreso con Aidan implicó algo que los fans vimos como red flag: dejar su icónico departamento en West Village, símbolo absoluto de su independencia, para mudarse a una casa más familiar.
Ese apartamento no era solo un escenario: era un símbolo constante de todo lo que Carrie había construido por sí misma. Un refugio donde creció como mujer, escritora y amiga. Cada vez que lo dejaba atrás por una relación, era como si abandonara una parte esencial de su identidad. Incluso en la primera película, cuando decide renunciar a él, termina regresando tras la decepción con Big. Porque ese lugar representaba más que un techo: era su independencia, su hogar, su verdadero centro.
Michael Patrick King dijo: “Quién era Carrie al final de Sex and the City y quién es al final de And Just Like That es alguien que ha crecido mucho, que ha vivido grandes experiencias. Ahora está lista para decir una frase muy impactante: ‘Quizás solo soy yo.’”

El final que no sabíamos que necesitábamos
Muchos dijeron que el final fue anticlimático, y sí, en general And Just Like That nunca logró capturar la magia de Sex and the City. Su cierre se siente más como una cancelación que como un final digno. Pero si dejamos de lado el mal guión y los agujeros en la trama, la verdad es que el final de And Just Like That es como Sex and the City debería haber terminado desde el principio.
Después de décadas viéndola buscar validación romántica, la vemos cómoda en su propia casa, en paz, sin esperar que alguien llegue a completarla. Tal vez no sea el cierre soñado para los románticos empedernidos, pero es el más honesto para el personaje.
Porque al final, Carrie Bradshaw no está sola. Está con sus amigas, con su ciudad y, sobre todo, consigo misma. Y eso, después de todo, siempre fue la historia que merecía.

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